Jiménez.- De ser un pillo de siete suelas no se baja aquí a Guadalupe Saucedo García, quien lleva dos periodos como alcalde, y cada vez se enriquece más.
Se menciona en la comunidad que hace socho años, Saucedo era un simple maestro rural y ahora detenta varios ranchos, también el haber comprado derechos de parcelas en varios ejidos, propietario de maquinaria pesada, tractores agrícolas, una flotilla de trailers ganaderos, camionetas de modelo reciente y ganado, mucho ganado.
Pero además, es dueño de una gasolinera por el libramiento de la carretera a Matamoros, donde es socio de Renato Ruiz Pérez, ex presidente municipal de Abasolo, otro pillo que quiere volver al poder.
Algunos bienes los tiene a nombre propio, otros de su esposa y de sus hijos.
De esta forma, cuando hace tiempo andada de jodido, ahora tiene registradas 60 vacas de vientre a su nombre; 50 más con el de su esposa; su hijo José Felipe Saucedo Barrientos, tiene otro tanto, mientras que infinidad más están a nombre José Guadalupe Saucedo Barrientos, de apenas años.
En total, el hato ganadero de Saucedo, de los puros registros, llega a las 200 vacas de vientre.
Todo esto lo hizo en los tres años en que fue alcalde, periodo 2002-2004, en que «supo mamar y dar topes», y ha acrecentado su fortuna en los primeros dos años de la segunda administración.
El angelito se hizo de casi todo el ejido La Misión, por la carretera a Matamoros y, de las obras de distribución del agua de la comunidad, metió también las tomas a sus ranchos.
Por eso la gente ha dicho un ya basta y hay la disposición presentar demandas por las pillerías.
Es innegable que una de las principales fuentes de sus ingresos malhabidos, es la Unión de Ejidos de Producción, Comercialización e Industrialización de Productos Agropecuarios y Actividades Múltiples «General Luis Caballero», de la que se apropió con su gente cuando fue alcalde en la primera ocasión, por lo cual tiene demandas penales pendientes.
Se trata de una organización creada el 24 de enero de 1985 y de la que Saucedo no dejó ya nada, pues de las 12 hectáreas que pertenecían a la institución, apenas entregó dos.
Dicha unión la forman 15 de los 23 ejidos de Jiménez, cuyos dirigentes pensaron que en efecto algún día podrían obtener recursos extras para sus familias.
-¿Qué es lo que quieren?
-Rescatar lo que es de la Unión de Ejidos, pues el grupo de Saucedo es el que está mangoneando, indica Don Protacio Rubio Guerrero, uno de los dirigentes.
-¿Hay irregularidades?
-De que las hay, las hay, manifiesta.
Por varios años, desde antes de ser alcalde, Guadalupe figuró como presidente del grupo, y jamás rindió cuentas a la asamblea. No supieron de los ingresos ni los egresos, pero sí veían que aumentaba sus propiedades y beneficios.
TODO PARA SU PROVECHO
A Saucedo también se le identifica como un gandalla.
Como empleado de la Reforma Agraria, fue el organizador de la asamblea constitutiva de la unión.
Pero desde entonces «con pleno conocimiento de causa, ha venido realizando acciones totalmente flagrantes y violatorias de las Leyes Agrarias como de otras existentes», dice una carta enviada al Gobernador Eugenio Hernández Flores por varios socios del grupo.
Por maniobras, logró hacerse ejidatario de El Encinal, y más tarde, también con irregularidades, propicio que esa comunidad fuera integrada a la unión de ejidos.
Mediante una asamblea espuria, logró que lo nombraran presidente de la unión.
Pero, gandalla efectivamente, Lupe «manipuló para que la asamblea le diera facultades extraordinarias e inusitadas y fuera del derecho agrario».
Es así como los miembros de la unión ya no disfrutan nada de las propiedades, pues Lupe utiliza la máquina forrajera exclusivamente para preparar el alimento para su ganado de 200 vientres, más la becerrada y los toretes.
La bodega de la Unión la tiene rentada, lo mismo que las corraleras que, si bien están ocupadas por borregos, esos son particulares y de otros propietarios.
Otras demandas avanzan en contra de títeres de Saucedo, como Ignacio Terán.
Los otros ex líderes, Guadalupe Garza y Javier García, tampoco dieron cuenta de las propiedades.
En sus inicios, la agrupación productiva se registró en la secretaria de Hacienda como una institución no lucrativa, pero Saucedo acordó dar de baja la inscripción utilizando los poderes extraordinarios que se autorizó.
En sus pillerías rentó a particulares los corrales de engorda, la bascula y hasta los patios de las instalaciones de dos hectáreas.
Realizó actividades de compra venta, de prestación de servicios, pero nunca presentó informes financieros, estados contables o algo parecido.
Esto lo hizo durante largos años hasta que dejó el cargo el siete de septiembre del 2006. Permaneció en la dirigencia, violando estatutos, por espacio adicional de un año 13 días.
Es por eso que las cuentas de Saucedo no andan bien en los 15 ejidos que legalmente pertenecen a la unión.
Las denuncias están en la Procuraduría Agraria y otras instituciones, pero parecen avanzar muy poco por las influencias que todavía tiene el profesor rural ahora enriquecido.