No obstante su efímera vida, apenas 38 años, es el pintor más destacado que ha tenido Tamaulipas a lo largo de sus tiempos.
Falleció el dos de febrero de 1965 y, a pesar de su trascendente obra, en esa fecha no recibió ni un solo recuerdo por parte de las autoridades culturales ni de la ciudad.
Si bien Ramón García Zurita nació en Tampico, se le considera victorense, y fue en esta ciudad donde dejó plasmada una de sus obras más importantes: Los murales del Palacio de Gobierno, que no llegó a concluir porque lo sorprendió la muerte cuando hacía los trazos de las últimas imágenes de su «Tamaulipas Histórico».
De acuerdo con uno de sus discípulos, Alejandro Rosales Lugo, el maestro tenía un viejo padecimiento en el riñón.
La obra había sido encargada por el Gobernador Norberto Treviño Zapata.
La misma se distribuye sobre más de 500 metros cuadrados de pared, en lo que vienen siendo los cubos de las escaleras del Palacio de Gobierno.
Pero no solo las paredes se trabajaron con marmolina y cemento blanco, sino también las bóvedas donde aparecen las figuras destacadas de Hidalgo, Juárez, Madero y Carranza, así como los mapas de Tamaulipas con la ruta escandoniana y los municipios.
Dentro de esa historia, el maestro García Zurita quiso significar: El Tamaulipas prehistórico, la conquista, la reforma, la revolución y el siglo XX.
Pero de este último, fue lo que menos se incluyó por el fallecimiento del pintor.
De la primera etapa podemos recoger que el litoral de Tamaulipas, fue punto de llegada de los primeros indígenas mayas, con lo cual, según la mitología huasteca, también llegó a nuestras cosas el Dios Quetzalcóatl.
Pero también que significa «la terrible explotación, sojuzgamiento y venta de indígenas huastecos que son embarcados hacia las Antillas por soldados españoles..».
De aquella misma época, la tardía colonización de Tamaulipas, más de dos siglos después de que los hombres blancos conquistaron la región de los aztecas en el centro de lo que hoy es México.
Todo eso está allí, representado en ese mural inconcluso y que así quedará para siempre como homenaje al autor.
PERDERIAN SU VALOR: MALDONADO GUZMAN
El Cronista de la Ciudad, Antonio Maldonado Guzmán, manifiesta que es la obra más importante de García Zurita.
Ningún gobierno de los sucesores, comenta, ha querido terminar la obra porque perdería valor.
Y ese valor también está en los últimos trazos, que se supone se referían a los acontecimientos más recientes.
Así por ejemplo, no alcanzó a terminar el emblema de la universidad (mejor conocido entre los alumnos como el hombre de goma), ni el escudo de Tamaulipas. También «se le escaparon los hombres contemporáneos».
El mural comienza en las escaleras del primer piso hacia el lado oriente, sube y luego desciende por la escalera del poniente.
Allí fue donde el trabajo quedó inconcluso.
Rosales Lugo recuerda:
-Los modelos fuimos sus alumnos…Al final está la figura de Jacobo Gattas y yo que solo alcancé los trazos. A mi me tiene abajo de Juan B. Tijerina.
Pero también recuerda las figuras del entonces Gobernador Treviño, de su esposa y de sus hijos, y de la madre del propio muralista.
Allí trabajaba con sus alumnos, los de mayor edad, los más destacados.
Entre los cubos y las obras nadie ha intervenido desde que el Gobernador Manuel A. Ravizé mandó colocar una placa de bronce reconociendo la obra pictórica de García Zurita (1927-1965), quien hoy no recibe ni un homenaje.
En otros tiempos, el Gobernador Enrique Cárdenas mandó elaborar otro mural, este en el tercer piso, pero el mismo no tiene importancia histórica sino que obedece a situaciones políticas del momento, como señala el cronista Maldonado.
Y es que, ahí se resaltan las figuras de Luis Echeverría y López Portillo con la presencia también del entonces Gobernador.
Desde entonces el inmueble no ha sufrido modificaciones ni se han realizado trabajos pictóricos.
El Palacio de Gobierno entró en funciones en 1951 y no se ha dado ningún proyecto de cambiar la residencia del poder ejecutivo de Tamaulipas.
SE DETERIORAN EN EL OLVIDO: ROSALES
El pintor Rosales Lugo manifiesta que la obra inconclusa está en el abandono y cada vez hay mayores deterioros.
-¿Hay capacidad para terminar el mural?
-Así debe quedarse para la posteridad.
Como parte del abandono señala el apoyo visual y luces especiales. No hay ningún comunicado que oriente a los visitantes sobre la obra.
Además de luz, comenta, hace falta una guía para que explique cómo está el trabajo, que oriente a quien esté interesado, a los grupos de estudiantes que llegan a palacio.
Y lo más grave: El mural se deteriora, sobre todo en los cubos del lado poniente.
Dice que se hace necesaria una restauración para quitar los hongos y resanar desprendimientos que se dan por la humedad.
El sistema de sanitarios que da para el elevador del poniente, están pegados a la pared donde está la obra y lastiman la pintura con la humedad, en lo cual las autoridades no han puesto atención.
Indica Rosales que por el mural han pasado muchos personajes, como Presidentes de la República, con los que él ha sido llamado para brindar las explicaciones. Pero hasta ahí, no hay guía para nadie.
CARTA DE PEDRO J. MEMDEZ A SU AMADA “GÚERITA”
Y vamos recorriendo los pasajes de la historia de Tamaulipas, algunos muy poco conocidos incluso por la gente de las artes y la política.
Por ejemplo, el mensaje que el Gobernador Juan José de la Garza envió al Presidente Juárez: «Hoy tiene usted, a todos los armeros y herreros de Tamaulipas dedicados exclusivamente en reacondicionar armas, hacer lanzas; los talabarteros construyendo fornituras y atalajas, los sastres y una multitud de mujeres haciendo vestuarios; las juntas patrióticas de personas influyentes y las señoras recogiendo donativos y haciendo hilas, sábanas y fundas útiles para los hospitales de sangre».
Y se avanza y la carta enviada por Pedro J. Méndez a su esposa María de Jesús Moncayo, cuando se supone estaba embarazada de su hijo.
«Querida güera: Supuesto que eres lacónica en tus cartas, yo seré lo mismo. Si acaso me tienes algún cariño, puedes venirte con mi primo Don Ciriaco, persona de mi confianza, si no, puedes quedarte con mi mamá o con mi tía Luisita.
Te mando cien pesos en oro y si necesitas más dímelo para mandarte.
Yo sigo y seguiré haciendo una guerra sin tregua y sin cuartel al francés y al traidor…
Quien te ama, Pedro José Méndez».