Mire que aquellas mentes que no tienen un pensar productivo, han recreado un hipotético encuentro a 15 rounds que tendría lugar en el municipio de Reynosa en los siguientes meses.
Sería una función ¡de pelos! entre dos fajadores de talla internacional: Ricardo Gamundi Rosas, de pantaloncillo tricolor, y Francisco Javier García Cabeza de Vaca, de calzón albiceleste. Una pelea sin decisiones técnicas y solo con un final de nocaut.
Y mire que es interesante, sería interesante que, en aquella fronteriza, al final, queden en la lucha por la alcaldía el dirigente tricolor jarocho y el hoy aspirante a la gubernatura por el PAN, Cabeza de Vaca.
Aquí solo hay un pero: El cabezón quiere la gubernatura y no la alcaldía.
Pero los pastores y la gerencia estatal azul pretenden enviar a Francisco a buscar otra vez la presidencia reynosense.
Los observadores señalan que sería un encuentro con fin inesperado, no apto para cardiacos. Los dos operadores y genios en el trabajo limpio y sucio, aunque uno más cochino que el otro.
La recreación se ha ido formando con el paso de los días, ante la aparente insistencia de que Ricardo Gamundi quiere ser el candidato a la presidencia del municipio donde es vecino.
A estas alturas cabe preguntar, si es el candidato del PAN ¿quién podría enfrentar en Reynosa a Cabeza de Vaca? ¿quien lo conoce lo suficiente? ¿quién sabe las debilidades del industrial de las chamoyadas? En apariencia, nadie más que el jarocho.
No cabe duda que sería el encuentro más interesante en el cuadrilátero político del 2010.
Hay quienes aseguran que, si Gamundi es enviado a Reynosa, perdería irremediablemente ante los azules, aunque sin mencionar si el propuesto fuera García.
Vamos: Si el candidato del PAN es Francisco, entonces sí, Gamundi, tendría todas las posibilidades de ganar.
Y bueno, así la dejamos, en tanto que Ricardo repite un día y otro también que “no hay nada para nadie”, “no habrá Navidad para nadie”, es decir, que las decisiones políticas de su partido se tomarán hasta principios del 2010.
La semana anterior, Gamundi fue regando declaraciones de que los aspirantes se deben dedicar a su chamba, que no está aprobado siquiera el método para seleccionar a los candidatos.
Antes de dejar el tema, y pese a que los códigos de ética prohíben a los escribidores tomar partido, yo me apunto como observador del hasta la fecha recreativo encuentro y, si se hace realidad, de antemano apuesto al jarocho por sobre el chamoyadas.
De si se da el encuentro, en las primeras semanas de enero lo sabremos, si es que PRI no da el madruguete y, aprovechando la Navidad, hace los “destapes” en pleno 25 de diciembre.
En tema relacionado, falleció en Reynosa el ex presidente estatal del PRI, Gerardo Ballí González, originario de Nuevo León pero avecindado en al fronteriza de toda su vida. También fue diputado federal.
Fue dirigente tricolor allá por los tiempos de Don Manuel A. Ravizé, y es de los pocos que quedaban con vida de aquella época, pues también ya se adelantaron el profesor Manuel Reyes Porras y Homero Pérez Alvarez.
Fue compañero de legislatura de otros individuos muy conocidos como Agapito González Cavazos, Donaciano Muñoz Martínez(maestros), Marciano Aguilar Mendoza (CNC) y Cirilo Rodríguez (petroleros).
Los senadores eran Bruno del Río Cruz y José Romeo Flores.
En tema diferente, mire que, hasta hace algunos años, las visitas del Presidente de la República a Tamaulipas eran todo un acontecimiento político de primer orden, un evento que paralizaba todas las acciones del gobierno del estado y hasta de los periodistas.
Todo el mundo político se concentraba desde días antes en los lugares que recorrería el Jefe de la Nación.
Si era en Tampico, por ejemplo, allá estaban todos los funcionarios del estado, con reserva de decenas y hasta cientos de cuartos de hotel, aunado a vehículos.
Hoy sin embargo las cosas han cambiado, y muy apenas unos cuantos se dieron cuenta que el señor Felipe Calderón estuvo en Tampico y Gómez Farías.
Al parecer esto tiene que ver con desmitificación de la figura presidencial, pero sobre todo por las mentiras que primero como candidatos y luego como mandatarios no han aventado a los mexicanos.
El Presidente ya no es el mago que puede echar a andar con una tronada de dedos un Hospital de Alta Especialidad, o desaparece de un plumazo tres secretarías (turismo, función pública reforma agraria).
Ya no se busca ver al presidente; ya no se le piden los favores; ya nadie se puede acercar a él, y menos los molestos periodistas.
Todavía en tiempos de Echeverría nos tocó participar en las giras, y los reporteros íbamos a cada evento.
Pero mejor nos vamos.
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