Cd. Victoria, Tamaulipas.- Nadie sabe de donde vino. Unos dicen que de Cadereyta Jiménez, otros que de San Fernando. Lo cierto es que tiene años por estos lugares.
Tampoco nadie sabe donde vive, si en Altamira, González, Mante o ciudad Victoria. Es arroz de todos los moles y carne trashumante de todos los mítines y acarreos.
Eduardo César Espronceda Galindo tiene chorrocientos años mangoneando como si fuera de su inventario una hipotética Federación de Propietarios Rurales de Tamaulipas que, la verdad, la verdad, solo sirve para que sus gerentes aterricen beneficios propios procedentes de los programas oficiales.
El invisible Espronceda parece tener suerte y recibe los favores de los medios de comunicación. Opina de todo lo que le pregunten, ya sobre la epidemia de ébola, la caída de las bolsas del mundo o bien la reforma energética.
Sempiterno gerente que en sus “gestiones” siempre anda solo porque solo gestiona para él, como dicen que dijo en alguna ocasión cuando fue citado a la General de Gobierno.
En su propia biografía de Quien es Quien en Tamaulipas –elaborada por el doctor Ramón Durón Ruiz en los tiempos del Gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba-, reconoce que es el mandamás del logotipo desde 1997, es decir, el angelito anda sobre los 17 añitos con la ubre en la mano –o pegado a la ubre-.
Ya comenzaron las voces discordantes a su porfiriato. No todos pueden estar todo el tiempo viviendo callados, mudos y agachados mientras el jerarca arrastra como el azadón.
¿Ya será tiempo de sustituirlo? ¿se le llegó su hora a este prototipo de cacique gremial rural?. Que se recuerde, sus antecesores, como Valentín Ortiz Andrade, permanecieron diez años, pero no los 17.
En parodia con el Movimiento Unificador Tamaulipeco del famoso ingeniero “JJ”, José Jiménez Jordán, nadie sabe cuando hay reuniones o asambleas eleccionarias en el membrete, pero sí publican apoyos de miles que se antojan a la risa.
Y se dicen tricolores, como si le hicieran –le vayan a hacer- un gran favor al partido en la madre de todas las batallas que se aproxima en el 2015.
Si volvemos a buscar la verdad, el hombre ya estaba viviendo “fuera del error” (lo positivo de las palabras del Tlacuache César Garizurieta) desde largos y variados años antes que cayera en las hipotéticas siglas de la FEPRT.
Si le hacemos caso a su currículum autorizado, Eduardo César –Cadereyta, decíamos- debe ser el productor excelente que México necesita. Con unos cuantos como él serían suficientes para darle de comer a todos los mexicanos.
Y, si como dice que representa a Juan de las cuerdas y fuera tan eficiente para acarrearle votos a su partido, diez como él serían suficientes para hacer ganar a todos sus candidatos aun en la elección más competida.
Dice que pasó por el Comité Estatal de Sanidad Vegetal de Tamaulipas; Consejero del Banco de Comercio Exterior, y más antes gerente de la Unión Agrícola del Sur de Tamaulipas, desde 1990.
Son 30 años de engañar con varios logotipos burocratizados que solo esperan los programas federales para aterrizarlos en su provecho.
Aunque más bien produce lengua y saliva, también nos dice que fue el jefe máximo de los productores de hortalizas en Tamaulipas; líder de productores en el sur, en la zona de El Bernal y decenas de presuntos grupos.
Es carne solitaria de los mítines del PRI pero, a la usanza del legendario mitómano “JJ”, eficiente en inventiva del modus vivendi.
Solo una cosa hay que reconocerle a César: El ingenio para convencer “al sistema” que todavía le es útil para que lo siga manteniendo con su carro de gastos.
Continuamos con el campo, pero en la otra esquina, o sea el sector social, los ejidatarios para ser más precisos, digamos que ya “estrenan” gerente nacional.
A lo mejor ni cuenta se dieron, estaban dormidos y, cuando despertaron, les dijeron que su nuevo mandamás es la CNC es Manuel Cota Jiménez, un senador por Nayarit.
Por unanimidad, los campesinos de Tamaulipas designaron este domingo como su líder, su guía y su representante al señor Cota, a quien no conocen y menos saben de sus ideas, cualidades y defectos.
Lo mismo pasó con los 32 comités estatales y del DF. Por “abrumadora mayoría» decidieron que su domador sea el multicitado senador quien, para variar, como hace ochenta y tantos años sus predecesores, prometió: “Rescatar el campo de la injusticia y desigualdad”.
No se ría querido lector, si es que tiene ganas, pero eso fue lo que dijo el susodicho. Todavía no es jerarca, porque tomará protesta hasta el 28 de agosto en Zapopan, Jalisco, pero ya pronunció su primer discurso con dosis de demagogia.
Habrá que esperar que algún miembro de la CNC abusadillo patente el método democrático para designar a sus superiores. Es tan perfecto que ya va para el siglo sin cuarteadoras del yugo.
Y el alcalde victorense, Alejandro Etienne Llano, puso en marcha el taller de capacitación para instructores deportivos que laboran en los espacios recreativos con que cuenta el municipio, y con ello difundir los beneficios del programa Seguro de Vida para Madres Jefas de Familia que impulsa el Presidente Enrique Peña Nieto.
En Victoria existen empadronadas nueve mil 500 mujeres madres y la meta es cerrar el año con 14 mil.
Ahora nos llega una denuncia de El Mante en contra de un funcionario colaborador del alcalde Pablo González León, quien le fracturó un dedo a una mujer de nombre Ema Gómez González, que vive por la calle Hidalgo.
Los hechos sucedieron el 22 de mayo. Ella presentó la denuncia pero le negaron la orden de aprehensión que solicitó. El caso está en apelación.
Abundaremos.