Cd. Victoria, Tamaulipas.- Muy pronto nuestros políticos (de todas las corrientes) tienen que entrarle a la reforma para homologar las elecciones locales con las federales.
Esto significa que los comicios deben ser en la primera semana de julio –del mismo año- para todos los cargos de elección popular (cada tres y seis años).
¿Qué consecuencias puede traer a los ciudadanos cuerudos? En el peor de los casos un Gobernador que dure en el cargo dos años y alcaldes y diputados con lo mismo.
Decimos lo anterior por algo muy fácil de comprender: Sería inconcebible que tuviéramos un Gober de ocho años. No se ha visto en otras entidades, no es congruente.
Tampoco es funcional –no lo hacen otras entidades- que la reforma estatal se diera hasta 1922 para hacer mandatos de tres años (en equidad).
Si nuestros políticos (y en los hechos los diputados) deciden por los dos añitos ¿a quién le va a tocar presidir la administración?. Hasta hoy los pronósticos señalan que habrá continuidad priísta ¿quién de sus hombres o mujeres?. Los azules parecen estar muy lejos de un triunfo en la tierra cueruda.
En el congreso local ya se cocinan proyectos de homologación, pero los líderes esperan que se de la reforma secundaria en el Congreso de la Unión, la que deberá salir a más tardar el último de abril.
A partir de ahí las corrientes de la 62 legislatura, bajo la batuta de su líder Ramiro Ramos Salinas, deben ponerse a chambear y sacar la tarea para antes de septiembre, que es cuando arranca oficialmente el proceso electoral federal del 2014.
Cuando la primera reforma, en los tiempos de Felipe Calderón, la elección local se empató con la federal en el primer domingo de julio aunque no en el año. Esto obligó a que los alcaldes y diputados duraran en el ejercicio dos años con nueve meses.
El propio Gobernador Egidio Torre Cantú durará cinco años y nueve meses según la reforma a la que Tamaulipas se unió como parte del pacto federal.
¿Por qué se decidirán? ¿Por alcaldes que duren cinco años? ¿por Gobernador de ocho años? Seguramente que no.
El dato nos dice que, por ejemplo, el Gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, durará en su cargo 3.4 años y el próximo de Puebla ejercerá por dos años.
Así, los poblanos tendrán elecciones en 1916 y 1918 y posteriormente quedarán “empatados” con las federales.
Ahora mismo el Gobernador de Guerrero, Angel Aguirre Rivero, ejerce una administración de cuatro años, en tanto que Marcos Covarrubias, de Baja California Sur, deberá permanecer 4.5 años.
Según el calendario, en el 2015 habrá elecciones en 15 entidades de las cuales nueve renovarán Gobernador y otras alcaldes y diputados.
Un año después las elecciones serán en seis y se irá dando forma a la homologación que evitará dispendios y grillas que solo distraen a la gente en lugar de dedicarse a trabajar.
Nos dicen que ahora mismo en Veracruz hay elecciones cada año por aquello de las federales, municipales y diputados y Gobernador.
Igualar los comicios es un viejo proyecto de los tiempos de Gustavo Díaz Ordaz y Alfonso Martínez Domínguez (igualó Nuevo León) para evitar el “dobleteo” de gastos en las campañas políticas.
Hoy parece que todo avanza. Los únicos problemas serían en entidades como Coahuila que aumentó a cuatro años el ejercicio de los presidentes municipales, en tanto que Chiapas quiere cinco para ellos.
Volviendo con los políticos domésticos, no sería mala idea que incrementen a seis años la duración de las administraciones municipales y se acaban muchos problemas.
Más antes los presidentes duraban dos años y los Gobernadores cuatro. Don Magdaleno Aguilar fue el primero en ejercer por seis años en Tamaulipas.
Como dato, digamos que antes de 1933 los diputados federales tenían un ciclo de dos años y los senadores de cuatro.
Estaremos muy pendientes del tema que incluye la reforma política completa del Código Electoral local para “acoplarlo” con el ordenamiento federal (hay quienes pretenden que desaparezcan las leyes locales).
Veremos. Por lo pronto los políticos necesitan perder el miedo y decidirse a que habrá comicios en el 1016 y en el 2018. Nada les va a pasar. Deben hacerlo.
En este México –del que forma parte Tamaulipas- todo se puede. Así tenemos que la actual Constitución de nuestra tierra entró en vigor el 16 de febrero del 1921, pero el ejercicio del Gobernador y los alcaldes comenzó a “contarse” (así dice la Carta Estatal) desde el cinco de ese mismo mes.
Si hablamos de partidos, la Red de Jóvenes por México -eso queda en el PRI- presentó parte de su plan de trabajo para el ejercicio 2014 que incluye 21 cambios en la estructura estatal y presencia en territorio de la juventud, para mantener una política de suma y puertas abiertas en los comités municipales.
Así se “estrena” la dirigente del sector juvenil tricolor, Mayra Benavides Villafranca, regidora en Victoria y quien acaba de instalarse en el cargo.
Si comentamos de otras cosas, mire que la UAT se sigue vinculando a la sociedad e instancias de servicios del gobierno, como lo ha determinado el Rector Enrique Etienne Pérez del Río, y es así que la Unidad Académica Mante (UAMM) realiza investigaciones para combatir con químicos más efectivos al moquito transmisor del dengue.
Antes de irnos, parece que hay una equivocación en eso de la “renuncia” de la alcaldesa de Mainero, Lázara Nelly González Aguilar, para regresar a la suculenta nómina del Congreso de la Unión.
Las chambas de elección popular son irrenunciables; para retirarse de ellos, antes de concluirlos, solo se pide licencia. También son irrenunciables los cobros (por servicios) de los diputados, alcaldes, síndicos y regidores. Nada que se “donan”.