Cd. Victoria, Tamaulipas.- El Gobernador Guadalupe Mainero Juárez fue un perverso negrero que utilizó a los presos para construir sus obras carreteras (de terracería).
Cuando no había suficiente gente en los penales, ordenaba que los jóvenes fueran detenidos en las calles de las ciudades o el medio rural para fincarles responsabilidades, condenarlos y mandarlos a las obras.
Fue así que a finales del siglo antepasado acordó el inicio de trabajos carreteros en diversos tramos, como Ocampo-Tula; Victoria-Tula; Villagrán-Linares; Victoria-Matamoros y otras.
Uno de los caminos que dejó profunda huella e indignación en el pueblo de Tamaulipas, fue el que iba de la antigua Villa de Aguayo hasta Tula.
Se trabajó durante largos años y murieron no pocos presos que eran tratados con crueldad en lo que parecían campos de concentración nazi.
El gran verdugo era un llamado “Teniente Larrazolo”, cuya historia sigue llamando a los expertos para que elaboren su biografía, lo mismo que Mainero “en su lado malo”.
El antiguo camino a Tula fue realizado “con toda la mano”, como dicen los vecinos de Joya Verde y El Huizachal –municipio de Victoria-, ruta hacia el municipio de Tula.
Pero de hecho no le costó al Presidente Porfirio Díaz ni al gobernador. Aunque había un “sueldo” para los esclavos, no se les pagaba sino que se les “ahorraba”.
Todo lo hicieron, hasta la señalización y nomenclatura en piedra.
Sin salir de Ciudad Victoria está el primer anuncio en piedra labrada, de que la capital de Tamaulipas se encuentra a dos kilómetros.
Esta primera piedra está en las calles 22 y Rosales. Fue recuperada por el entonces cronista de la Ciudad, Vidal Efrén Covián Martínez.
Otro indicador de kilometraje lo vemos por el libramiento de tránsito pesado y la carretera a Tula.
Dice: “A Victoria 5 km”, aunque su posición fue modificada puesto que el antiguo camino estaba más abajo, casi por entre el río San Marcos.
Todavía más arriba, en su posición original, están los diez kilómetros a Victoria, entendiendo que la medición viene desde Tula.
El resto de los señalamientos han sido robados por la gente, y se dice que están en domicilios particulares de prominentes capitalinos.
Sube el camino, cruza el cerro Agujerado y llega hasta lo alto de la sierra donde está el primero de los más grandes muros de contención, elaborado también por presos. Es visible desde Tamatán y La Peñita.
El túnel está a diez kilómetros de Victoria y el muro o dos o tres más.
Puede afirmarse que el camino está en buen estado. Los muros de contención colocados como los pusieron los presos hace tantos años.
Allá en la bajada, está otra placa alusiva a la construcción, que dice textual: “MURO construido por el sobrestante Mayor Juan J. Paz en junio de 1883; mayo 5 de 1884”.
Es un grabado en piedra empotrado en una especie de pedestal de mezcla de arena y cal con piedra.
Está en perfecto estado, como muchos otros a lo largo del trayecto de 130 kilómetros a la ciudad tulteca.
Desde aquí se puede llegar a Tula como en las mejores épocas, dice Benito Barrón Sánchez, un lugareño que desde 1924 viajaba en burro a Victoria.
¿QUIEN FUE LARRAZOLO?
La piedra (obelisco) habría sido colocada en lo que ahora se denomina ejido La Unión (era campamento de prisioneros), municipio de Jaumave, cuando fue inaugurado el camino de terracería Victoria -Jaumave, el 30 de abril de 1900.
Inicialmente, el teniente Larrazolo figuró como director del penal estatal de esta capital, pero luego se le comisionó para dirigir la obra realizada con prisioneros, obligados por la fuerza de las armas.
Don Porfirio urgía que el camino debería terminarse cuanto antes y el Gobernador Mainero ordenaba levantar a jóvenes de la calle para condenarlos en prisión y mandarlos a trabajar.
En su discurso de inauguración, en el campamento, el Gobernador Mainero declaraba.
-…Al encargado inmediato de la realización de los trabajos, Teniente Larrazolo, a quien acaba de concedérsele una pequeña gratificación extraordinaria, justa recompensa de su buen acreditado celo.
A la vez, Larrazolo le respondía con el reconocimiento en una placa que duraría para la historia.
La construcción del camino Victoria a Tula duró más de 15 años y en todos se obligó a trabajar a los presos. Incluso se hacían razzias por el medio rural para reclutar gente, casi como esclavos.
El periódico oficial del Estado, del 29 de julio de 1899, incita a los jueces de todo el estado a que sentencien gente rápido porque se necesitan más prisioneros para terminar las obras.
-Habiéndose recibido entre los meses de junio y julio procedentes de la tercera, quinta y octava fracción judicial, once, seis y cinco presos para aplicarlos a los trabajos públicos, tiene urgente necesidad el gobierno de que cuanto a más tarde para la segunda quincena de septiembre se le remitan nuevos presos, siquiera en esta proporción:
De 12 a 16 de Matamoros, de 6 a 8 de Mier, y de 4 a 6 de Laredo, por lo que se exalta a los responsables, jueces, para que por si mismo y ayudados de los jueces menores, desplieguen la mayor actividad posible en la tramitación de las causas pendientes y en la concentración de los presos con las causas que corresponden…
En la obra fallecieron muchos reos. La mayor parte eran agarrados en la calle y condenados solo para que sirvieran de esclavos.
Pero esta historia de esclavitud, protagonizada por quien es considerado uno de los «mejores» gobernadores de Tamaulipas, es otra.
Hizo decenas de obras, como todas las carreteras, tomando jóvenes y encarcelándolos, condenándolos para enviarlos a trabajos forzados.
