Cd. Victoria, Tamaulipas.- Hoy en día los militantes del PRI aseguran que su partido es tan fuerte, que podrían hacer ganar a cualquier hijo de vecino que postulen al senado o las diputaciones.
Atrás parecen haber quedado –olvidadas-, las experiencias de las derrota del 2000 y 2006, en que los tricolores perdieron tres y cinco posiciones en la cámara baja.
No deben confiarse en lo que viene; cada elección, como dicen los expertos en marketing, no se resuelve como la pintan.
Los priístas conocen muy bien el sabor de la derrota aun cuando, hace seis años, postularon a elementos que ya tenían un camino recorrido.
La pregunta es ¿a quienes postularán ahora? ¿a conocidos o a desconocidos? Cada proceso es diferente, como diría El Negro Gamundi cuando estaba en la cima de su éxito durante el geñismo.
No era un desconocido cuando en el 2006 Homar “El Jumento” Zamorano Ayala mordió el polvo en Matamoros frente a Alberto García González.
Jamás en su vida se le olvidará que perdió por “apenas” dos mil 998 sufragios.
No era un improvisado puesto que ya había estado en el congreso federal, en el local y en la alcaldía de su pueblo.
Tampoco Doña Lupita Flores Valdez podrá borrar de sus recuerdos la derrota que le infringió Omeheira López Ramos –en Río Bravo-San Fernando- por una diferencia irrisoria de siete mil 138 votos.
Ella también había pasado por la cámara federal y por la local, amén de la dirigencia de la campesina en Tamaulipas ¿y luego?.
Tragó tierra en esa histórica fecha el jovenazo Javier Gil Ortiz, por el distrito de Madero, con una diferencia de siete mil 306 sufragios.
Este sí un desconocido que apenas comenzaba su vertiginosa carrera a la sombra de Eugenio Hernández, quien más tarde lo hizo alcalde de Altamira y diputado federal (en la revancha).
Un inmaduro Jorge Manzur Nieto, de Tampico, tampoco olvidará la probada de polvo a que lo llevó Luis Alonso Mejía por una diferencia de 12 mil 956 votillos.
También perdió en Reynosa, en el mismo proceso, el joven Everardo Villareal Salinas, luego diputado local, diputado federal y alcalde en estos tiempos.
¿Quién los condujo al matadero? Nada menos que Luis Enrique Rodríguez Sánchez, ex presidente de Xicoténcatl, quien por esos tiempos exhibía diplomas de triunfos en otras entidades como Veracruz y San Luis Potosí.
Al acontecimiento se le conoció como la peor masacre del PRI en nuestra entidad, y es fecha que los electores tampoco la olvidan.
Solo ganaron tres individuos: Enrique Cárdenas del Avellano, en el VI distrito, Mante; Miguel González Salum, del V Victoria, y Horacio Garza Garza, por Nuevo Laredo.
Pero mire usted la diferencia con la principal oposición, el PAN: Cárdenas se fue con menos de mil 500 votos; Miguel con casi 13 mil y Horacio con once mil.
Aquella madrugada de julio, Cárdenas Jr. se durmió con una derrota y despertó con su triunfo gracias al voto verde proveniente de Tula y los municipios serranos.
También se fueron las senadurías; mordió tierra el joven José Manuel Assad Montelongo y Amira Gómez llegó por la primera minoría.
Seguramente los tricolores ya aprendieron ¿cómo lo van a demostrar en el proceso que que ya está en marcha?.
Desde que tomó posesión de su encargo, el presidente estatal del tricolor, Lucino Cervantes Durán, dijo que su partido postulará a candidatos con garantía de triunfo, ganadores.
Los tiempos ya están encina. Para el 15 de febrero será la convención para designar a los candidatos al senado, y entre el 18 y 19 las ocho distritales ¿a que ganadores nominarán?.
De paso, ha dicho Lucino que no habrá sorpresas, que saldrán de los nombres que los medios de comunicación han mencionado con insistencia.
Luego entonces, por Nuevo Laredo ¿el candidato será Daniel Peña Treviño? ¿otra vez Horacio Garza Garza?.
Son los que se andan moviendo, que andan buscando la candidatura y ambos tienen una garantía de triunfo, el primero con la fuerza de su organización cetemista y el segundo con las colonias populares.
En Reynosa se dará la gran pelea con los azules ¿será candidato del PRI José Elías Leal? ¿acaso Serapio Cantú Barragán? ¿Reynaldo Garza Elizondo?.
Hay que ver también que Oscar Luebbert Gutiérrez fue diputado federal, senador y alcalde, siempre con las mejores calificaciones del respetable.
Por lo que hace a Matamoros, parece que el “dedazo” de la convención favorecerá como aspirante a la diputación al joven César González García ¿es garantía de triunfo? ¿por qué no otra vez Homar Zamorano Ayala?.
Mante es considerado como el paraíso de los golondrinos, y que por casualidad ganan.
Otra vez se quiere sacrificar José Manrique Villarreal, también ex alcalde, y los Javieres, Villarreal Salazar y Villarreal Terán, padre e hijo.
Pero los ojos del Revolucionario parecen no estar en ellos sino en otros ¿Libertad García Cabriales? ¿Garantía de triunfo? Recuérdese que fue su madre, “Chicha” Cabriales, la que abrió el camino de las derrotas en las alcaldías de la urbe cañera.
Y en Tampico, la cuna del panismo en Tamaulipas, el más popular parece ser Fernando Azcárraga López, dos veces ex alcalde del puerto ¿va para candidato?.
Hay otros que no han pasado por las pruebas de las urnas, como Eduardo Hernández Chavarría y Gabriel Legorreta Stephens ¿será por ahí?.
En el puerto han mordido el polvo otros elementos como Gerardo Gómez Ibarra y Gustavo González García, con posibilidades este de volver a ser postulado ¿será cierto?.
En los siete distritos mencionados empieza a moverse la gente, pero ¿y en Victoria? Aquí todos quietos, solo observando y calculando, fuera de tres que le tiran arriba para quedar abajo: Humberto Filizola, Enrique Cárdenas Jr. y Felipe Garza Narváez.
Seguramente el dirigente estatal, Lucino Cerantes Durán, ya presentó la lista de los posibles ante el jefe político, Egidio Torre Cantú, quien negociará con el CEN tricolor las posiciones.
Ya veremos. Falta muy poco para que aparezca el humo blanco.
Nos vamos.
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