«MORATORIA SOBRE EL ABORTO…»
Lic. francisco Javier Álvarez de la fuente
En diciembre de 2007, en la ONU, se planteó la Moratoria universal sobre la pena de muerte, un refrendo para eliminar las ejecuciones en el mundo. En vísperas de la firma, decía Amnistía Internacional:
La aprobación de la resolución de la ONU marca un momento decisivo en la campaña contra la pena de muerte, que 133 países (dos terceras partes del mundo) han abolido ya en su legislación o en la práctica. En 1948, cuando se aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos, sólo ocho países habían abolido la pena capital para todos los delitos.
El 18 de diciembre de 2007, se firmó la petición de esta Moratoria. Con 104 votos a favor, 54 en contra y 29 abstenciones, la Asamblea aprobó el texto no vinculante elaborado y autorizado por el comité encargado de temas humanitarios de este órgano de debate.
Poco después, Giuliano Ferrara, director de Il Folglio, planteó la Moratoria sobre el aborto, que ha tenido un notable eco internacional.
He aquí algunos párrafos de La carta al Secretario General de la ONU:
“En estos últimos sesenta años se han tomado muchas medidas y no se han escatimado esfuerzos para crear y sostener los instrumentos jurídicos en materia de protección de los ideales contemplados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada el 10 de diciembre de 1948 en Paris.
En las últimas tres décadas se llevaron a cabo más de mil millones de abortos, término medio unos cincuenta millones de abortos por año. Del último informe de United Nations Population Fund (Fondo de Población de las Naciones Unidas) se desprende que en China el aborto, fomentado o coactivo, es un riesgo que corren decenas de millones de niños que están por nacer en aras de una planificación familiar y demográfica gubernamental. En la India, en veinte años, por selección sexista se le quitó la vida a millones de niñas antes de nacer.
En Asia el equilibrio demográfico peligra debido al infanticidio masivo de magnitud epocal. En Corea del Norte con el aborto selectivo se intenta eliminar radicalmente toda forma de discapacidad.
En Occidente, el aborto también se ha vuelto en el instrumento de una nueva eugenesia que viola los derechos del feto y la igualdad entre los hombres.
El diagnóstico prenatal ya no cumple su función de preparación para acoger y cuidar al bebé sino que es más bien un criterio para mejorar la raza, destruyendo de esta forma los ideales universales en los que se basa la Declaración Universal de 1948.
Sometemos a Vuestra consideración una petición de moratoria de las políticas públicas que fomentan formas de sumisión injustificada y selectiva del ser humano durante su desarrollo en el vientre de la madre mediante el ejercicio arbitrario de un poder de aniquilamiento, violando el derecho a nacer y a la maternidad.
El artículo 3 de la Declaración Universal contempla que “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.”
Hacemos un llamamiento a los representantes de los gobiernos nacionales para que expresen su opinión a favor de un enmendamiento significativo del texto de la Declaración: después de la primera coma, insertar “desde la concepción hasta la muerte natural”.
La Declaración universal, de hecho, se refiere a los derechos humanos “iguales e inalienables” y proclama solemnemente que los seres humanos tienen la “dignidad intrínseca de todos los miembros de la familia humana” (Preámbulo).
El artículo 6 del International Covenant on Civil and Political Rights (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos) aprobado por las Naciones Unidas en 1966, establece que “El derecho a la vida es inherente a la persona humana”.
Ojalá que los Señores Ministros de la Corte y los Diputados de los Congresos de los Estados que faltan de incluir el derecho a la vida desde su concepción la tomen en cuenta para que respeten escrupulosamente los derechos humanos y, el primero de estos derechos es el derecho inviolable a la vida y para ver que pronto esto suceda… ¡Aquí estamos!