Pablo Balboa R.
La tarde del diez de junio de 1971 más de 10 mil estudiantes del Politécnico, de la UNAM, maestros, obreros de refrescos “Pascual”, de “Duramil”, de “Ayotla textil”, marcharon por las calles, avenida del Maestro y San Cosme en el Distrito Federal, exigiéndole al gobierno priista de Luis Echeverría Álvarez la solución al conflicto de los estudiantes universitarios de Nuevo León, que luchaban por que se reconociera al rector Ulises Leal Flores, electo en forma democrática por los estudiantes y maestros de esa Universidad , así como el consejo paritario universitario, como el máximo órgano de dirección universitaria.
Al mismo tiempo, los estudiantes del D.F. retomaban las banderas del movimiento estudiantil popular de 1968, ahogado en sangre por la masacre cometida el 2 de octubre por el gobierno genocida de Gustavo Días Ordaz , el respeto a los derechos fundamentales de los mexicanos, libertad de huelga, de prensa, de manifestación y de expresión de las ideas conculcadas por todos los gobiernos priistas , el cese a la represión a los movimientos populares y la salida del ejército del estado de Guerrero, donde reprimía a los campesinos.
La respuesta a los reclamos estudiantiles por parte de Echeverría fue lanzar al grupo paramilitar de los “halcones” contra los manifestantes. Durante más de media hora, los asesinos, con ametralladoras y armas de alto poder, dispararon contra los manifestantes con un saldo de más de 150 muertos y cientos de desaparecidos, sin que hasta la fecha los culpables de aquel brutal genocidio hayan sido castigados.
Este 10 de junio, a 40 años de distancia, el gobierno panista de Felipe Calderón sigue usando los mismos hechos brutales de represión y violación a los derechos constitucionales y laborales de los trabajadores y del pueblo de México, como la represión a los trabajadores mineros de Cananea y desconocer a su dirección sindical, la desaparición de la empresa paraestatal Luz y Fuerza del Centro, y dejar en el desempleo y reprimir a los miembros del SME, también la bancarrota de la Compañía Mexicana de Aviación, cuyos empleados no cobran salarios.
Con el pretexto de la lucha contra el crimen organizado, Calderón se metió en una tonta guerra que ya lleva más de 40 mil muertos, entre ellos más de 4 mil inocentes que han sido víctimas del fuego cruzado entre el ejército y los delincuentes. Con ese mismo pretexto, el ejército ha realizado cateos y detenciones arbitrarias, violando de esa manera las garantías individuales de los mexicanos lo que le ha valido al gobierno de Calderón la reprobación de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
Este diez de junio, el movimiento por la paz y la justicia, dirigido por Javier Sicilia, realizará un recorrido desde Cuernavaca y el D.F., y al grito de ¡ya basta!, ¡estamos hasta la madre de tanta violencia y tantos crímenes!, llegarán por la tarde a Ciudad Juárez, donde, además de conmemorar a los mártires de aquel jueves de Corpus, harán un juicio político contra Felipe Calderón, para que no se repitan los crímenes del 10 de junio ni más muertes inútiles, ni más niños quemados, ni más pastas de Conchos, y para que los criminales no vuelvan a gobernar a esta paí