Cd. Victoria.- Ahora se sabe que el ayuntamiento de Matamoros –el de Alfonso Sánchez- pidió una investigación del ejercicio presupuestal de su antecesor Erick Silva Santos.
La petición llegó al Congreso del Estado y, si el asunto sigue el mismo curso de otras denuncias, el señor Silva debe estar orinándose de la risa.
Este mismo miércoles los documentos del ayuntamiento fronterizo se turnaron ante la Auditoría Superior que ahora comanda Don Miguel Salman Alvarez, ese que tiene fama de honesto.
Aparte del juego y la risa, hay preguntas sin respuesta ¿qué fue lo que se comió Erick? ¿qué no hizo, o no quiso hacer? ¿habrá línea para enjuiciarlo?.
Debe recordarse que las relaciones del presente sexenio con el anterior, no son precisamente de aplausos.
Por lo general estas situaciones se deciden en alguna oficina gubernamental de ciudad Victoria y solo son “acalambres”, o advertencias.
Nunca vienen por acciones de caridad sino por “algo malo”, como por ejemplo hacer precampaña para ocupar un puesto de elección popular.
Y mire que, antes del arranque del presente sexenio, hubo periodistas (oficialistas) que pronosticaban que el matamorense ocuparía una cartera en el presente gobierno.
Hay municipios “pequeños” a los que también se pidió investigar, mas la trascendencia política está en los “grandes”.
Ya entrados, vemos que en el banquillo de los acusados están los ex alcaldes de Tampico, Mante, Xicoténcatl y Matamoros. Los acuerdos de la investigación se tomaron en cabildo.
Sería interesante saber qué fue lo que Poncho le mandó a Doña Guadalupe Flores, la dirigente del Congreso, respecto a las cuentas públicas de Silva en el 2008-2010.
Pero de seguro no son cosas positivas.
Como decíamos al principio, así como pintan las cosas, los ex presidentes deben tener una carcajada de oreja a oreja, con la seguridad de que nadie les va a hacer nada.
Si les va mal, así como marcha el aparato de gobierno, tal vez dentro de nueve años se les pidan cuentas. Para entonces habrá cambiado totalmente el panorama político.
Mientras tanto, en Victoria, el nuevo alcalde, Miguel González Salum, anunció que en el presente año su administración pavimentará un total de 85 mil metros cuadrados de calles en 60 acciones.
Esto suma una inversión de 44 millones de pesos y se garantiza que las obras serán duraderas porque el 90 por ciento de los pavimentos se harán a base de concreto hidráulico.
“Migue” anda rasguñando hasta por debajo de las piedras para completar el presupuesto mínimo que requiere el ayuntamiento.
Su antecesor, Arturo Díez Gutiérrez, dejó temblando las arcas.
En otro comentario, nos dicen que el nuevo dirigente perredista, Jorge Valdez Vargas, acompañado de su equipo “pesa´o”, tomaron por asalto las oficinas que mantenía el depuesto Jorge Sosa Pohl y se llevaron los muebles y hasta un marranito “despertador” que el gordo tenía por ahí.
Y como a El Ruso le interesa el escándalo, se disponía a presentar demanda penal en contra de su verdugo.
Otro partido que promete diversión es el PANAL (Nueva Alianza), donde el doctor Sergio Flores Leal pretende la reelección.
Pero dicen que dijeron allá por la sección 30 del SNTE, los que mandan, ¿y quién lo ha elegido? Para una reelección necesita primero una elección.
Arnulfo –fuente de financiamiento del partido- no traga a Flores, y prueba de ello es que jamás aceptó incluirlo en la lista plurinominal para que cobrara como diputado local.
El acuerdo de llevar a Sergio a la dirigencia se tramó el sexenio pasado. Ahora es otro el panorama.
Por eso Arnulfo hizo legisladores a sus compadres Aurelio Uvalle Gallardo y Hilda Santana Turrubiates, que le son fieles hasta la muerte.
Es tanta la complicidad con el sistema y los hilos que lo manejan, que la dirigente del Congreso del Estado, Guadalupe Flores Valdez, envió a Gallardo como presidente del legislativo por el mes de mayo.
Tan es palero el señor Uvalle, que el “dedazo” en su favor no causó sorpresa ni fue noticia en los medios de prensa.
Esto, aunque haya sido la segunda ocasión en la historia de Tamaulipas –dominado por el PRI- en que un diputado de “oposición” es nombrado presidente del Poder Legislativo.
La primera fue allá por 1984 cuando Miguel Treviño Rábago, parmista de corazón, fue “dedeado” como presidente por instrucciones del Gobernador Martínez Manautou, en contra de la opinión de sus compañeros tricolores.
“No querían pero lo hicieron a guevo” nos dijo en alguna ocasión el profesor Treviño.
Hoy no pasó lo mismo, los tricolores ven a los diputados del PANAL como compañeros de partido o socios del negocio, mejor dicho.
Y nos vamos que el espacio se terminó.
www.janambre.com.mx