SIEMPRE CRITICO DEL SISTEMA Y A FAVOR DE LOS POBRES
Es uno de los sacerdotes más conocidos y queridos por la grey católica victorense.
Sin embargo, son poco conocidas las referencias personales del padre David Martínez Reyna.
Originario de Río Verde, S. L. P. (la tierra de la cantante Ana Bárbara) , la mayor parte de su ejercicio sacerdotal ha sido en ciudad Victoria, donde ya está retirado, jubilado según la norma de la Iglesia.
Muchos victorenses lo conocen por sus opiniones políticas, sus críticas hacia el sistema y en favor de los pobres. En contra de la voracidad de los políticos.
Le planteamos el objetivo de la visita y accedió a dar respuestas, aunque adelantó que él “no se levantaría el cuello solo”, porque no es su costumbre.
Es agradable, no para de platicar, comentar, decir…Es una máquina de ideas y opiniones.
De buena voluntad comienza con sus respuestas.
Va para 55 años de “servir a la Santa iglesia”.
-Inicie mis estudios en el Seminario de San Luís Potosí, por un año, y luego me salí porque me trataron mal, no me gustó el trato que me dieron cuando era niño.
Me fui para Querétaro, donde los sacerdotes me dieron un trato mucho muy humano, y donde hice mis estudios de humanidades.
Luego hice estudios de Filosofía y Teología en el Seminario de Tampico.
Allí tuve el honor de que me consagrara el señor obispo Ernesto Corripio Ahumada, fu el 25 de abril de 1956 cuando me ordenó sacerdote.
-¿Tiene algún título?
-No, ninguno, porque por la carencia de sacerdotes que había, inmediatamente me nombraron vicario de la catedral de Tampico, a la edad de 26 años.
También lo designarían el párroco de Jaumave, “cuando no había ninguna comunicación, cuando había que viajar en mula y en macho”, dice entre sonrisas.
Agrega:
-Había un autobús que hacía cuatro horas por ese camino viejo Pero son pueblos muy bonitos, muy bonitos.
Allá estuve atendiendo al mismo tiempo las parroquias de Bustamante, Miquihuana y Palmillas.
De ahí me cambiaron a administrar la parroquia de Altamira, y luego, cuando se dio la división de la Diócesis, fui comisionado a Victoria.
LE GUSTA LA MUSICA CLASICA
Al padre Martínez Reyna, como se le conoce, le gusta escuchar música clásica, culta, de Beethoven, de Chopin, aunque también popular, como los huapangos, o sea el corte huasteco.
En cuanto a los deportes, dice que cuando era joven jugó bútbol.
-Llevé el fút a Jaumave y Tula. En aquellos años no se conocía por allá.
Después que regresó de Altamira, el Obispo José de Jesús Tirado y Pedraza le encargó el templo del Santuario de Guadalupe, el que por la época estaba cerrado por falta de sacerdotes.
Allí estuvo por 13 años hasta que se hizo parroquia y se rendía culto todos los días.
Comenta: Cuando tuvo los servicios de toda una parroquia me cambiaron a El Chorrito, en donde también, con la ayuda de los ejidos y el gobierno, se hizo la obra grande de lo que ahora es el Santuario.
Dice que el ejido se transformó completamente, se le dio luz, agua y la carretera, todos los servicios indispensables para el turismo.
Y efectivamente, los tiene. Ahora El Chorrito es diferente.
En Llera, el padre Martínez aprendió a degustar las clásicas chochas de pita.
Sus comidas son muy sencillas: Nopales, frijoles, tortilla y queso.
-¿A qué edad le nació la vocación por el sacerdocio?
-Por mis padres. Mi madre era una mujer católica y mi padre católico y masón de tercer grado. El se preocupaba mucho por nuestra educación, de tal manera que los sábados íbamos al culto evangélico a aprender la Biblia y los domingos a la católica a aprender la catéquesis.
Como buen masón –no charlatán como los de ahora- que practicaba su religión, no quería que nosotros anduviéramos el tiempo libre en al calle. Para él, lo más importante era que en sus hijos estuvieran los valores.
De ahí, de esta forma de vivir, de esa forma de vivir de mis padres me nació la vocación del sacerdocio.
El padre Reyna tuvo 12 hermanos, como cualquier familia de entonces. Todo estudiaron una profesión académica y solo él sacerdote.
VOCACION MAS QUE PROFESION
David se acuesta a las diez de la noche, todo los días, y se levanta a las seis de la mañana.
Dice que el sacerdocio, más que una profesión, es una vocación.
-Es una vocación de servicio, porque la profesión la da el hombre; el médico, es la salud del cuerpo, y el sacerdocio es la salud del alma. La profesión la da el hombre y la vocación es por mandato divino.
-¿Cuál ha sido una de sus máximas satisfacciones?
-Desde luego que servir a mi Dios, de quien he recibido mucho y servir a todo ser humano, sea del credo que sea y de la posición económica que sea. Esa es mi vocación.
He tenido grandes satisfacciones como que, mis hermanos (de religión) separados, muchos de ellos me saludan con alegría y con entusiasmo.
Uno de mis grandes amigos es el doctor Graco Méndez, ministro, a quien respeto mucho, y el doctor Meléndez. Hay varios que por ahora no recuerdo sus nombres.
QUE SE UNEN PRI, PAN y PRD
Nos atrevemos a preguntarle algo que seguramente nadie le había preguntado en una entrevista, a pesar de que es muy amigo de los reporteros.
-¿Ha habido ingratitudes hacia usted?
-No me quejo de ningún ser humano que haya sido ingrato conmigo. Lo que uno siembra, siempre es lo que cosecha.
-¿Algún hobbi?
-Pues casi no, me he dedicado a la comunidad, siempre a los jóvenes y a los niños. Me dediqué a reunir a esos pandilleros deseosos de escuchar la palabra de Dios, pero no hay quien la lleve.
-¿Ve televisión?
-De vez en cuanto, en los ratos que se puede veo noticias para saber como anda nuestra pobre patria y que la estamos haciendo pedazos.
Si realmente quisiéramos a México, creo que deberían unirse todos los partidos, PRI, PAN, PRD, que sean uno solo para realmente servir.
La voz se le quiebra ante la pregunta:
-¿Que es lo que más le ha causado tristeza?
-Dos cosas. La primera, la desintegración familiar. Fácilmente el hombre abandona a su mujer por otra, o por el alcoholismo, y quien la lleva es el niño.
Entonces los menores tienen una inestabilidad que muchas veces no llegan ni a terminar su primaria, y es el inicio de una gran miseria o un futuro de criminalidad.
La segunda, es tanto alcoholismo. Es una cosa exagerada que de jóvenes echen a perder su vida.
Abran o no las cantinas, no hay remedio, el remedio está en los valores, en la casa y siguen en la escuela.
Hay maestros valiosos, pero hay otros que desdicen mucho de su vocación como profesores.
-¿Enfermedades?
-Bueno, osteoporosis. Me operaron de las cuerdas bucales de tanto hablar.