Cd. Victoria.- Caras tristes hubo ahí por el Polyforum Victoria, luego que Eugenio Hernández dio lectura al documento relativo al Sexto Informe de Gobierno.
No derrotados pero sí tristes como Alejandro Jiménez Riestra, Secretario de Administración, quien lleva seis años en el equipo geñista, o Víctor de León Orti, que anda por lo mismo ¿qué irá a ser de ellos a partir del uno de enero? Buscarán chamba en avisos clasificados? ¿morirán de hambre?
Pero no solo ellos sino todos los que colaboraron en la administración ¿a dónde se van? ¿negocios particulares? ¿a buscar empleo? ¿nacieron como empresarios?.
Por lo pronto Eugenio ya tiene el primer ofrecimiento. Se lo hizo Humberto Moreira, aspirante a la dirigencia nacional del PRI.
Si gana, dijo el todavía Gobernador de Coahuila, le dará a Eugenio la cartera de Organización en el ex invencible.
Y sí, mire usted, todo indica que Geño se va a jugar a las “grandes ligas” de la política mexicana, al PRI nacional “o a lo que venga” –como le dijo a Enrique Peña Nieto-
Después de uno de enero, Geño se irá de vacaciones por varias semanas y regresará a descansar algunos dos meses, ya sea en el Distrito Federal o la capital victorense.
Y es que ciertamente, Moreira (no hay otro aspirante) le asignaría alguna cartera en el comité nacional tricolor para comenzar la batalla por la candidatura a la Presidencia del 2012.
Pero ¿quiénes se irían con Geño? Ahí está el asunto, o sus mejores amigos o quienes le dieron más resultados en las chambas que les encomendó.
Por lo pronto, si de partido y elecciones se trata, no hay duda que Ricardo Gamudi Rosas quedaría como anillo al dedo, con una trayectoria de triunfos no solo en Tamaulipas sino en otras entidades (si pierden Guerrero sus bonos irán en picada).
Este jueves el moreno establecía: “A donde me manden”.
Ya casi termina una especialidad en marketing político, que se suma a otros cursos de manejo de campañas que ha tomado desde que dirige los destinos del PRI en nuestra entidad.
Pero ¿quién más se iría a ligas mayores? Apuéstele usted querido lector que no hay mucho de donde cortar.
En su tiempo Enrique Cárdenas González seleccionó un equipo que lo acompañó en su aventura de ser secretario del gabinete federal. Pero se tuvieron que regresar a los pocos meses porque no les fue muy bien.
Lo mismo sucedió hace seis años cuando Tomás Yarrington también se llevó a un grupo al Distrito, que con la intención de ser candidato presidencial o incrustarse en la administración pública. También se regresaron.
Si lo vemos claro, las cosas hoy parecen diferentes. Lo jerarcas tricolores están unidos y han sostenido acuerdos de no darse de golpes por la candidatura presidencial, lo que les permitiría reconquistar Los Pinos para dentro de año y medio.
Y si las cosas marchan como hasta ahora, no se duda que Eugenio la pegará aunque en los siguientes meses tenga que hacer “talacha” desde la trinchera del partido.
De los demás colaboradores ¿qué será de ellos? Bueno, aparte de los que ya renunciaron para embarcarse en el proyecto de egidista.
Lo más probable es que vuelvan a lo suyo, como Jaime Rodríguez Inurrigarro a su notaría, o a sus negocios como Alberto Berlanga Bolado.
Otros tienen la posibilidad de continuar en el gobierno como institucionales que han sido, como es el Contralor José Maximiliano Zermeño, quien ha participado en los últimos sexenios.
Hay gente que seguramente jamás volverá a la administración pública porque no demostraron capacidad ni tienen la vocación de servir.
Del titular de Seguridad Pública, Antonio Garza García, si no se le ratifica, lo más probable es que regrese a la Federal Preventiva donde es policía de carrera.
Del particular, Eugenio Benavides, pues ahí tiene sus ranchos. Es ganadero por abolengo.
Del Jefe Jurídico, Ramón Ochoa Delgado, tiene su oficio que es el de locutor.
Del jefe de Finanzas, Oscar Almaraz Smer, ni para que mencionarlo. Se va de diputado.
Los magistrados que llegaron con Eugenio ahí se quedan. La barredora sexenal no los afecta.
De León Orti, como decíamos, seguramente atenderá sus ranchitos citrícolas (“herencias” de familia) que pudo coleccionar durante el sexenio.
El Betico Valdez Chichau, ahora jefe de la Sedesol, como no sabe hacer nada más andará por ahí en busca de otra oportunidad.
Sabás Campos puede regresar a Reynosa a atender sus negocios, donde podría buscar otra chambita.
Eso es de los secretarios, porque de los segundos de abordo, como Bladimir Martínez Ruiz, Humberto Hinojosa Ochoa, Enrique Garza Tamez o Florentino Sáenz Cobos, esos ya tienen derecho a jubilarse.
Por lo pronto, tenga usted la seguridad, querido lector, que nuestros funcionarios que entregarán la chamba el uno de enero, no morirán de hambre. Deben tener por ahí algún guardadito y, cuando la lumbre les llegue a los aparejos, pueden romper el cochinito y disponer de las monedas.
Nos vamos.