El dato dice que son auténticos pillos que no se tientan el alma para arrebatar el alimento los desposeídos.
Por eso la secretaría de Gobernación estaría ya tomando cartas en el asunto, pues se trata de verdaderos barriles sin fondo, una pandilla de vividores del sistema y, por casualidad, son panistas o individuos que navegan con la bandera del PAN.
Con tal de obtener recursos, son capaces de inventar ejidos y tramitar decenas de credenciales de elector con información falsa y moverse con la complicidad de funcionarios por todo el estado.
Agrega la referencia que la pandilla es dirigida por un tal Ismael Herbert Bautista, quien a partir del uno de enero asumirá la presidencia Municipal de Aldama.
Otro prominente miembro de los defraudadores se identifica como Estanislao, hermano del primero, y la hermana Angélica María que no culte mal las vaquetas.
Ellos se han hecho millonarios utilizando la categoría de “gestores” de los programas oficiales, como de la Reforma Agraria, Sedesol, Fonaes y Sagarpa, por lo cual cobran un porcentaje o bien se quedan con todo.
Por ese porcentaje, por aterrizar el recurso, cobran hasta el 50 por ciento a los grupos interesados, con lo cual no les queda para hacer realidad los programas, ya sea de compra de ganado o crear empresas ejdiales.
Presuntamente Gobernación empezó a acumular los datos de los “líderes” centaveros que no solo pertenecen al PAN, sino a otros partidos, como el PRD, Antorcha Campesina y la “TTT”.
El interés oficial en investigar cómo andan las cosas habría surgido porque alguien les dio el pitazo de que, del total de recursos federales que se entregaron a fondo perdido a grupos de dichas organizaciones, más de un 90 por ciento fue a parar a manos de los líderes y no se invirtió en nada productivo.
En esa macolla de corrupción estarían metidos también elementos como Guadalupe Soto Arellano y Magdalena Pedraza Guerrero, de Soto la Marina, quienes han fincado su modus vivendi de los recursos oficiales que “gestionan” y que no se destinan a los proyectos autorizados sino a sus bolsillos.
Otros que entran en la lista, serían los hermanos Reyes Cantú y Guadalupe Medina Bernal, de quienes se dice que traen una larga cola.
Ellos operan principalmente en el centro del estado, en los muncipios de Aldama, Soto la marina, Padilla, Victoria y San Carlos, pero a la vez se mueven hasta Matamoros.
Los programas, como se sabe, van a fondo perdido –no se trata de créditos- pero no hay del gobierno quien supervise que los recursos efectivamente se invirtieron.
Mire usted, querido lector, sería interesante saber en que termina esta investigación porque en realidad, las organizaciones y los líderes viven en un pleito eterno con los delegados federales para que les autoricen recdursos.
La semana anterior estuvo por la capital Pedraza Guerrero, de La Marina, exigiendo más recursos a través de una manifestación en Palacio de Gobierno.
Pero se menciona que la corrupción no la pueden hacer los propios centaveros sino que deben intervenir en complicidad funcionarios de las delegaciones, ya sea Reforma Agraria, Sagarpa o Sedesol, de tal forma que, si se le escarba, varios servidores podrían americar cosignación.
Esa red de corrupción le cuesta ya varios millones de pesos a las dependencias del gobierno federal, por lo que alguien de arriba pidió la investigación.
El hecho es que se han creado ejidos fantasmas para aterrizar recursos.
Por ejemplo, el grupo de vividores de Aldama, deciden centavear en Victoria y por tal motivo cambian sus credenciales de elector y se dicen vecinos de algún ejido, incluso que ni conocen.
Como sabemos, no es nada despreciable: Lo más bajito son 530 mil pesos por proyectos de Reforma Agraria, hasta de cuatro millones del Fonaes, y entre los 50 y cien mil por parte de la Sedesol, además de la Sagarpa.
Se supone que, una vez lista la investigación por parte de Gobernación, deberá engregarse a alguna autoridad competente, como la Auditoría Superior o Secretaria de la función pública para que intervenga.
Ahora se entiende por qué tanto interés de los citados líderes en exigir los programas.
Pero nos dicen que, si usted quiere comprobar que proyectos se concretaron, se encuentra con sorpresas porque en los ejidos no existen empresas ni ganado.
Es más, puede darse el caso que ni los nombres de los solicitantes son originales y menos viven en los ejidos.
Podríamos entender que la gente de de Pedraza, en Soto la Marina, o los Reyes Cantú de San Fernando y Aldama, dicen que viven en ejidos de Victoria, Padilla, Llera y otros y se llevan los billetes.
Ya abundaremos sobre el tema porque por ejemplo ¿qué fregados tiene que hacer el Grupo 90 Matamorenses en Aldama? ¿solo para pillar dinero?.