Mc Allen, Tex.- «Este no es un tour social ni político, vamos a vivir la misma experiencia que los braceros».
Fueron las palabras de Carlos Alberto Quevedo, supervisor de la Patrulla Fronteriza, momentos antes de partir en lancha sobre las traicioneras aguas del Río Bravo.
En medio de una pertinaz lluvia y lodo, mucho lodo, un grupo de reporteros de medios escritos, radio y televisión, fueron invitados a vivir la experiencia de todos los días de centenares de indocumentados que tratan de cruzar la frontera.
Y efectivamente es difícil.
Las lanchas arrancaron a las seis de la tarde; viajamos por espacio de 40 minutos, para iniciar luego la amarga experiencia nocturna por esas brechas llenas de nopales y espinas.
La jornada terminó a las nueve de la noche, para regresar a esta ciudad.
Subimos por el Bravo hasta Mission, que sería Reynosa Díaz por el lado mexicano.
Ante la presencia de mujeres, antes de iniciar, el Supervisor de la Border Patrol había advertido:
– Somos muy amables con las mujeres, pero aquí no vamos a ayudarles con la bolsa.
Es la primera vez que se ve una coordinación muy estrecha entre las autoridades americanas y mexicanas para tratar de disuadir a que los indocumentados crucen el Bravo.
MURIERON A MITAD DEL RIO
Antes de comenzar el viaje, Quevedo establece que en su jurisdicción, que abarca de la presa Falcón hasta la desembocadura del Bravo, los principales problemas que enfrentan los indocumentados son:
1.-Ahogados en las traicioneras aguas
2.- Exposición a las altas temperaturas
3.- Confinamiento en vagones de ferrocarril y camiones.
En el sector, la Patrulla cuenta con 24 lanchas, pero con el fin, no precisamente de detener los indocumentados, sino mas bien de salvar vidas.
-Tenemos más lanchas que en todas las demás fronteras juntas, dice el supervisor.
En los últimos tres años se han estrechado las relaciones de la Border Patrol y las instancias mexicanas, como el Instituto Nacional de Población, el grupo Beta y la Policía Federal Preventiva para tratar de salvar vidas y disuadir indocumentados de todas las nacionalidades.
En este sector trabajan mil 600 agentes de la BP, de los ocho mil 600 elementos que hay en la unión americana en la frontera con México.
Para detectar con los indocumentados cuentan con los más sofisticados equipos: Binoculares infrarrojos, lanchas, helicópteros y modernos sistemas de comunicación.
Para los agentes de la patrulla, el principal problema a que se enfrentan son a los «coyotes» o traficantes de indocumentados que llegan a cobrar hasta tres mil dólares por persona y los abandonan en los márgenes del Bravo, o bien frontera más adentro, entre el monte, o en vagones de ferrocarril.
-Debemos considerar que estas personas (los braceros) son gente buena que viene a trabajar, indica el funcionario de la BP
Conforme las estadísticas de los americanos, seguramente muy pocos indocumentados tienen éxito en su aventura en busca de los dólares.
Los sensores de ruido les indican mas o menos cuantas personas entran, y por que lugar.
Luego se dirigen hacia ahí la patrullas para detenerlos, y los cuentan, y a veces faltan.
Según los cálculos que tienen, se les van entre ocho y once, de cada cien que hacen el intento.
Y es que hay sensores magnéticos y sismológicos (bajo tierra), además de las antenas infrarrojas que traen las patrullas, y de los binoculares que hacen ver en la noche, como si fuera de día.
Entre funcionarios de la BP, Relaciones Exteriores de México y Servicio de Inmigración , van explicando los principales problemas que sufren los indocumentados.
Muchos han sido rescatados de las aguas.
Y es que , en este tramo, según la información, el río tiene hasta 200 metros de ancho y una profundidad que va de uno a diez metros.
AGENTES ARMADOS HASTA LOS DIENTES
En Harlingen se encuentra la oficina regional de la Patrulla Fronteriza. Se inauguró allá por el año dos mil a un costo de 20 millones de dólares.
Por supuesto que hay medidas de seguridad, aunque no extremas, pero las hay.
Cada elemento que tenga autorización para acceder, necesita traer una «llave» de tarjeta.
Además, pues están las cámaras de televisión.
En el centro de control del edificio están los monitores de cámaras que se ubican sobre el río, para detectar y luego detener a los migrantes.
Pero aquí, ante nosotros, el jefe habla con conocimiento.
-La frontera es un lugar peligroso, hay narcotraficantes, bandidos, asaltantes y también migrantes.
Antes de las preguntas de rigor, él mismo establece sobre los indocumentados.
-Que no nos vean a nosotros como enemigos, nosotros no los vamos a robar, golpear, ni abandonar en el monte para que se mueran, solo los regresamos a México o su país de origen.
Ya no golpean, ni agreden.
Todos los elementos son altos, fornidos, y van armados hasta los dientes, pero son amables con nosotros.
Están dotados de pistola reglamentaria, cargadores, navaja, lámpara, cantimplora de agua, gas lacrimógeno y algo que no llevan los policías de las demás corporaciones: La lámpara infrarroja.
En el sector Mc Allen, que en realidad tiene su sede en Harlingen, hay oficiales: En bicicleta, caballo, lancha, helicópteros, camionetas y a pié (son elementos encubiertos, vestidos de civil).
Además, están los perros capacitados para detectar a humanos en los vagones del ferrocarril o las cajuelas de los automóviles.
Es difícil que un migrante pueda escapar a la Border Patrol por este sector.
Por eso los mismos oficiales indican que los aspirantes a braceros se están yendo más arriba, más allá de la presa Falcón, o sea, fuera del sector donde se realiza la Operación Río Grande que comenzó en 1998.
La frontera local, ya no es la más «socorrida» en la región norte de México.
Indica Quevedo:
-Lo que queremos es salvar vidas…Somos rastreadores.
Han iniciado una amplia difusión, junto con las autoridades mexicanas, de los peligros que corre el migrante en la frontera.
-La mayoría de ellos son gente buena que vienen a buscar trabajo, pero caen en manos de los contrabandistas y pateros que ponen en riesgo su vida. Hacemos lo posible por dar el trato que ellos merecen.
EQUIPO QUE DEBE LLEVAR UN MOJADO
Un documento (los hay de los dos lados de la frontera) elaborado por elementos de la BP (no oficial), indica sobre el equipo básico que debe llevar un aspirante o un mojado:
-Documentos de identificación personal
-Un litro de agua por cada hora a caminar
-Alimentos energéticos: Pinole, dulces
-Pastilla de sal
-Dos pares de zapatos cómodos
-Ropa extra (cambio diario)
-Cobija o chamarra
-Impermeable
-Encendedor
-Brújula
-Espejo
-No comidas enlatadas
El 40 por ciento de los indocumentados que ingresan por esta frontera son tamaulipecos.
Los datos de la Border Patrol lo confirman y agregan que la siguiente nacionalidad más «socorrida» es la de Honduras y le sigue Guatemala.
En cuanto a nuestro país, después de los tamaulipecos, con mayor afluencia, siguen los veracruzanos, potosinos, guanajuatenses y neoleoneses.
Por otra frontera pudiera ser diferente.
Aunque en los últimos años ha bajado el número de detenidos, las autoridades saben sobre los motivos que mayormente incitan a los connacionales a buscar el sueño americano.
-Los que mas «jalan» son los familiares que viven ya en Estados Unidos, y muchas veces aportan el dinero para el traslado.
En la región hay mil 600 agentes de la Patrulla Fronteriza.
Para pertenecer a la institución hay una serie de requisitos, como es el terminar en la academia que se encuentra en Glynco, Georgia.
Deben tener entre los 18 y los 37 años.
Son la única agencia de los Estados Unidos donde la jubilación se obtiene a los 20 años de servicio.
También la única donde a los agentes se les exige el dominio del español después de graduarse.
Tienen que ser ciudadanos americanos.
Cada tres meses deben pasar una examen de tiro y manejo de armas.
La condición para aprobar la academia es la siguiente: Correr l.5 millas (2.3 kilómetros) en menos de 12 minutos; correr 200 metros en menos de 32 segundos y recorrer una pista de obstáculos en menos de dos minutos.
LAS HISTORIAS QUE CONMUEVEN
Las historias que conmueven están a la orden del día.
Hay muertos que no han podido identificar.
En recientes fechas apareció un muerto por deshidratación entre las tierras desérticas.
Solo traía un reloj y un número telefónico en la bolsa, en un papel.
Según los datos sobre el cadáver, la cabeza se había desprendido ya del resto del cuerpo.
Se da el caso de jóvenes entre 18 y 20 años, que hacen jornadas de cuatro días entre el monte, caminando y sin comer.
Carlos Arberto Quevedo, supervisor de la patrulla fronteriza, habla sobre el primer muerto que vio en el tiempo en que lleva en la institución.
Era un niño de 15 años.
-Su padre se había venido desde hacía siete años, cuando el niño tenía ocho. Al cumplir el muchacho los 15 se vino a buscar a su padre. En el río se intoxicó con alimentos y falleció deshidratado.
Son muchas las historias.
Otro ejemplo es el de la madre con sus dos pequeños hijos que es golpeada y arrojada por un patero…Pero los acontecimientos son observados por los equipos infrarrojos.
La pregunta obligada para los americanos es ¿cómo evitar que vengan los mexicanos?
Y el propio Quevedo establece.
-Muy fácil..Si el papá, antes de salir de casa, cuando menos le pidiera la opinión a los hijos…En cualquier parte del mundo, los hijos quieren tener a sus padres en casa.
Por ahora, a los migrantes mexicanos que no tienen antecedentes penales, se les regresa de inmediato a su país, no sin antes «ficharlos».
Cuando se trata de otras nacionalidades, se tiene qué dar aviso a los consulados para la deportación.
Si un mexicano tiene antecedentes, se le tiene qué enviar a las cortes.