Mire usted querido lector:
-Todos deberán permanecer callados, apagar los dispositivos eléctrónicos y audiovisuales; cerrar puertas y ventanas; pasar lista de asistencia.
-Se mantendrán agachados, alejados de los cristales fuera de la línea de visión exterior y si es posible cerrar las cortinas.
Sí, mire usted, por primera vez en la historia de la educación en Tamaulipas, el área de protección civil y seguridad recibirá una atención extraprioritaria durante el ciclo 2020-11.
Ello a fin de preparar a los alumnos, personal y padres de familia en lo que se ha llamado “mecanismos preventivos en caso de una eventualidad”, y se dará una amplia difusión e inclusive simulacros.
Y no hay vuelta de hoja: Las clases comenzarán el lunes 23 en los planteles de instrucción básica de la entidad.
Se calcula que más de 900 mil estudiantes volverán a las aulas con nuevos bríos y no con temores por hechos violentos, o sea balaceras, como sucedió cuando se fueron.
A casi dos meses del comienzo de las vacaciones, se supone que los maestros y padres maduraron más la situación y ahora tienen un instructivo en qué basarse para casos de emergencia.
Es una realidad que las autoridades educativas han aceptado y trabajan sobre el tema.
Algo muy importante que se les ha encargado a los directores, maestros y jefes de Seguridad Escolar, es concientizar a los padres de familia de que el lugar más seguro es la escuela.
Se supone que las escuelas, los directores y maestros, estarán preparados para enfrentar esas situaciones.
La SET ha elaborado miles de cartelones que se repartirán (se reparten ya) en las instituciones educativas.
Una advertencia es que “el desarrollo de las clases debe efectuarse de acuerdo a lo programado”, o sea que, ante eventualidades, como hechos violentos, no deben suspenderse como se hizo en otras ocasiones.
Pero hay algo más importante en lo que deberán trabajar las autoridades en cuanto arranquen las clases: Mantener la calma, hacer que todos guarden la calma necesaria en caso de eventualidad.
Si llegan los padres a los planeles, desesperados por los rumores y que se quieren llevar a los hijos, serán conminados a que entren a los salones o bien a los “refugios seguros cercanos” que se habilitaron de antemano.
Se supone que ya no habrá los padres que “irán por sus hijos a la escuela”.
En la Secretaría de Educación, el titular José Manuel Assad y sus colaboradores, ya no quieren más rumores o suspensión de clases por rumores.
Se supone que cada quien estará cumpliendo con lo suyo y así lo entenderán además los padres.
El arranque oficial de labores será el lunes 23 con un evento al que asistirá el Gobernador Eugenio Hernández Flores, y se desarrollará en el ejido Laborcitas, municipio de Victoria.
Nunca como ahora se le había dado tanto interés, tanta importancia a la seguridad escolar y protección civil de las escuelas.
Ojalá y entiendan los objetivos los padres, que son los que más problemas dieron cuando las contingencias previas al fin de cursos.
Y todos se preparan para el inicio del ciclo escolar. No habrá prórroga ni suspensiones.
En el sector Salud, el doctor Juan Guillermo Mansur y su gente realizan ya prubas de los alimentos que se expenden en lugares cercanos a las escuelas, y van analizando el aguja de los tinacos y cisternas.
La idea es que –eventualidad del huracán Alex- no existan focos de infección que pudieran ocasionar problemas a los alumnos.
En otro tema, mire que el alcalde victorense Arturo Díez Gutiérrez, sigue transfiriendo problemas a su sucesor Miguel González Salum.
Arturo ha dispuesto el depido de cientos de empleados del municipio sin otorgarles la liquidación correspondiente, por lo que, en las siguientes semanas, lloverán denuncias laborales ante los tribunales.
Pero mire usted que los fallos en los tribunales de Conciliación y Arbitraje no se darán luego sino meses después, cuando Miguel ya estará en funciones y su administración es la que deberá pagar.
La experiencia dice que los de las broncas son los nuevos alcaldes. Los que provocaron las broncas ya no estarán, se habrán ido con tranquilidad.