DOS HERMANOS MAS CON EL MISMO PROBLEMA
José Omar Vásquez Infante es un ejemplo para los invidentes y los no tanto: Estudió la licenciatura en Historia –en la UAT- y es un consumado deportista.
“Me estoy titulando, pero todavía no tengo un trabajo seguro”, manifiesta quien es el primer invidente egresado de Ciencias de la Educación.
Es maratonista –corre hasta los 42 kilómetros- y en ciudad Victoria y la región no hay quien le gane en las carreras que se organizan, en su categoría.
La deficiencia de su vista no es motivo para sentirse impedido para ejercer el deporte que le agrada, y que lo ejercita desde hace años.
El problema le viene por herencia, dice: De nueve hermanos, tiene dos más que perdieron la vista.
Aunque padeció miopía desde joven, el problema se acentuó cuando terminaba el Cebetis, comenta, y aún así quiso estudiar y pidió su ingreso a la Unidad Académica Multidisciplinaria de Ciencias, Educación y Humanidades (de la UAT) donde le dieron cabida y le dispensaron las colegiaturas.
Es el pionero de los invidentes, puesto que ahora, viendo su ejemplo, otros jóvenes decidieron ingresar a la Universidad.
Claro que tampoco les dan oportunidad en todas las preparatorias. Ellos estuvieron en el sistema abierto de Gómez Farías.
-En el 2004 trabajaba con un cuñado, estaba en deportes viajando por Tamaulipas, compitiendo a nivel nacional, venía de Toluca y de Oaxaca, y me integré a la carrera de Historia.
Agrega:
-Hablé con el director, el maestro Baca, y le dije que quería estudiar y me dio la oportunidad con una beca.
Detrás de él vienen cinco muchachos más con problemas de la vista que también quieren terminar la licenciatura en Historia y en Artes.
-¿Se prestan las condiciones para estudiar?
-Como uno quisiera no, pero nos adecuamos a lo que se está prestando.
Con la colaboración de varias instancias y el decidido apoyo del Rector José Ma. Leal, la facultad fue dotada de equipo de cómputo parlante para que los deficientes pudieran hacer sus trabajos.
-¿Cada materia trae el software?
-Es un programa que te permite leer un texto, tiene escaner y “lees” la pantalla. La voz te puede indicar qué es lo que tienes que hacer.
Cuando laboró en Deportes del Gobierno viajó y se dio cuenta que gente de San Luis lo tenía, en Monterrey, en el D.F., en Jalisco, “y gente igual como yo que estudiaron en el tec y la universidad”.
Hay empresas internacionales de computación que tienen cada año una especie de sorteo para apoyar a los discapacitados por entidad federativa.
En el tiempo en que estuvo estudiando, Omar se dirigía solo desde su domicilio en 12 y 13 Ceros Bravo hasta al centro universitario. También iba a estudiar con sus compañeros que lo auxiliaron con las lecturas.
Solo cuando hace deporte necesita a los guías, ya en entrenamiento o en los maratones.
-En la UAT ¿tú eres el pionero de lo invidentes?
-Sí, pero me costó mucho. Hay gente en silla de ruedas que ha estudiado, gente amputada, pero visual apenas soy el primero y ahora cinco que viendo que yo estaba estudiando se animaron.
Pero hay más gente en Tamaulipas que quiere estudiar, pero a lo mejor no tienen conocimiento, no se abren las puertas. En Tampico, hay mucha gente, en Altamira, en Laredo. Aunque poca, en Tamaulipas hay gente que estudia. En cambio, en el Distrito Federal, en Nuevo León, Sinaloa, Sonora hay muchos que estudian.
-Y tú ¿cómo le hacías para estudiar?
-Grabando clases y usando un poco el brayle para leer…Un poco escribir y los exámenes orales, y los trabajos escritos y las lecturas.
Cree que puede casarse, como se casó su hermana y se fue a Monterrey a vivir, y que ya es madre. Su otro hermano invidente también casó.
-¿Por qué la carrera de historia?
-Siempre me gustó desde pequeño, pero antes no había una carrera a nivel de licenciatura, comenta.
LA CEGUERA ES POR HERENCIA
Aunque lleva diez en el ejercicio del deporte, como corredor, Omar tiene varias medallas de los nacionales.
-¿Desde cuándo?
-Desde el dos mil para acá. En el 99 estaba en la escuela del DIF y me integré al deporte con unos amigos que jugaban en silla de ruedas y dijeron que había oportunidad para invidentes a nivel nacional, y me integré, y en agosto de ese año fui a los paraolímpicos, fuimos a México y yo saqué medalla de bronce en cuarto lugar.
Me gustó y dije sí la armo, y tenemos diez años viajando, compitiendo, y tengo mis medallas.
-¿Hay más gente representando a Tamaulipas?
-Empecé con mi hermano, pero ahorita, fijos, somos muy pocos, como cinco o seis a lo máximo. Pero ellos no han ido a todos los eventos, no han sido constantes.
-¿De qué te vino el problema de la vista?
-Es de herencia, comencé con la miopía de niño, y se complicó en la secundaria, pero los médicos no me decían de cirugías, y que con lentes tenía. Pero se fue complicando.
Los médicos no me decían nada, fui a Monterrey, a Tampico y no me daban una solución hasta que de plano no veía… he tenido que acostumbrarme a este tipo de vida.
-¿Desde cuándo quedasta así?.
-Desde el Cebetis. Fue cuando ya fue mucho el problema. Es un poco difícil porque ya no es igual la vida, ya tienes que ser un poco dependiente para movilizarte porque ya no ves como antes.
-Si te hubieran operado ¿no hubieras detenido el problema?
-Me dicen que no había solución…Tu tranquilo, haz tu vida, no vas a quedar totalmente en tinieblas, pero con eso vas a estar tranquilo.
Ya en 1999 me dijeron que no había nada que hacer.
-¿Cómo se llama el problema?
-Retinitis pimetosa.
-¿Es común?
-Es la retina que se te afecta. Rigo Tovar tenía lo mismo, cantaba mucho pero estaba en tinieblas. Ahorita hay un maestro de secundaria que me invita a Monterrey para checarme.
Y Vázquez Infante parece filosofar cuando dice.
-La vida sigue y hay que seguir viviendo. Tengo muchas cosas que hacer, todavía no acabo de vivir. La vida de uno no acaba aquí, no es para que te quedes con el ocio, o que la depresión te domine. Tienes que seguir adelante, abrir puertas en la vida.
Pienso que todavía no acabo y debo seguir adelante. Estamos buscando trabajo, en el deporte, hay que seguir corriendo.
Pienso que todavía no acabo de hacer mi vida y con el apoyo de mi familia seguir adelante, siguen más carreras, más viajes.