En sus 93 años de vigencia y el paso de 18 Presidentes de la República, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ha registrado un total de 485 “parches” (reformas o adiciones).
Sin embargo, el constitucionalista Abelardo Perales Meléndez manifiesta que no se necesita otra, una nueva. En todo caso, si la llegara a haber, solo sería para darle un orden en sus contenidos.
-¿Hay motivo para celebrar el Cinco de Febrero?
-Desde luego que sí, hay que celebrarlo, nada mas que quisiera decir algo muy importante: Olvidamos que la Constitución es la que constituye a un estado, es la expresión de la soberanía nacional. No puede haber estado de derecho sin Constitución. El poder no puede tener legitimación sin Constitución. Sin constitución no hay nada, pero hay que celebrar el día respetándola, acatando sus principios.
-Hablando en términos de orden jurídico ¿es una Constitución joven?
-No tan joven en comparación con otros países que recientemente las han aprobado, sin embargo ha tenido una evolución muy importante. Se han hecho múltiples reformas de suma importancia para la vida política, social, económica y cultural y, sobre todo, para los derechos fundamentales de las personas.
En los últimos nueve años, nada más del año dos mil para acá se han hecho cerca de 40 reformas y se han tocado temas de capital importancia.
-Tantas reformas ¿son necesarias?
-Desde luego, vienen a expresar la evolución de México en distintos aspectos de su actividad.
– Hemos escuchado voces ¿es necesaria una nueva Constitución?.
-Puedo decir que la que tenemos es buena; con la que tenemos el país puede desarrollar mucho. El problema del estado de derecho, el problema número uno es la eficacia de la Ley; podríamos tener una nueva, muy bien estructurada, distribuida, completa, pero de que sirve si esta no tendría el cumplimiento que todos esperamos.
-Está muy parchada ¿qué nos hace falta?.
-En efecto, decía el maestro Burgoa Orihuela que la Constitución Mexicana se parece a un traje que tiene muchos parches, pero yo digo que las reformas han sido necesarias, porque si no, habríamos permanecido en el atraso.
SEGUIRA SIENDO VIOLADA: CANSECO GOMEZ
A lo largo de su historia nuestra Constitución ha registrado reformas en un total de 485 artículos, varios de ellos hasta dos y tres veces en el mismo sexenio presidencial.
El mayor número se dio en la administración de Ernesto Zedillo (1994-2000), aunque proporcionalmente ya lo supera el actual presidente, Felipe Calderon.
En los primeros tres años con dos meses del presente gobierno, se han reformado (o adicionado) 57 artículos; de ellos, cinco en dos ocasiones, y uno tres veces.
Mientras tanto, en el gobierno de Ruiz Cortines apenas hubo dos reformas, lo mismo que en el interinato de Emilio Portes Gil.
Inmediatamente después de aprobada por el Constituyente, los presidentes empezaron con los “parches”.
El primero fue Alvaro Obregón, quien promovió siete modificaciones, y le siguió Plutarco Elías calles con 18.
Sin embargo, el abogado Morelos Canseco Gómez, diputado federal suplente por el V distrito electoral, considera que las reformas son necesarias.
-De origen la Constitución previó el mecanismo. Ningún texto constitucional debe considerarse pétreo o inmóvil para la eternidad, mientras estemos atentos a los valores que están ahí inscritos.
Canseco tuvo a su cargo el discurso central del homenaje del Gobierno del Estado a nuestra Carta Magna, efectuado este viernes en la Plaza de la Constitución.
-Para evitar tanto “parche” ¿por qué no una nueva Constitución?
-Me parece que y sostenido -rechazando la concesión de que sea un texto parchado-, que es un texto en evolución de acuerdo a la realidad social. Tiene el mecanismo suficiente y amplio para que se planteen, se deliberen y se resuelvan todas las modificaciones que se desee introducirle.
-La de Estados Unidos apenas lleva siete reformas ¿por qué la nuestra…?
-Son distintas tradiciones. Aquí tenemos una tradición de derecho legislado y de asumir la tradición del orden jurídico, lo dejamos en una norma escrita… Lo de Estados Unidos en una tradición de “cómo lo”, que se basa en la interpretación de los precedentes.
-Se dice que si hay algo más violado en México esa es la Constitución ¿su opinión?.
-Ninguna Constitución del mundo puede aspirar a que nadie se va apartar de sus normas, pero lo que todo sistema constitucional debe prever es la forma de reparar esas transgresiones.
DIVORCIO ENTRE CONSTITUCION Y PUEBLO
Abelardo Perales Meléndez fue diputado federal y funcionario en la Secretaría de Gobernación; maestro de Derecho Constitucional en la UAT.
Es reconocido como uno de los más grandes constitucionalistas de Tamaulipas.
-Con Ruiz Cortines hubo dos reformas; cada presidente modifica el mismo artículo según su criterio ¿qué pasa?
-Mire, la Constitución, como dijo Fernando Lassalle, es la relación de los factores de poder ¿qué significa? Hay factores ya institucionalizados como los partidos, el ejército, las iglesias, y la Carta Magna recoge esos factores porque son los que determinan el quehacer de las autoridades.
Esos factores están en constante lucha y predomina uno sobre otros. Cada país tiene sus propios factores.
Decía el maestro Burgoa que la constitución tiene que expresar lo que somos y lo que queremos.
-Y¿contiene realmente lo que aspiramos?
-Lo que se dice es que hay un divorcio entre la Constitución y la sociedad. De qué sirve tener una muy buena si registramos índices de pobreza muy altos, o de criminalidad, de analfabetismo. La gente dice por ejemplo: Para que me sirve la democracia si no tengo empleo.
-Muy bonita, pero ¿No se cumple entonces?
-El problema número uno es la no eficacia de la norma. Por ejemplo en materia de derechos individuales, hay una queja permanente de la sociedad de que no se cumple en muchos sectores.
La Constitución que tenemos, para mi, es una buena Ley, máxime que se le han ido incorporando reformas para irla adecuando a estos cambios, pero de nada sirve si no hay la voluntad de gobernantes y gobernados para que se cumpla.
Estamos muy lejos de tener una coincidencia entre la realidad y la norma ideal que consagra la Ley Suprema.
-¿Por qué no una nueva Constitución y partir de lo que tenemos?
-Sí sería conveniente para poner orden, para establecer un orden en el articulado, ¿por qué? Porque hay disposiciones que están en lugares inadecuados. Por ejemplo tenemos un capítulo de garantías individuales y hay garantías que están fuera de ahí
-¿Meter orden?.
-En efecto, y por ejemplo también, estructurar mejor la Constitución con un capítulo que ya no se llame de Garantías Individuales sino de Derechos Fundamentales, porque garantías ya es incorrecto.
Una cosa es la garantía y otra el derecho. La garantía es el amparo que protege el derecho.
-Tantas reformas ¿es lo mismo con otros países latinos?
-No, no es así. Lo que pasa es que estas reformas que se dan en nuestro país son para darle, digamos rango Constitucional a temas fundamentales que así lo ha considerado el Congreso de la Unión y el Poder Constituyente. Muchas veces se abusa de las reformas; hay muchas que no ameritan.
-En cumplimiento de la Ley, ¿andamos en pañales en México?
-Creo que estamos en una situación crítica, vulnerable, nuestra Constitución es vulnerable, pero por la actitud de los gobernantes en cuanto que, si vamos a las estadísticas ¿cuántos amparos se conceden por violaciones a la Constitución, cuantas controversias, acciones de inconstitucionalidad conoce la Corte?
-Pero si son 136 artículos, y en tantos años ¿nunca la Corte va a acabar de interpretar?
-No, nunca. La Corte lo que hace es interpretar día a día. Hay una frase de un tratadista norteamericano que dice: La Constitución de los Estados Unidos cambia cada lunes que sesiona la Suprema Corte, pero cambia por la interpretación, y lo mismo en México.
-La Corte ¿puede equivocarse?
-Claro que sí, pero además corrige. Dice que cambia de criterio. Lo ha hecho en múltiples ocasiones y dice: Haciendo una nueva reflexión esta Corte corrige tal o cual jurisprudencia y establece un nuevo criterio.