"Hasta quisieron matarme"…La lucha social de Tomás Gutiérrez Narváez

Cd. Victoria.- Los perros ladran, las ovejas balan y las gallinas brincan de un lado a otro. El ruido de los vehículos que circulan por la carretera es interminable y hasta fastidioso.

Al fondo una pequeña construcción «que no he terminado», adornada con árboles, con cipreses que resaltan un especie de calzada.

Son los límites entre los municipios de Victoria y Guemes, allí donde antes «pasada el camino real entre Tampico y Monterrey», mucho antes que se construyera la carretera y hasta el momento en que entró en operación el servicio de ferrocarril.

Allí está él, platicador, sentado en un ladrillo; bajo de estatura, de tronco fuerte, ojos verduzcos que semiocultan largas pestañas.

«Tráeme una chamarra porque tengo frío», le dice a su esposa mientras se dirige a esos ébanos que esta mañana dejan pasar los rayos del sol.

Vive modestamente con su prole; once hijos (porque la mayor ya se casó) y su esposa Clara.

El terreno pertenece a ella como ejidataria de Alianza de Caballeros, municipio de Victoria.

SUS AÑOS DE LUCHA POR LOS JODIDOS

Poco concurre a la ciudad y prefiere atender los trabajos de su rancho.

Nacido en Río Verde, S. L. P., llegó a ciudad Victoria en 1972 como representante del Partido Popular Socialista, hasta que en 1991 dicho partido perdió su registro.

Fue diputado federal por su partido en una ocasión y, por lo demás, a nivel local jamás ascendió a una representación.

-Políticamente no estamos olvidados porque siempre estoy estudiando, examinando las cosas del país con la poca información que tengo. No estoy muerto, no estoy decepcionado, no estoy amargado. Estoy Vivo políticamente.

Puede afirmarse que Gutiérrez Narváez tiene más de medio siglo en la lucha social y política, pues ingresó al Partido Comunista cuando tenía 25.

De su pueblo natal se trasladó a Monterrey en busca de trabajo, y fue donde comenzó a militar en las filas del sector popular del PRI, que no llenó sus aspiraciones.

Por razones de carácter político se fue al Distrito Federal y a Puebla, en el Partido Comunista Mexicano, en el cual militó por espacio de diez años, donde llegó a ser oficial mayor a nivel nacional.

Su mismo activismo lo trasladó a Tamaulipas, a Reynosa, hasta que en abril de 1972 “cayó” en ciudad Victoria trabajar al lado del diputado Juan Ledesma Escobar, del PPS, quien fue el primer integrante de la oposición en el Congreso del Estado.

Ledesma había ganado por Tampico al lado del legendario Fernando “El Pich” San Pedro, quien ocupó la Presidencia Municipal del puerto.

-¿Desde siempre la inquietud social?

-Sí. Pudiera decir que es algo genético; mi padre fue un líder agrario muy honesto que destacó su actividad en el altiplano de San Luís Potosí, en el Ejido San Francisco perteneciente a Villa de Zaragoza.

EL REPARTO DE “EL CANELO” EN TAMAULIPAS

A su llegada a Victoria, Tomás comenzó a rentar casa hasta que hace algunos años su esposa Clara recibió la dotación de Alianza de Caballeros por la carretera Monterrey.

En 1972, luego de su llegada a la capital, se daría su intervención en uno de los asuntos agrarios más trascendentes que ha tenido Tamaulipas: El reparto del rancho El Canelo, en la jurisdicción de Reynosa y Matamoros, que abarcaba nada menos que 22 mil hectáreas.

Recuerda: Varios grupos de campesinos duraron muchos años solicitándolo, pidiendo los trabajos técnicos informativos que eran necesarios con  la vieja Ley Agraria. En el Gobierno de Ravizé logramos romper esa resistencia de los latifundistas en Tamaulipas y expropió el rancho, se repartió”.

En la superficie que perteneció a los Villalón se formaron siete poblados.

“Esa fue una de la batallas mas importantes. La fecha es histórica, se midió la tierra un sábado diez de julio de 1972”, indica Tomás.

Pero también le tocó intervenir en la regularización de la tierra urbana de la cabecera municipal de González, que era propiedad de la familia Canseco, herederos a su vez de Manuel González y familia, que fueron los dueños de la hacienda El Cojo, una de las más grandes en la historia de Tamaulipas.

“Fue un problema muy interesante porque intervinieron varios Gobernadores para que no se hiciera justicia a los posesionarios. A última fecha descubrí que la Suprema Corte establece que el fundo legal (de una hacienda) es una propiedad comunal y que los comuneros, después de repartir su solar a cada quien, deciden la suerte del restante”.

La solución del problema se fue alargando hasta que Manuel Cavazos Lerma tomó la decisión de regularizar y entregar sus documentos a alrededor de cuatro mil familias.

“Se llegó a la ejecución hasta el gobierno de mi tocayo Tomás Yarrington; por fin se hizo justicia a la gente”.

Las personas que se decían deudos de los antiguos propietarios, querían negociar la tierra.

Reitera Gutiérrez Narváez:

Es un problema que comenzó con las adjudicaciones aprovechando el poder político.

-El general Manuel González siendo Presidente de la República se adjudicó la hacienda El Cojo, de ahí que sus herederos aprovecharon para tratar de hacer negocio.

-Costó muchas  vidas, agresiones, quema de casas. Había 250 juicios civiles para desalojar”.

En esas luchas lo trataron de matar en varias ocasiones, pero pudo escapar a sus agresores.

De los  principales atentados culpa al hoy desparecido abogado Leopoldo Bello López, quien se desempeñaba como Subprocurador de Justicia en los tiempos del Gobernador Enrique Cárdenas González, y luego siguió una larga carrera en los cuerpos policíacos.

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