Cd. Victoria.- Los azules del comité estatal siguen cometiendo errores. Acaban de despedir al individuo más ducho que tenían en asuntos electorales, Alfredo Dávila Crespo, quien figuró por largos años como representante panista ante el IETAM.
El orgullo de Villa de Casas, es una chucha cuerera en eso de lo electoral. Fue alumno del maestro Carlos Guillermo Peña García, allá por el año del 86’ del siglo pasado.
Secretario de Elecciones del CDE azul, Dávila se sobó la espalda por espacio de once años y, al final, fue despedido con una patada en la espalda, por una necedad.
Se espera que el también ex regidor presente demanda laboral en contra del señor Garza de Coss y compañía celeste.
Por cierto, los panistas acumulan cada día demandas laborales, las que siempre pierden.
El jovenazo Rogelio Nájera, también con varios años al servicio del PAN, tiene demandado a su mal patrón por despido injustificado y sin indemnización, por la suma de 600 mil chuchos.
Dicen que Dávila pedirá cuando menos un melón de pesillos.
El lugar de Alfredo fue ocupado por “Romanita” Saucedo, quien este viernes se “estrenó” como representante azul ante el IETAM.
En realidad, fue el arranque del proceso eleccionario que viviremos los tamaulipecos durante el resto del año y hasta mediados del siguiente, con el desarrollo de los comicios y luego la calificación.
A la asamblea general presidida por Miguel Gracia Riestra asistieron cinco presidentes de los siete partidos que jugarán, que están en el ajo.
No podían darse el lujo de perder tiempo elementos como Ricardo Gamundi Rosas, del PRI, y Francisco Garza de Coss, que enviaron a sus secretarios, Lupita Flores Valdez y Rolando González Tejeda.
Los reporteros extrañaron al moreno Gamundi, por aquello de la frase que ya debe tener acuñada: “Vamos por 80 de 80”.
Sí, estarán en juego una gubernatura, 36 diputaciones y 43 alcaldías, que suman 80.
En total, los siete partidos, si es que realmente se ponen a chambear, deben postular 560 candidatos, además de los suplentes de diputados y los miembros de los cabildos (porque en la gubernatura no hay suplente).
Los demás dirigentes, los del “chiquitiaje”, ahí estuvieron sin pena alguna, y menos René Castillo de la Cruz, quien se acaba de erigir como dirigente estatal del Partido Verde Ecologista.
Hasta hace 20 días no sabía nada de los verdes, pero ahora habla como si tuviera años de militancia: “Estamos platicando con el PRI para las alianzas”, cuando todo mundo ya sabe de esa transa.
Se dio tiempo de asistir esa trampa andando que se llama Mario Sosa Phol, y que hoy representa al PRD. Nadie se explica cómo es que no está en el bote.
Y los demás paleros también, como Emiliano Fernández Canales, ese que, cuando perdió la dirigencia perredista, de inmediato fue nombrado gerente de Convergencia por la Democracia. Y ahí cobra, sin ruborizarse.
Alejandro Ceniceros Martínez, del PT, y Sergio Flores Leal, del PANAL, completaron el cuadro.
Los siete representantes de los partidos tomaron la palabra, pero el sustancioso, el que “dio noticia” fue Villegas Gamundi, del PRI, cuando afirmó: “No vamos a impugnar ninguna elección si el voto de la ciudadanía no nos es favorable”.
Los demás puro rollo.
El hecho es que, ahí en la sala de sesiones, había un terrible olor a corrupción, el recinto estaba impregnado de “perfume de corrupción” como dice el colega Rosales.
Otros dijeron que el “encierro” configuraba miles de años de cárcel.
Pero bueno, el proceso eleccionario está en marcha.
No so pocos los que esperaban el momento, pues los órganos electorales y partidos necesitarán de personal, generarán empleos, en tanto que los comerciantes venderán algunos productos, sobre todo pintura y papel para pancartas.
Por lo demás, los medios de comunicación están jodidos. Nadie puede contratar con los electrónicos y, lo pagado a los impresos, se debe contabilizar en los topes de gastos.
También se gastará mucha gasolina; los expendedores harán su agosto, y los carniceros vivirán felices por aquello de las carnes asadas un día si y otro también.
Pero mejor nos vamos.
(www.janambre.com.mx)