Mire que no era el tema de hoy, pero varias personas nos han pedido comentar más sobre la muerte a puñaladas del diputado local Guillermo Zúñiga, en 1939, por andar de sancho.
Pues bien, el dirigente campesino había sido electo un año antes, en 1938, por el tercer distrito, que comprendía entonces los municipios de Victoria, Hidalgo, Villagrán, Mainero y Llera.
Falleció como a las nueve de la noche del 16 de abril de 1938, frente a la casa de Don Luis Rodríguez, a un lado de las vías del tren, en Santa Engracia.
Herido de gravedad por Santiago Maldonado Gutiérrez, Zúñiga apenas pudo caminar dos cuadras por sobre la calle.
El diputado le estaba ganando a Maldonado con su esposa, hasta que este los descubrió en plena faena.
Como se trataba de un dirigente camerino e integrante de la legislatura, el gobierno del estado decretó un duelo estatal de tres días por la muerte del legislador.
Pero la vida tuvo que seguir, y el once de abril de ese mismo año fue llamado el suplente, José García García.
Todos los originarios de Santa Engracia que llevan el apellido Zúñiga, de alguna manera deben ser parientes del diputado muerto por andar en malos pasos.
Como estaba en pleno apogeo el reparto agrario, a la siguiente dotación se le impuso el nombre del prócer asesinado. Es la historia poco conocida.
De la misma época son los siguientes individuos, que fueron dirigentes: Concepción Zúñiga Camarillo, Genaro Sánchez Ramos, Carlos Zúñiga Díaz, Refugio Zúñiga Díaz, Manuel Uvalle, Raymundo Zúñiga Castillo, Eleno Ferrer Borjas, Alejandrino Manzano, Antonio García Flores, Camilo García, Silvestre Díaz, Hilario Zúñiga, Javier Maldonado, Ubaldo Coronado Zapata, Guadalupe Zúñiga Saldaña, Refugio Zúñiga Cabrera y otros más.
Guillermo tenía ascendencia entre la comunidad, dado que había sido el que introdujo la primera planta de luz en Santa Engracia.
Claro que allá también se cuecen habas y hay influyentismos.
Cuando se dio el triunfo del doctor Rafael Villarreal como Gobernador, hizo diputado a Rafael Villarreal Ruiz, quien comenzó a armar a los ejidatarios de la región con carabinas y pistolas calibre .45 reglamentarias.
Ruiz era todo un bandido. Una de sus fechorías fue la de robar la tienda de Don Pedro Rodríguez.
Junto con otros partidarios de Rafael Villarreal robaron cobijas, sillas de montar, y a la víctima le dieron un balazo en una pierna.
Mientras tanto, al italiano Vicente Sarno le robaron un veliz con joyas de oro, como relojes.
De los responsables solo fueron aprehendidos Refugio Colchado, Armando García y Alberto Limón. Los demás huyeron y sus delitos quedaron en la impunidad para siempre.
A Cuco y Limón los colgaron de un árbol frente al comité ejidal, hasta que soltaron toda la sopa.
Solo como dato, se informa que, el acta de defunción de Guillermo Zúñiga, fue sustraída de los archivos de Hidalgo por el historiador Covián Martínez, entonces Cronista de ciudad Victoria.
Otro dato interesante ocurrido por la pasión política .
En 1927 Trinidad Hernández mató a Esteban Alvarez; en 1930, los vasconcelistas asesinaron a José Martínez, en hechos que ocurrieron en al curva de la vía chiquita.
Al día siguiente levantaron el cuerpo y se lo cargaron en la espalda a Adelaido Contreras, que era el líder de los vasconcelistas de la región.
Por la época, en Santa Engracia hubo muchos muertos más. Posiblemente por eso el diputado Zúñiga andaba armado hasta los dientes ¿cómo fue que lo prendió Santiago Maldonado?.
En tema diferente, aunque parecido, mire que le dimos una “checada” a los ex Gobernadores de los últimos sexenios, ya fallecidos, y donde es que se encuentran sepultados.
De entrada, pues sobra decir los que están vivitos.
Pero mire que Don Emilio Martínez Manautou, aunque fue sepultado en San Fernando, sus restos fueron exhumados y trasladados al Distrito Federal.
Don Praxedis Balboa Gojon falleció y sus restos están en la ciudad de México, lo mismo que los del general Raúl Gárate, Don Magdaleno Aguilar y Don Marte R. Gómez.
De Horacio Terán, se puede decir que nació en 1905, murió en 1970 y sus huesos deben estar en la ciudad de San Antonio, Texas.
Los de Don Manuel A. Ravizé, en el puerto de Tampico.
Hugo Pedro González dejó de existir en su natal Nuevo Laredo, donde descansan sus restos.
Norberto Treviño Zapata fue sepultado inicialmente en la ciudad capital, el D.F. y luego sus huesos trasladados a ciudad Victoria, a una facultad de la UAT.
De todos esos sepultados, la más negra historia de represiones, encarcelamientos y muertes, la tiene precisamente el matamorense; descargó sus iras en contra de gente de Llera y Nuevo Laredo, lo cual es otro tema.
Mejor nos vamos.