Está demostrado que hay políticos que son auténticos jumentos, ya no digamos en puestos de elección popular sino también administrativos.
Ahora que está “de moda” el tema, porque así lo puso el legislador Felipe Garza Narváez respecto al nivel académico de los diputados, le dimos una “revisada” a los datos históricos.
Al respecto cabe la primera interrogante ¿Qué nivel académico han tenido los Gobernadores de Tamaulipas de los últimos años 80 años?.
Para colocarnos bien, hemos de decir que la Constitución Estatal señala que los individuos que lleguen a la gubernatura deben tener más de 30 años, lo que es evidente que todos han cumplido.
Pero también algo muy abstracto, pues establece que se necesita “poseer suficiente instrucción” ¿qué es suficiente? ¿qué es instrucción?.
Para comenzar, Don Geño Hernández es ingeniero civil.
De los más recientes, mire que Tomás Yarrington se jacta de tener dos carreras de licenciatura y una maestría.
Don Manuel Cavazos Lerma es doctor en economía, aunque poco le gusta utilizar ese título. Es más, jamás se lo adjudica.
Américo Villarreal Guerra hizo estudios a nivel de licenciatura en su carrera de ingeniero civil, en tanto que Martínez Manautou licenciatura en medicina humana, aunque con algunas especialidades en Boston.
Enrique Cárdenas González –según el libro Grupos de Gobierno, de José Angel Solorio, 1997-, de joven fue “inquieto y sin vocación ni aptitudes para el estudio, solo terminó la primaria y algo de estudios comerciales”.
Su antecesor, Manuel Agapito Ravizé Risser, “de familias acomodadas, tuvo la oportunidad de estudiar algunos cursos cortos de comercio y administración”, según el mismo autor.
Nadie desconoce que Balboa fue abogado, o sea licenciado en Derecho.
Más antes, Norberto Treviño Zapata tenía la carrera de medicina con especialidad en gastroenterología.
Igual, Horacio Terán Zozaya estudió abogacía.
Y de Raúl Gárate Legleu, ¿qué se puede decir?
Un documento oficial dice que “terminó su primaria en Matamoros”, lugar donde nació en 1896.
Aquí solo queremos agregar que Gárate fue Gobernador interino antes de los 30 años, pues fue nombrado por Carranza el 19 de mayo de 1914, cuando el chamaco apenas tenía 18 añitos. También fue interino entre 1915-16 –cubriendo a su suegro Luis Caballero- cuando no llegaba a los 20.
Gárate También llegó al gobierno en sustitución de Hugo Pedro, en 1947.
¿Y Gobernadores de antes camarada? Bueno, el antecesor fue Don Magdaleno Aguilar Castillo, de quien se tejen las más cruentas historias sobre su ignorancia, dado que seguramente nunca fue a la escuela.
Hacia atrás le siguió el señor Marte R. Gómez; era ingeniero agrónomo chapinguero.
Más atrás el arquitecto Canseco; el doctor Rafael Villarreal a comienzos de los treinta; licenciado Francisco Castellanos, que tomó protesta como Gober el cinco de febrero de 1929 y… Párele de contar querido lector, porque seguramente usted ya no se acuerda, a menos que le guste leer o sea estudioso de la historia.
En este tenor, a su servidor no le toca juzgar si con su nivel educativo, o “suficiente instrucción”, los Gobernadores señalados fueron “buenos” o fueron “malos”. Es criterio que cada quien debe tener y, si lo quiere expresar, pues coméntelo.
De todos los mencionados, solo queremos recordar algunos chistes negros que se tejieron en su época (siguen vigentes) a costillas de Don Magdaleno Aguilar, a quien se le ha fijado el mote de ser el Gobernador más ignorante del último siglo en Tamaulipas.
-Cenaba el hombre con otros políticos en un restaurante de la ciudad de México, y todos pedían su güisqui y pronunciaban nombre rimbombante, o le agregaban escocés.
Como Don Maleno no sabía cómo se llamaba su bebida favorita, pidió: Guisqui, ese de la urraquita negra (o sea el tequila Cuervo).
-Se fue un día a participar en las fiestas washingtonianas en Laredo, Texas, con su homólogo de allá, a mitad del puente.
En la plática salió relucir de en qué hotel se hospedaría la delegación tamaulipeca.
Don Maleno, como siempre, salio adelante y dijo: En el hotel Amilton.
Alguien le corrigió y le dijo que por qué decía “Amilton”, a lo que le contestó: La “h” es muda.
Su interlocutor: En Estados Unidos la “h” se pronuncia como “j”, y en todo caso sería Jamilton.
El hombre de Jaumave no se quedó con ella y volvió a insistir: ¿Entonces por qué no dicen jotel Jamilton?
Colofón: Sale sobrando decir que los aspirantes de todos los partidos a la gubernatura de Tamaulipas 2010-16, sí tienen carrera, cuando menos nivel de licenciatura.
Nos vamos.