Guémez, Tamaulipas.- “Sí funciona. En mi casa tengo una matita de dos años y me acabo de comer mi primer aguacate”, dice la maestra Emiliana Reyes Portales, oriunda y titular de la escuela del ejido El Alamito.
No solo ella sino productores tradicionales de cítricos, fincan en el aguacatero la esperanza de un mejor futuro económico, cuando los naranjos empiezan a declinar víctimas de plagas y enfermedades.
En apoyo a esas inquietudes, citricultor también él, el presidente municipal Lorenzo Morales Amaro puso en marcha hace un año el programa alternativo de producción, para generar (hacer germinar) hasta diez mil plantas de la variedad Hass.
Una segunda etapa es la donación entre los productores del sector social, interesados también en este proyecto que en pocos años puede generar los mejores frutos.
“Es el comienzo, la semilla está sembrada, en un futuro Guémez será aguacatero”, dice el edil en una gira de entrega de plantitas -ya injertadas- por los ejidos Graciano Sánchez, El Roble, El Alamito y El Olmo.
Por su parte el dirigente del sector campesino, (CNC), David Gómez Contreras, agradece los apoyos y dice: “Necesitamos darle otra gestión a nuestras huertas. Todo tiene una etapa y estamos pasamos a la historia”.
Ante los embates del llamado “dragón amarillo” los árboles de naranjo van muriendo paulatinamente. En un futuro todos estarán secos.
Por etapas, los productores de cada ejido van recibiendo una dotación de plantas. Ya se dio en La Diana, Crucitas, El Rusio, Servando Canales.
Todos tienen esperanza en el llamado “oro verde”, como lo recomiendan los técnicos, que puede darles un empuje económico. Están dispuestos a cambiar de vocación.
Esta gira de actividades del alcalde Morales fue integral, no solo aterrizó beneficios, también levantó demandas de los hombres del campo.
Como nunca ningún ayuntamiento, diseñó y mantiene el programa de fertilización foliar que ha dado buenos resultados en los primeros dos años de operación. Incrementa la productividad.
No cualquier municipio apoya: Isidro Medina Gaytán
Isidro Medina Gaytán, ex presidente municipal de Guémez y uno de los patriarcas de El Roble, querido y respetado por los hombres del campo, toma el micrófono, “no porque yo quiera”, sino a nombre de sus compañeros, para agradecer.
“No quise quedarme callado porque estos beneficios no se están dando en cualquier municipio”, y enumera no solo la fertilización sino los barbechos gratuitos que les ha traído la administración.
Son apoyos que se dan “gracias a que tenemos un presidente que es campesino y que siente lo que los campesinos sentimos, de cuando no hay agua, cuando no llueve o hace frío”, dice.
Arraigados a sus parcelas, resienten las inclemencias del tiempo, menciona, y recuerda que, cuando la última onda gélida, “no dormíamos, yo no dormía porque decía, donde se nos van a helar las naranjas, y no nada más a mi, sino a todos los compañeros”.
“Estábamos sufriendo esa noche que estaba muy frío”, dice, y que afortunadamente las consecuencias no fueron fatales para la citricultura.
Agradece al edil Morales Amaro los apoyos directos, “cuando la citricultura estaba muy abandonada”.
“Le agradecemos al presidente, y más porque no nos da el dinero en efectivo sino que el beneficio se aplica en los árboles, donde no hay que ir al depósito por la cheve”, sigue diciendo en este evento que se dio allá entre los naranjales.
Ademe de canales de riego
Ademar los canales es otro programa que tiene en marcha el gobierno municipal. Es menester para aprovechar mejor los cada vez más escasos escurrimientos de las fuentes de abasto.
Se hacen en Graciano Sánchez y El Olmo, cuyos productores le echan ganas para surtir el vital líquido que sus árboles necesitan río abajo.
En la Boca Toma del río El Tigre, con el apoyo de materiales aportados por el ayuntamiento, los ejidatarios desazolvan 200 metros lineales de canal y darán ademe con malla y cemento a 70.
Saben la historia, es una toma que a pala y talache abrieron sus antepasados. El agua, rodada, llegó por primera vez a sus parcelas en 1944. A partir de ahí las generaciones le han dado mantenimiento.
El presidente hace un recorrido por el canal de hasta 10 metros de profundidad y felicita a los lugareños: “Mi reconocimiento y felicitación porque no es una obra cualquiera, es una maravilla”, dice.
Y no lo es. Sacar toneladas de tierra con pala y carretilla es una tarea agotadora.
Bajo los árboles del tradicional paseo El Tigre, uno de los más interesantes del noreste de México, el presidente municipal entrega plantas de aguacatero y certificados de fertiización foliar que también está en marcha.
A petición del ejido, se compromete de inmediato a colaborar en la rehabilitación del balneario para cuando abra sus puertas antes de la primavera. La “manita de gato” va para las palapas, asadores, cabañas, cuya renta significa una entrada para los residentes de El Olmo.
Sin duda esta gira fue benéfica para los productores guemenses.