Guémez, Tamaulipas.- A 130 años de su llegada a Tamaulipas, la citricultura enfrenta una amenaza real de extinción a consecuencia de plagas y enfermedades, entre ellas el letal “Dragón Amarillo”.
Ante ello, en los últimos años los técnicos han buscado y generado cultivos de alternativa que vengan a sustituir a los cítricos, es el esfuerzo de aminorar las consecuencias económicas al decaer paulatinamente la producción naranjera.
La mejor opción es el aguacatero, dice Hugo Ramos Reyes, un experto sobre el tema y representante de “Tierra de Monte, Agricultura Libre”, institución dedicada la biotecnología para generar variedades resistentes a plagas y aptas para la región.
La idea es que los productores tengan otro cultivo con menos riesgos, señala, e ir con el tiempo sustituyendo plantaciones.
Han creado la variedad “Guémez GA30”, menciona, cuyo patrón, Lula, fue traído hace años desde la península de la Florida. Se adaptó perfectamente a la zona en alturas de 400 a 800 metros sobre el nivel del mar y utiliza menores dosis de agua de riego y resiste altas temperaturas.
“El patrón está aquí, es cuestión de empuje”, manifiesta, y muestra disposición a brindar asesoría con sentido social.
Según sus palabras, en aguacate “tenemos la misma calidad de Michoacán, y mucho más cerca de la frontera con los Estados Unidos”. Lo que falta, afirma, es gestionar la Denominación de Origen para poder exportar.
No es la panacea, pero sí un proyecto en que las autoridades empiezan a fincar esperanzas como salvación a una crisis que pudiera venir en los siguientes años.
El alcalde, Lorenzo Morales, firmó con Tierra de Monte un convenio para la producción de diez mil plantas que serán donadas a partir de los primeros meses del 2023. Van a reponer naranjos por aguacates.
“Creemos en los cítricos pero tenemos los pies en la tierra, la moral muy alta pero sin olvidar que el destino amenaza con alcanzarnos”, dice el presidente municipal al señalar que le entrarán con ganas a esta primera etapa de poblamiento de Hass con patrón regional.
Hoy, la citricultura constituye la primera fuente económica del municipio, pero cada vez las contingencias son mayores por las heladas, sequías y ahora el Dragón Amarillo que no se detiene.
Saben las autoridades que la conversión no será de un día para otro. El cambio tiene que ser paulatino, convencer que el aguacate necesita menos agua, genera fruto más rápido y el precio de mercado es más alto.
Otro de los técnicos que participan como asesores del proyecto es Régulo Morales, con 25 años en los viveros. Ha comenzado por igual el traslado alternativo hacia “el oro verde”, el aguacate, originario precisamente de México.