Cd. Victoria, Tamaulipas.- El coordinador del Senado, Ricardo Monreal Avila, llegó por tierra desde el domingo. Venía de Zacatecas acompañado de su amigo tamaulipeco José Narro Céspedes (senador oriundo de El Mante).
Por la tarde visitó una tienda de autoservicio, se fue a dar un “hidalgazo” (paseo por la calle Hidalgo), acudió a un restaurante y luego al hotel donde atendió a amigos y simpatizantes.
Uno en especial le llamó la atención, porque le pidió que se subiera a su vehículo con vidrios polarizados, para “dar una vuelta” de dos cuadras, “para que no lo vieran que estaba conmigo”.
Al día siguiente, lunes, almorzó las tradicionales “gorditas” del centro y zona árida de Tamaulipas. No participó en el almuerzo con Mario Delgado Carrillo; el alcalde Electo de Victoria, Lalo Gattás, el diputado Erasmo González Robledo y otros.
Monreal vino a “cuerpear”, apoyar a su amigo Américo Villarreal Anaya en el evento de su informe de actividades de la primera mitad del ejercicio.
Le fue bien al médico victorense, más de lo esperado. Dos gobernadores electos lo acompañaron, uno más envió video mensaje, lo mismo que el poderoso jefe de Comunicación Social de Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas.
Lo arroparon nueve compañeros del Senado, los diputados federales todos, locales y una parte de la cartelera de alcaldes en funciones y electos.
Como “lo cortés no quita lo valiente”, asistieron dos “suspirantes” por la candidatura morenista, José Ramón Gómez Leal y Adrián Oseguera Kernion.
Varios ausentes, pero destacó una figura que cree puede disputar la bandera rumbo al gobierno, Mario López Hernández, edil de Matamoros.
Y faltó a la cita Carlos Peña Ortiz, electo de Reynosa, en una concordancia que suena lógica: Su madre Maki no fue invitada por ser panista (en ocasiones se invita sola a eventos exclusivos).
Alejada igual la neopanista Leticia “La Jarocha” Sánchez Guillermo, diputada local por el distrito 11 de Matamoros. Viaja ya en el caballo azul. Se fue porque no le dieron la candidatura en aquella ciudad donde es avecindada.
El sentimiento del cónclave de Morena en esta capital, con motivo del informe, fue la unidad que necesitan para enfrentar al cabecismo en junio del 2022. De eso hablaron el propio Américo, el líder del Senado, Ricardo Monreal, y el jerarca Delgado Carrillo.
No se equivocan. Si cuando ya tengan candidato, cada quien jala para su lado, se postula por otro partido, como independiente o se entrega en brazos del panismo, tendrán asegurada una derrota.
Saben que ganarán “porque Tamaulipas está listo para cambiar” como dijo Monreal, pero necesitan la unidad. Sin ella morderán el polvo.
“La transformación viene y llegará”, dijo el propio senador victorense, estableciendo la seguridad de que se mantendrán unidos para lograr el objetivo.
No cabe duda que los jerarcas de la 4T están enterados de lo que pasa en Tamaulipas. Hay una anécdota que describió Monreal y, aunque no mencionó nombres, es de sobra conocido de quien se trata. El presunto participó en el ceremonial realizado en el edificio de una escuela particular de la avenida Fidel Velázquez.
Después de dos años y medio de sufrir persecuciones (su secretario del ayuntamiento tiene orden de aprehensión ), a ese alcalde le dijeron desde el Palacio panista, en un diálogo de cuatro horas, “tu eres mi candidato –de Morena al gobierno del Estado- yo te ayudo y le meto lana”.
Y el consejo del líder senatorial: “No se crean de eso, que no los engañen, manténganse unidos, no tengan temor”.
Solo le faltó decir que, a ese aspiracionista, ya lo “besó el Diablo”. Perdió la confianza en el centro del país.
Para aquellos que piensan que Villarreal va “arreglado” con los vientos del cambio, o sea el Pan-gobierno, hay que echarle ojo al mensaje final de su documento. No insultó, ni agredió ni trató de llevarse “la de ocho” en los medios de comunicación. Todo con calma y estilo.
Ha buscado colaborar con el gobierno del estado pero, por razones políticas “en este momento Tamaulipas va en una dirección opuesta a la cuarta transformación”. Sin lugar a dudas así es.
En seguridad, las rutas para conseguir la paz y seguridad, también son diametralmente distintas, dijo.
A los inquilinos del Palacio del 15 les parece muy simple la tesis de abrazos y no balazos, “pero la realidad es que no la comprenden”.
A diferencia de otras entidades, en esta tierra, en lugar de atacar las condiciones sociales que generan esa violencia, “hacen alarde de su capacidad de fuego”. Les dijo sus verdades.
Como médico, lamentó que Tamaulipas –por orden de Palacio-, se haya formalizado un convenio de no adhesión al INSABI, y falte coordinación entre estado y federación para resolver problemas de salud de los paisanos.
No obstante, la esperanza de los tamaulipecos está viva, comentó Villareal, y “desde Morena vamos a asegurarnos que eso cambie y cambie pronto”.
Los tres hablaron de unidad, de un pacto de unidad: Américo, Ricardo y Mario, y exhortaron a guardarla porque “nos quieren dividir”.
Recordaron la otra anécdota de los 10 diputados al Congreso Local que llegaron en el 2018, en que la mayor parte “fueron comprados” por los contrincantes.
El remate de Mario Delgado, también con dedicación: “La división, en estos momentos en Tamaulipas, es traición”.