Cd. Victoria, Tamaulipas.- Por largos meses las organizaciones activas, dirigentes sociales y medios de comunicación, pugnamos por “mano dura” para controlar el brote de coronavirus.
Condenamos con energía que la gente no se queda en casa para evitar la propagación, junto con la tolerancia del Gobierno.
Ahora nos quejamos de las sanciones de tránsito por el hoy no circula vehicular y la prohibición nocturna. No se entiende.
Las multas deben aplicarse en las principales ciudades, Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros y zona conurbada, ahí donde está el foco principal de infección.
Que solo se haya “ganchado” Victoria, es otra cosa.
Está comprobado que con “regaños” o jalones de orejas no entiende la gente, conductores o peatones. Lo que más duele es el bolsillo. Ni siquiera los arrestos preventivos.
Autoridades viales de Nuevo Laredo reportan medio centenar de “llamadas de atención” que son como las llamadas a misa: Les hace caso el que quiere.
La presidenta de Reynosa, Maki Ortiz Domínguez, el municipio más enlutado por el Covid, se ha desentendido de aplicar medidas coercitivas. Lo hace por imagen propia y de su “cachorro”. Le apuestan al futurismo.
Hace falta una llamada telefónica desde ciudad Victoria.
En la capital se dan protestas ciudadanas por las multas. Pero no se trata de algo surgido desde el municipio, donde solo obedecen instrucciones de Palacio de Gobierno.
Repetimos, no es lo recaudatorio ¿cómo van a entender los conductores que no anden en la calle sin necesidad?. Las principales arterias lucen como un día normal del año. Ni parece que estamos en cuarentena
El estado de emergencia ya tiene cuatro meses y nada que paran los contagios. Los positivos y muertos, en lugar de disminuir o “aplanarse”, van en aumento y dejando una estela de luto y dolor en hogares tamaulipecos. Ya no hay donde incinerar y menos sepultar cuerpos.
Desde el 17 de marzo en que entró en vigor el primer decreto para el “encierro”, al tiempo que la suspensión de clases, fuimos testigos de denuncias por la afluencia de personas en la vía pública, expuestas a contagiar o ser contagiadas.
Los medios de comunicación pusimos el grito en el cielo. Hicimos las denuncias.
El último decreto -bueno es “aviso” porque la secretaria de Salud, Gloria Molina ,no puede emitir ese tipo de ordenamientos, solo el Gobernador-, concede facultades para que las áreas de tránsito y vialidad hagan cumplir las disposiciones, es decir, parar en seco a tanto vago que anda por las calles.
Debe entenderse que las principales ciudades están en “cuarentena”, hay veda, medidas restrictivas, toque de “queda” o como se le quiera llamar. Lo más importante es la vida.
A nuestra mesa de redacción llega todo tipo de protestas por la restricción ordenada desde el Gobierno del Estado. Hay plantones y marchas callejeras, amparos en contra del ejecutivo y cosas parecidas, que por no tener atribuciones para prohibir la libre circulación de personas por el territorio.
Ya pasaron cuatro meses. Si la “mano dura” no llega a todos los municipios, el virus seguirá dejando su cauda de muertos.
¿Que no tiene atribuciones el Gobernador? El articulado de la Constitución dice que, en casos graves, “podrá adoptar las medidas que juzgue necesarias para salvaguardar el orden y la paz social, o la economía del Estado y de los municipios”.
La Ley de Salud faculta el “cierre total de negocios y concurrencia de personas a las plazas públicas”.
Pero, independientemente de si hay o no facultades y atribuciones ¿cómo se va a controlar la epidemia? ¿con advertencias?. Ya fue tiempo suficiente para “concientizar”.
Ahora bien, que se sepa, en ningún rincón de Tamaulipas, empezando por la capital, se han aplicado multas por no usar tapabocas o merodear después de las diez de la noche y antes de las cinco de la mañana.
Con el miedo basta y sobra.
Ahora bien, la reglamentación permite sanciones de hasta 500 UMAS (Artículo 75 Ley de Salud) a quien no acate el aislamiento por enfermedad contagiosa.
Andar borracho al volante es otra cosa. Las multas andan hasta el 22 mil pesos.
En otros asuntos, como ya se esperaba, el segundo síndico de Victoria, Luis Torre Aliyán, se desligó del alcalde Xicoténcatl González y del PAN que lo postuló en su planilla. A partir de la fecha será independiente. Debe traer su plan.
No es militante azul pero sabe bien que, quien sea candidato por Acción Nacional a la presidencia y diputaciones en el 21´, arrastrará la pesada carga del desprestigio del actual ayuntamiento. Más vale desligarse a tiempo de lo que califica como “un gobierno fallido”.
Lo dice en su renuncia. Toca el “justo reproche social” y la desilusión de militantes y simpatizantes del partido, al mantener la organización una persistente indiferencia ante el mal gobierno.
En los últimos meses Aliyán ha realizado “talacha” en los sectores populares de la capital y, aunque no lo menciona, espera estar en alguna de las boletas de junio del 2021.
Otro aspirante a la alcaldía capitalina, pero este por el partido morena, Eduardo “Lalo” Gattas Báez, tiene tres días aislado al resultar positivo a coronavirus. Ya fue candidato en el 2018.