Cd. Victoria, Tamaulipas.- Dedicarle “carretilladas” de billetes a medios masivos no siempre genera a los políticos la popularidad deseada, que los haga alardear y alimentar egos personales.
En Tamaulipas tenemos el caso de dos que le metieron billetes para alcanzar una reelección, y lo lograron. Ahora su mente está en el Palacio del 15 y 16 Juárez, en Ciudad Victoria, pero el asunto cayó en stand by. La mecha no prende como quisieran.
Menos si lo hacen a tontas y a locas, sin una estrategia, un plan con objetivos realizables y evaluando resultados para apalancar donde ocurran deficiencias, es decir, hacer sondeos periódicos y corregir.
Hay otros dos municipios “chicos” donde abundó la lana en el ejercicio 2018. Una perdió la reelección, la de Palmillas, y en Villa de Casas Arturo Barrón Perales (¡salucita!) dejó muy apenas la tesorería en manos de su hermanita Janet.
De acuerdo con datos de la publicación nacional EA Noticias, en el 2018 el presidente de Nuevo Laredo, Enrique Rivas Cuéllar ocupó el primer lugar en México en meterle dinero a los medios masivos. Gastó tanto como 188 millones de pesos (en el año), algo así como el 6.0 por ciento del presupuesto anual del municipio.
Esto significa que estuvo gastando 515 mil 73 varos cada día, lo que representa 21 mil 461 por hora.
En 2019 el gasto fue parecido y en el presente observa un crecimiento considerable, en la intención de aparecer en la boleta para Gobernador en el 2022, o de perdido para diputado federal en el 2021.
El presupuesto autorizado para el 2020 es de tres mil 160 millones de pesos, el más alto de Tamaulipas. El renglón de prensa ocupa más porcentaje que el mismo Gobierno del Estado.
Los resultados no siempre son favorables, independientemente de si la encuesta es “de quien la paga”.
Don Enrique se ha publicitado como el tercer mejor alcalde de México.
En los últimos días su oficina de prensa se ocupó de difundir que es uno de los mejores evaluados en atender los asuntos de coronavirus.
Sin embargo en un sondeo de marzo la prestigiosa encuestadora Mitofsky lo ubicó en la posición 30, con una aprobación reprobatoria del 46.5 por ciento sobre cien. Ni se panzazo.
Quedó muy lejos de Jesús Antonio “El Arabe” Nader, de Tampico, encabezando las preferencia nacionales como el non plus ultra con el 70.5 por ciento de calificación de los ciudadanos. Más que de panzazo.
En ranking se lo llevó también el morenista Adrián Oseguera Kernion, de Madero, en un honroso cuarto lugar palomeado por el 64.4 de los ciudadanos.
Es más, Rivas fue superado por el matamorense Mario López Hernández, en el espacio 22 del ranking y calificación del 52.8 (el victorense Xicoténcatl González cayó al número 98 con el 15.8 aprobación).
Va el ejemplo más reciente. El 18 de mayo Massive Caller –también prestigiada empresa- divulgó evaluación de alcaldes de México y Rivas fue ubicado en el lugar 15 con calificación de 50.5 en la escala de cien. Reprobado también.
Si manejara su imagen conforme a la ciencia y la técnica, a la inversión más alta entre los dos mil 457 ayuntamientos del país, debería corresponder la aprobación más alta (como es el caso de El Arabe, que también gasta carreterilladas, pero no el de mayor presupuesto).
En el lugar 12 nacional de los más gastadores en prensa e imagen se encuentra Maki Ortiz Domínguez, la de Reynosa. En el mismo ejercicio le destinó a imagen la suma de 285 mil 105 pesillos diarios. Gastó 104.0 millones que significan el 4.6 del presupuesto anual del municipio.
Por lo menos la señora fue colocada en el segundo espacio de Massive con calificación de 56.4 de calificación, aunque reprobada.
Aun con el enorme gasto -que sigue en el 2020-, Reynosa no se puede quitar el señalamiento de ciudad violenta. Está en la lista de las 40 más peligrosas del mundo junto con Tijuana, según el boletín del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia, A.C.
Matamoros no se quedó atrás, pero en la administración de “Chuchín” de la Garza cuando buscó la reelección pero mordió el polvo, por el PRI. Destinó a medios masivos 256 mil pesostes por día, el 4.9 por ciento del presupuesto.
Sin estrategia pudo haberlo gastado todo y perder por igual.
Pero vamos con los “chiquillos”, o sea los municipios de poco presupuesto y habitantes.
En Palmillas, Doña Genoveva Córdova Castro buscó la reelección en el 2018, por el PRI, y le arrancó a la chequera oficial buena tajada para prensa. Destinó el 11.9 por ciento del presupuesto municipal pese a tratarse de una comunidad marginada con población vulnerable.
Por entonces tenía asignados 38.2 millones para todo el año. Prensa le ocupó 4.5 millones.
Algo parecido a Casas. El alcalde Arturo Barrón Perales dispuso del 10.8 por ciento del presupuesto para medios de comunicación. De los 50.8 millones de todo el año destinó 5.4 a prensa.
Dejó a su hermana pero con demasiado costo y sacrificio para el pueblo que debió tener otros servicios.
Sería bueno que el Congreso del Estado pusiera un candado a los ayuntamientos para no rebasar límites en sus promociones personales y de propaganda oficial ¿no lo cree usted?.