Guemes.- Algunos dicen que contiene propiedades afrodisíacas, o de viagra, por su riqueza en proteínas. Por eso lo consumen.
Pero de eso nada saben Manuel Contreras Hernández ni su esposa María Olivia Gaytán Vargas, quienes cada año se dedican a elaborar el llamado “mezquitamal”, un producto netamente vegetal a base del fruto del mezquite, una abundante planta regional.
Tienen 50 años procesando el mezquite, desde que se casaron según lo cuentan.
-¿Lo habían visto en otro lado?
-Mi padre y mi madre trabajaban eso. Lo comenzamos a hacer por necesidad, manifiesta Manuel.
Y ella lo corrobora.
-El me decía ¿qué vamos a hacer? y yo le respondía: Lo que tu papá…
Fue así que mandaron elaborar una canoa de madera maciza con su respectivo mazo para procesar las vainas.
Lo hacen cada año en época de producción, que son los meses de junio y julio, estación de los calorones en el centro de Tamaulipas. Entre más sequía mejor porque el agua afecta las vainas.
Es una más de las pequeñas industrias a nivel familia, que ofrece Guemes.
De la “machaca” el producto que se genera es una especie de tamal que lleva tela en lugar de hoja de maíz.
La fabricación es bastante laboriosa y comienza con la selección de las vainas, que sean las mejores, las más grandes, no vanas y que tampoco se hayan mojado.
-Luego se ponen a secar en el patio, en el piso, por dos o tres días hasta que queden tostadas.
La temperatura, dice Manuel, tiene que andar arriba de los 40 grados para que se tuesten bien. Si hay algún nublado “no sirve para trabajar”, reitera nuestro hombre.
En seguida viene la machaca en la canoa con el uso del mazo, a golpe permanente por espacio de dos o más horas a pleno sol, entre la una y las cuatro de la tarde.
Deben estar completamente disecadas para que la pulpa quede como si fuera harina de maíz. Las semillas quedan a un lado y ninguna se parte (por eso los materiales han de ser de madera).
Mientras tanto Doña Olivia ya está colando el material para que no le queden impurezas, como las partes de cáscara y semillas.
El resultado es un polvo blancuzco que se elabora como tamal envuelto en tela; se amarra con tiras de pita y se saca por la tarde afuera de la casa para que se «serene».
-Al otro día ya está la bola, seca, completamente dura.
-¿Por qué endurece?
-Se me hace que por el sereno.
Es la técnica que Contreras aprendió de su padre y él de sus ancestros.
Ellos nacieron y se criaron en Guemes.
PREPARACION DE ATOLES PARA LA VIRILIDAD
Abordamos al matrimonio ahí en la plaza donde son propietarios de un negocio de tacos y gorditas.
Con el negocio tienen largos años. Es la fuente de sustento y, los mezquites, son el complemento del ingreso.
El mezquitamal se puede consumir con leche o en atoles. Es dulce y no necesita agregársele azúcar.
Es el clásico atole de mezquite, bien elaborado. Al consumirlos cuando se le pueden agregar líquidos.
Cuando el matrimonio trabaja no les dura el producto, se vende como pan caliente. Los clientes aparecen como por arte de magia.
El problema es que varios días después aparece una especie de gorgojo. A Manuel hace falta que un técnico que le recomiende un tipo de conservador que garantice caducidad de por lo menos un año. Tampoco se puede meter al refrigerador. La humedad le hace daño.
Manuel y Olivia se encargan de recolectar el mezquite cuando el fruto está maduro y cae de la mata. Otras veces lo compran por costales.
-¿Hacen todos los días?
-Cuando no hay sol fuerte no se puede trabajar. No podemos decir mañana, porque si en la tarde refresca no se hace nada. Esto es muy laborioso.
En ocasiones va gente y le hace pedidos a Contreras, pero tampoco se echa compromisos pues el tiempo es el que marca la pauta.
-¿Cuánto da una molida?
-Nunca he tenido la precaución de medirlo.
En las últimas molidas llegaron a elaborar hasta 10 tamales que venden como pan caliente, el mismo día o el siguiente.
-Los hacemos y la gente no nos deja… Al otro día ya hemos entregado.
Cuando “sobran”, que sean alrededor de 15, Contreras se va para Victoria a visitar a los amigos nacidos en Guemes. Ellos lo compran.
-Hay gente que viene dos o tres veces, ya saben que aquí se hace. No podemos echarnos el compromiso porque no se sabe si habrá “punto”.
Pero los mezquites también se están acabando, la gente los corta para la leña o fines agrícolas.
-Ojalá y hubiera un lugar con bastante mezquite y yo le echaría más ganas, indica Manuel.
-¿Qué contiene el mezquite?
-Yo no se… Como digo, la jodencia fue la que me hizo hacer esto.
-¿Tiene efectos de viagra?
-Es lo que me dijeron algunas gentes, pero yo no se nada de eso.
El matrimonio tuvo cinco de familia y hoy enseñan el arte de la elaboración del mezquitamal a uno de sus hijos.
Los Contreras no quieren que desaparezca la tradición que le enseñó su fallecido padre, Lorenzo Contreras.