Cd. Victoria, Tamaulipas.- Los rencores aumentan hacia el interior de la bancada de Morena en el Congreso del Estado. Las diferencias entre los diputados crecen y llegan a acusaciones mutuas.
Como fracción, en seis meses ha hecho uno de los más tristes papeles de que se tenga memoria en una fracción del Poder Legislativo local.
Llegaron divididos (octubre del 2019) y prometieron que sobre la marcha se acomodarían las calabazas, pero no fue así. Continúan las diferencias. Marchan en dos caballos.
Son dos “bancadas”, una de siete y la otra de tres, “mini” esta integrada por los legisladores que llegaron del norte o el “bloque norte” como ellos mismos se dicen: Carmen Lilia Canturosas, Rigoberto Ramos Ordóñez y Leticia Sánchez Guillermo (Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros).
Los siete son liderados por Edna Rivera López, una educadora de la región sur.
El gran teatro se dio en la sesión de este miércoles 8 de abril, en que la mayoría calificada del pleno aprobó un financiamiento solicitado por el Gobierno del Estado, para hacer frente a la emergencia económica generada por el Covid-19.
Resulta que “los tres”, como por arte de magia, faltaron a la plenaria.
Tenía importancia porque, de estar presentes, no se habría reunido la mayoría calificada para darle el visto bueno al crédito.
¿Que sucedió? Dadas por ellos mismos, hay dos versiones. La primera es que la tercia, según su contraparte, fueron “maiceados” para no presentarse.
En plena sesión, los siete exhibieron pancartas y acusaron a Lilia, Rigoberto y Leticia de “traidores a Tamaulipas” por haber dado su brazo a torcer; “es muy triste observar que no hayan asistido el día de hoy”, gritó Edna desde el micrófono.
Esta versión es muy difícil de creer si, como sabemos, se trata del grupo más radical de la legislatura y, el sistema del coordinador Gerardo Peña Flores, no es ese. Sabe que tiene la mayoría y el juego más bien es el de mover fichas.
La segunda, como afirman los “del norte”, es que lo hicieron “en protesta” porque, una semana atrás, la mesa directiva no tomó en cuenta sus opiniones al eliminar de la orden del día un punto de dictamen (nombramiento de una Consejera de la Judicatura).
El pleito se refleja en toda su dimensión en redes sociales. Acusaciones van y vienen.
Sánchez Guillermo: “Ahora resulta que la pseudo coordinadora de la bancada de MORENA “Edna Rivera”, me acusa a mí y a mis compañeros Carmen Lilia y Rigoberto Ramos de hacerle comparsa al PAN”.
Ramos Ordóñez: “Los Diputados del Norte jamás te vamos a fallar”, dice, y muestra (sin dar su contenido) una carta que envió a la Mesa Directiva manifestando que no se presentarían.
Cierto o no, la conclusión es que “el diez” se lo llevó el coordinador Peña Flores, al sacar limpiamente el acuerdo sin hacer uso de procedimientos más complicados. Como operador político tenía que hacerlo para no fallar a Palacio.
La verdad es que aquellos que tomaron la tribuna, estuvieron de acuerdo en autorizar el financiamiento, saben que se necesita como lo dijo la tricolor Olga Garza Rodríguez. El mismo Ramos dice que “no tenemos problema de un préstamo” sino en la forma en que se va a distribuir.
A grosso modo la ausencia del trío le facilitó las cosas a Peña Flores, quien aprendió muy rápido como se conduce el Poder Legislativo.
Si hay 36 diputados, la mayoría calificada, dos terceras partes, son 24. De estar presentes todos, habría necesitado los 24, pero asistieron 33. El requerimiento eran 22.
La votación final fue de 23 contra 10 (incluyendo a los del PRI y Movimiento Ciudadano), uno más de los necesarios.
Pero ¿que habría pasado si se presentan los tres morenistas?. De todas maneras el proyecto habría salido. No necesariamente el voto de los diez sería en contra, ni el de los priístas. Todo está en el cabildeo.
El llamado “bloque del norte” podría desintegrarse ahí por noviembre o diciembre si, como parece, dos de sus exponentes, Carmen Lilia y Rigoberto, son llamados como candidatos a alcaldes de Morena por Nuevo Laredo y Reynosa.
Por cierto, no cayó muy bien entre sus compañeros de legislatura, periodistas y “público en general” el que, desde tribuna, Susana Juárez Rivera y Ulises Martínez Trejo gritaran que no son tamaulipecos. Ella se dijo “con todo orgullo” ser de Veracruz, y él de Tabasco.
Ya solo faltó que Leticia Sánchez gritara que ella también es jarocha.
Acá entre nos, deben entender que nacieron allá pero tienen la ciudanía tamaulipeca, son vecinos, residentes de esta tierra y aquí consiguieron los votos plurinominales para llegar al Congreso.
Si no quieren esta tierra ¿para qué están aquí? Es lo último que debiera gritar un diputado que llegó de otros lugares. Deben sentirse tamaulipecos y luchar por esta región donde se les recibió con los brazos abiertos y consiguieron chamba.
Sin abandonar Morena, es hasta el jueves 9 de abril en que los jefes toman el acuerdo de mandar a sus casas a los integrantes y trabajadores del CEN y comités estatales, para protegerse del virus Covid-19.