Cd. Victoria, Tamaulipas.- Desde hace largos ayeres el Congreso del Estado ha sido trampolín, o semillero, si lo vemos de un lado más amable, de candidatos a alcaldes.
Hace dos años la legislatura por poco y se queda desierta. Fueron 16 los acelerados que solicitaron permiso para ir a sus municipios a dar la pelea. Algunos regresaron con la cola entre las patas (de PRI y PAN) a cobrar sus últimas quincenas.
No se diga de años anteriores, como 2007 cuando amarraron “hueso” Ramón Garza Barrios, Héctor López González, Alejandro Franklin Galindo, Roberto Benett Ramos y Servando López Moreno. Recibieron como “indemnización” los municipios de Nuevo Laredo, El Mante, San Fernando, Río Bravo y Miguel Alemán.
En fecha más reciente, 2013, fueron a regentear sus municipios Gustavo Torres Salinas, quien era el coordinador parlamentario, a Tampico; Armando López Flores, Altamira, y Esdras Romero Vega a Madero. Pelaron el voto y llegaron a las presidencias.
Hoy sin embargo, en la 63 legislatura vemos una caballada muy escuálida, flaca y desnutrida por referirlo en términos coloquiales de Don Rubén Figueroa Alcocer.
Aunque la mayoría son panistas, y han realizado buena labor, es poca la proyección que traen. A menos que las candidaturas les lleguen “del cielo”, lo cual no va a suceder en tiempos de rápida comunicación entre las masas.
No se necesita que lo digan. Por sus acciones y el entusiasmo que le ponen, demuestran que quieren ser ediles.
Le dimos una revuelta a los 36 y mire lo que encontramos, iniciando con el PAN.
El coordinador parlamentario, Carlos García González, tiene el “peso específico” para aspirar por Matamoros. Está probado en las urnas. Ya ganó dos escaños federales por la vía de los sufragios. Tiene buenas relaciones en la esquina donde se toman las decisiones.
Sacar a otro candidato del establo azul sería demasiado costoso para el partido y el gobierno.
Está en la misma situación que Gustavo Torres Salinas en el 2013, cuando se fue a Tampico.
Un segundo aspirante que reúne la “talla” es Jesús María Moreno Ibarra, mejor conocido como El Chuma, de Reynosa, dos veces candidato a la presidencia. Si por él estuviera, ya andaría en precampaña.
Es amigo y compañero de luchas políticas del Gobernador. La balanza se podría inclinar por ahí.
Otros que quieren, pero no se vería bien ante la opinión pública, es que a Beda Leticia Gerardo Hernández y Pedro Luis Ramírez Perales -son matrimonio-, se les entregaran los municipios de El Mante y Xico.
Aparte, es una región donde solo los chicharrones de los Verástegui truenen. Tiene mano Vicente, el hermano que ya está en la silla municipal.
En al metrópoli cañera los aires parecen estar definidos por Don Francisco Leal Guerra, quien ha sabido responder a los ciudadanos. Una reelección sería buena.
Si agregamos al diputado Ciro Hernández Arteaga, de Altamira, digamos que solo un milagro lo haría candidato panista. En caso de darse la decisión celestial, es candidato a morder el polvo frente a los morenos.
A Joaquín Hernández Correa, La Quinita, no le caería mal Madero para seguir con el ritmo familiar en la alcaldía.
En la bancada tricolor no abundan los “gallos” con capacidad y luz propia.
Si acaso Anto Tovar García, de Matamoros, y Copitzi Hernández García, de Río Bravo, podrían dar la pelea a los enrachados panistas.
Alejandro Etienne Llano viene de la presidencia de Victoria. A Rafael González Benavides ya se le pasaron los tiempos para ir a Matamoros.
Suicidio político anunciado si Doña Mónica García González es nominada a la presidencia de la misma fronteriza.
De los demás, ni para qué mencionarlos. La mayoría –de todos los partidos- no tienen el “peso específico” para entrarle.
Bueno, nos faltaba Doña Teresa Aguilar Gutiérrez, diputada por Victoria Sur. Le daría buenos votos su marido Roberto Salinas Salinas.
Ya no resisten una corrida de cien metros diputados como: María del Carmen Tuñón Cossío, panista de Tampico; Ramiro Salazar Rodríguez, azul de Matamoros; Glafiro Salinas Mendiola, también panista pero de Nuevo Laredo, y Doña María de la Luz del Castillo Torres, de Morena del sur.
Muy verde la neolaredense Brenda Cárdenas Thomae, de Nuevo Laredo; una parvulita Isis Cantú Manzano, de Victoria. Clemente Gómez Jiménez, de El Mante, viene del PRI.
En resumen ¿Cuántos diputados van pedir licencia para ir a sus municipios? Acá entrenos, le digo que uno. Dos a lo mucho. ¿Acaso algún senador?.
Aparte, nos dicen que el “bravo” representante del PAN ante el IETAM, Samuel Cervantes Pérez, trae un ancestral resentimiento social.
Por sus venas corre sangre maya. Es originario de Oaxaca, donde terminó su carrera de abogado en la Universidad Benito Juárez ¿Cómo llegó a Tamaulipas? Bueno, sus amigos quedaron de pasarnos la información.
Es joven y le mete enjundia a la chamba. Hará buen ambiente –si ahí lo dejan los jerarcas- en las sesiones del órgano electoral.
La noticia del día. Que los tribunales italianos decidieron regresarnos a Don Tomás Yarrington Ruvalcaba, para que sea juzgado aquí y en los Estados Unidos por los presuntos delitos de narcotráfico.
Que sus hijos, Tomás Antonio y María Antonieta, ambos egresados del ITAM, andan por el viejo continente
Los más de cinco meses en prisión debieron bajarle la soberbia y desprecio por los mortales. No sería conveniente que lo manden a un penal de Tamaulipas.
En un encuentro con maestros, al que asistió el alcalde de González, Guillermo Verlague Berry, el líder del magisterio estatal, Rigoberto Guevara Vázquez, convocó a su compañeros dirigentes a velar por los derechos del magisterio y a practicar los valores como el de la solidaridad, en estos tiempos difíciles que vivimos.