Cd. Victoria, Tamaulipas.- Pues nada, que la gerencia estatal del PAN cada vez cierra la pinza respecto a los hombres y mujeres que recibirán el visto bueno para buscar la reelección en los ayuntamientos.
El partido –en el gobierno- no puede equivocarse. Por primera vez tratará de conseguir el refrendo de la ciudadanía. Si no logra el ansiado aval, estará perdido.
Precisamente en Altamira se da como un hecho el debut y despedida de Doña Alma Launa Amparán Cruz, quien ahora cobra como alcaldesa pero no es la que manda.
El que toma las decisiones –las realmente trascendentes- es el “primer damo” del municipio, Juvenal Hernández Llanos, también ex presidente.
Para los jefes de una administración municipal lo más importante es la lana que va para el bolsillo personal, compadres y amigos. Esto se da en la obra pública y proveedores.
Es donde el ex alcalde tiene metida la mano. Despacha en su casa y de ahí gira instrucciones.
El matrimonio en el poder, con un grupo de amigos como Víctor Meraz Padrón y Ciro Hernández Arteaga, ahora diputados locales, venían del PRI.
No se pusieron de acuerdo en el bando tricolor y, en febrero del año pasado, se brincaron con los azules. Lograron el éxito.
Por motivos de triunfo –votos-, el PAN estatal se decidió por Amparán para la alcaldía y los otros dos para legisladores. Ganaron a los priístas por siete mil sufragios.
No está cayendo bien entre el respetable que las decisiones y ordenes más importantes las tenga que tomar el ex presidente y no la alcaldesa.
Consiguieron el voto no por popularidad sino por el hartazgo que habían producido los grupos emanados del PRI. Largos años de corrupción marcaron su destino.
En el “dedazo” del 2016 perdieron la candidatura elementos como Zeferino Lee Rodríguez, Gonzalo Urbina Betancourt y Nicolás Alvarez Betancourt. A ellos les correspondía y no a los priístas.
Ya con la fuerza del Gobierno del Estado, el PAN de Altamira luce reorganizado. Ahora sí, la intención, es imponer a personas del equipo.
En esta condición, Lee Rodríguez fue designado como representante de la Secretaría de Bienestar Social. Es el responsable de los programas del gobierno estatal. Tiene la bendición oficial desde la ciudad capital.
Las apuestas están a que él será el candidato a la alcaldía. Es amigo personal del Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca. No lo apoyó el año pasado porque quería retener al grupo priísta.
Hoy se pronostica que la bendición vendrá de la esquina del poder. Quedarán en la lucha interna los propios priístas Hernández Arteaga y Meraz Padrón, de quienes se mencionan que tienen “problemas psicológicos”. No estarían en condiciones de representar al PAN en la contienda.
Se les acabará el corrido a los Hernández Amparán, que se creyeron reyes del empobrecido municipio.
Al final, la pelea por la presidencia del pueblo quedará entre Zeferino y Armando Martínez Manríquez, este con la bandera de MORENA pero priísta también.
Martínez no es nuevo en la política local. Ha luchado en dos ocasiones para ser candidato. Los gobernadores le cerraron el paso y lo hicieron diputado por
“consolación”.
El año pasado Armando, tratando de tener su propio grupo (ser el propietario), integró lo que se llamó (¿Se llama?) Unidad Revolucionaria del PRI. Fue a tomarle protesta el entonces gerente estatal tricolor, Rafael González Benavides.
Todo eso lo mandó al carajo cuando sintió que en el Revolucionario nunca tendrá oportunidad de ser alcalde. Los años se le vinieron encima.
Tampoco Lee es improvisado. Fue candidato y perdió ante Juan Genaro de la Portilla; luego frente a Juvenal Hernández Llanos, el que ahora gobierna en Altamira.
Pues bien, decíamos que el PAN cada vez va reduciendo las listas de aquellos ediles con posibilidad de reelección ¿Qué me dice de Eduardo Alvarado García? Sí, ese de Padilla.
Con tristes recuerdos para la ciudadanía, es la segunda ocasión en que gana por las siglas del PAN. Muy mal desempeño. Después de todo ni nació aquí, sino en Hualahuises.
Seguro no tendrá el visto bueno de Palacio para la reelección.
Y qué me dice del muchacho de Casas, Arturo Barrón Perales que, a los 24 años, la presidencia le cayó como un juguetito para pasársela de pachanga por dos años. Vive en Victoria y va de día de campo a Casas (agarrar la borrachera).
Dicen que es lo mismo que sus antecesores de la familia Barrón. Uno, siendo alcalde en funciones, fue detenido por abigeato. Otro, también cuando ejercía como presidente, fue enviado a prisión por homicidio (mandó matar a un vecino).
El jovenazo ganó porque el respetable estaba harto de las trincas priístas. Ya no quisieron soportar la prolongación del cacicazgo de Santiago Avalos Medina a través de su amiguita Hilda de los Reyes Vázquez.
No obstante el ciclo vacacional de la burocracia que paraliza ciudad Victoria, el servicio de limpia de la Presidencia Municipal se cubre al ciento por ciento. Las 72 rutas de camiones a lo largo de la macha urbana, realizan su labor en tiempo y forma levantando un promedio de 380 toneladas diarias de desechos de domicilios y negocios
Se suma el trabajo de 150 elementos de barrido manual, cuya labor significa para la ciudad el retiro de más de 200 toneladas de basura de calles y parques
En descacharrización se han retirado 560 toneladas de posibles criaderos de zika, dengue y chikugunya
Este martes el Ejército Mexicano destruyó en Reynosa dos mil 261 armas decomisadas desde el 15 de enero a la fecha por autoridades federales y estatales en Tamaulipas, Nuevo León y San Luis Potosí.
La ceremonia se realizó en Reynosa, en la Zona Militar, con la presencia de los gobernadores de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca y el neoleonés Jaime Rodríguez.
Cabeza de Vaca publicó en redes: Tamaulipas seguirá aportando la parte que le corresponde ne el gran esfuerzo nacional para garantizar la paz y armonía en la sociedad.