Cd. Victoria, Tamaulipas.- Está visto que la operación y conducción del PRI en Tamaulipas se la disputan dos grupos, casualmente de sendos ex gobernadores que quieren gozar (más) del disfrute del poder.
Por un lado la gente del Egidio Torre Cantú, el que dejó temblando a Tamaulipas y sin monedas en la caja de Tesorería. Ya ganó el primer round al agandallar las cinco consejerías nacionales por elección.
Del otro lado de la cancha el equipo de Eugenio Hernández Flores, más activo que nunca, aunque sus detractores señalen –sin pruebas- que lo busca la PGR. Está vivito y coleando y listo para, si se ofrece, conseguir una candidatura al Senado.
Geño ha tenido el peso suficiente para apadrinar a delegados federales o repelerlos a través de su equipo de “gatilleros”. Su mismo cuñado Aureliano Salinas Peña, empresario de la construcción (ASP Construcciones) y ganadero (UMAs Los Tulitos y El Caimán) ocupa la representación de la PROFEPA.
Su propia hermana es diputada local por la vía de representación proporcional y coordina lo que queda del sector femenil (ONM) del otrora glorioso PRI.
A través de sus “gatilleros”, el grupo pudo impedir la llegada de un tal William David Knight Bonifacio como nuevo delegado de la SCT a territorio. Lo acusaron de una ristra de corrupciones.
En la interpretación, la idea era colocar a uno del equipo, César Enrique García Coronado, ahora delgado de Comunicaciones en San Luis Potosí, que en apariencia quiere regresar a su hogar, a su tierra a hacer negocios.
Fue un pecado para Don William decir o dejar correr la versión que sería cambiado de Veracruz a Tamaulipas (aquí está más cerca de la frontera, Texas, donde tiene lo grueso de sus negocios, en dólares).
El equipo geñista se apoderó de la alcaldía capitalina. Desde ahí piensan –ya lo están haciendo- operar para el grupo en los procesos electorales que vienen, amén de financiar la reestructuración de su partido, el PRI. Es la única “cabeza de playa” que les queda.
Todo estaría bien. Es lícito que pretendan sacar adelante a su amado tricolor. Lo malo es que han tomado ya el municipio como la “caja chica” de sus actividades y distraer tiempo que debería estar dedicado a la función municipal.
En un proceder que huele a delito sancionado por el INE, Congreso del Estado y Contraloría, el alcalde Oscar Almaraz Smer se presentó en horario laboral a la toma de protesta de Rigoberto Rodríguez Rangel como dirigente estatal del PES (Partido Encuentro Social), en evento realizado en ciudad Victoria.
No queremos sospechar que los recursos para esa actividad salieron de la Tesorería de la capital.
Rodríguez en apariencia dejó el PRI luego de perder la alcaldía de Mante en la reciente elección y se dispone a “empoderar” a su nuevo partido rumbo al 2018. Ya en el terreno de lo serio, bien podría ir de esquirol.
No estaría tan equivocado si alguien deduce que, el Equipo Victoria, quiere formar alianza para la siguiente elección con el PES –la versión más sencilla es que “compraron” ese partido- y con su antiguo socio Gustavo Cárdenas Cárdenas Gutiérrez, ahora jefe del MC en la entidad.
Los aliados tradicionales de la política, Verde Ecologista y Panal abandonaron el barco en cuanto supieron que el PRI estaba perdido en la elección de junio.
Parece que el objetivo con el nuevo socio (PES), que agrupa a las iglesias cristianas de la región, es suplir el vacío que Almaraz comenzó a ver en el equipo estatal.
No lo invitan, no lo convidan a sus eventos. Solo falta le digan que, donde no es es necesario, para qué lo quieren.
El principal evento presidido en Victoria por el Gobernador Cabeza de Vaca ha sido la entrega del Premio Estatal del Deporte, realizado la semana anterior en la Unidad Deportiva Siglo XXI. El equipo municipal no fue requerido.
Más reciente, el sábado pasado en el Casino Victorense, la secretaría de Bienestar Social organizó la conmemoración del Día de los Derechos Humanos en que se firmó un convenio con las OSC (organizaciones de la sociedad civil), y tampoco fue requerido el edil.
Ante el vacío que le hacen desde la Esquina del Poder –donde son muy prácticos en organizar eventos- el jefe edilicio se ha refugiado en las delegaciones federales, como SEDESOL, para saludar con sombrero ajeno obras y acciones.
Otro hecho que evidencia la distracción de recursos del erario victorense, ocurrió en Tampico el 30 de noviembre.
Una de sus regidoras –que por cierto un día antes inasistió a la sesión ordinaria de cabildo- de nombre Laura Luz García Lumbreras (ligada al equipo compacto), organizó un curso de adiestramiento para ediles del PRI en el puerto jaibo con participación de mujeres de Palmillas, Altamira, Tula, Jaumave, Tampico, Madero, Victoria, Casas y Miquihuana.
Cuando debió estar trabajando para el municipio en la ciudad capital, el alcalde Almaraz viajó a Tampico para estar presente (en miércoles laboral) en esa actividad del PRI.
Reiterando: No quisiéramos sospechar que se dio financiamiento con dinero de los victorenses. Ojalá y no sea así.
Para los que conocen, no hay duda que la “caja chica” comenzó a operar con Almaraz a la cabeza.
Deberán tener cuidado. Ahí está, sobre ellos, la lupa vigilante de los órganos de fiscalización del gobierno de los vientos del cambio. Cuando los pesquen en la maroma podrán enviarlos a juicio.
Ya tomaron la alcaldía –incluyendo regiduría y puestos administrativos- y, el siguiente paso, es ocupar el CDE del partido. Ya está puesto Manuel Muñoz Cano como prospecto.
La lucha política de Almaraz por la reelección ha comenzado. Por igual ha enfilado sus baterías en contra del jefe político estatal como cabeza y punta de lanza del principal adversario, el PAN.
Falta mucho pero ya veremos de qué cuero salen más correas, si el PRI gana la reelección con Oscar y lo proyecta a la gubernatura, o el PAN conquista la capital con Fernando Campos, Arturo Soto, Elva Valles o Lydia Madero, por ejemplo.