Cd. Victoria, Tamaulipas.- El ingeniero Miguel Cepeda Sánchez debe estar escondido por ahí, incómodo, disgustado, muriéndose de vergüenza.
Fue quien diseñó y creó el Tecnológico de Victoria; su primer director. Y no es para menos que lo invada la pena: La institución a la que dio vida ha caído por los suelos en una corrupción de sus autoridades que dura por lo menos los últimos diez años.
El actual gerente del negocio se llama Fidel Aguillón Hernández, mecánico por el Tecnológico de Madero, ex director de la Universidad Tecnológica de Altamira.
Ingresar como alumno significa aceptar un asalto en despoblado. Hay por lo menos 28 conceptos de cobro debidamente “autorizados”, además del centaveo por “pasar” materias” y “colaborar” en obras y acciones.
El desplumadero comienza con la entrega de “fichas para examen de admisión” que tienen un costo de mil 600 pesillos.
Los alumnos de nuevo ingreso son despojados de dos mil 500 por inscripción, lo mismo que los que se reinscriben.
El curso de inglés anda en los cinco mil pesos (todo esto es para el 2015), en tanto que el pago de inscripción por doctorado cinco mil 500.
Los cursos de verano se cotizan a dos mil 200 pesos, cuando son de 90 horas; a mil 850 los de 75 horas, mil 500 de 60 y mil cien pesos los de 45.
En esta minita de oro, que ahora dirige el señor Aguillón (el que salió con los cuentos chinos que la venta de calificaciones se debió a un “hackeo”), la certificación de documentos se cobra en 160 pesillos; los certificados de estudios son por 700 y las constancias para escolarizado en 90.
Negocio perfecto en que nadie paga impuestos y todos jalan como el azadón: Solo para ellos.
Si un alumno ya terminó su carrera y quiere una constancia de egresado, le chupan 300 del águila. Si perdió la credencial, son 130.
Normalmente el Tec de Victoria tiene dos mil 500 alumnos, que son explotados (junto con sus familias) durante cinco, seis o más años. Son los clientes cautivos de una bola de sinvergüenzas vividores. Diríase que esta escuelita es el “negocito” perfecto en que no hay reclamos y todos mamando y dando topes.
Aparte del curso de inglés para titulación por cinco mil varos, el gerente Aguillón y compañía inventaron una cuota de mil 250 más por “examen de inglés para titulación”.
Y en el acabóse, los jefes se chupan otros 180 por la necedad de “examen de diagnóstico de inglés”. Un “examen especial” tiene un costo de 750, en tanto que por el “préstamo” de libros de la biblioteca, el cobro es por 60 pesos diarios.
Sin duda es la empresa más redituable que hay en México que ya quisieran los señores Slim, Azcárraga o Salinas Pliego.
Cuando los alumnos culminan su carrera no quedan liberados de la explotación descarada. Por el examen profesional la “bajada” es de otros tres mil 700.
Y no es todo: 500 del águila adicionales que por “registro y cédula profesional” que se hace ante la SET (y que es gratuito).
Es un centaveo permanente: El curso de inglés por “niveles” anda en los dos mil 500 y los exámenes especiales para foráneos en otros dos mil 500. Los cursos de “nivelación” en 800. La inscripción extemporánea cuesta 250, en tanto que el “estudio técnico” de equivalencia de estudios otros 500 del águila.
Para posgrado el costo de la mercancía es mayor: La pura ficha (un simple papel) cuesta mil 800 y los exámenes cuatro mil 300.
Seguro que tienen razón los muchachos que protestan por la expulsión de que han sido objeto, por “comprar” calificaciones a un funcionario de Escolares donde seguramente está inmiscuido el director y los subdirectores.
Siempre han sido centaveados, incluso desde antes de ingresar como alumnos, y lo serán a lo largo de sus carreras. Tan solo de inscripciones y reinscripciones para el semestre que arrancó en septiembre, el señor Director y sus corifeos se mamaron, bajita la mano (si son dos mil 500 alumnos) seis millones 250 mil pesos. Ello aunado a los más de 400 de nuevos ingreso que tuvieron que pagar mil 600 de la “ficha”.
Y si 400 egresan por semestre y se titulan, ya tendrá idea usted, querido lector, de la “bañada” que se dan los señores directores del Instituto: Por lo menos 20 millones semestrales que van a parar a sus bolsillos libres de polvo y paja.
Todo marchaba bien enaceitadito pero algo se le salió de control al señor Aguillón Hernández. Al parecer fue un mal reparto hacia el interior entre sus cómplices.
Hay que advertir que este botín es independiente del pago de sueldos. Todos y todas cobran con plazas de tiempo completo, incluso si trabajan o no.
Sería bueno que la SET, ahora que realiza auditoría, acabe con este negocito privado, que arranque la pus que se mantiene desde hace alrededor de diez años y que la escuela vuelva a tener el prestigio que registró en otros tiempos. Con estos escándalos de corrupción perderá “clientela”.
En cosas más amables, el líder de la Conferencia Nacional de Legisladores Priístas, Ramiro Ramos Salinas no se anduvo por las ramas y dio una lección de civilidad política cuando los reporteros le preguntaron de sus aspiraciones a ser candidato a la gubernatura por el PRI.
– Mis aspiraciones son cumplir con nuestro trabajo, de ahí no nos salimos. Ese es el compromiso que tenemos con los tamaulipecos y porque respeto las reglas. Así lo mandaba la Ley.
Un ejemplo para los que andan desbocados buscando la nominación. Ramiro respeta la Ley de jure y de facto.
Por voz de Miguel González Salum, los diputados federales tamaulipecos presentaron este martes iniciativa de reformas a la Ley Federal de Derechos para obtener descuentos de hasta el 100 por ciento en el 2015, y subsecuentemente del 75 al cero de aquí al 2019, modificando la zona de disponibilidad para el cálculo por explotación, uso y aprovechamiento de las aguas nacionales para las empresas petroquímicas.
Esta es una línea de acción del Gobernador Egidio Torre Cantú y se logró elaborar el proyecto con los apoyos de los diputados Mercedes del Carmen Guillén Vicente y Esdras Romero Vega, además de Edgardo Melhem Salinas y Baltazar Hinojosa Ochoa.