Luis Lauro Carrillo.
Política pública versus Administración pública.
La administración pública es el campo de la ciencia política que se relaciona con el ejercicio del poder gubernamental. Es la acción del estado en la sociedad, caracterizada por su doble naturaleza de dirección administrativa y dominio político, pero como acción es ejecución, es decir poder ejecutivo delegacional que hace realidad la presencia del estado en la sociedad.
Viene a cuento lo anterior por el desplazamiento y sustitución de que ha sido objeto la administración pública por parte de esa disciplina tecnocrática denominada política pública, que pretende superar las deficiencias e insuficiencias de la dicotomía política-administración, para que ambas ya no estén separadas sino unidas.
Al efecto los autores de dicha división como Wilson, Goodnow, Weber y Morelan definieron parcialmente la administración pública como una función específica del estado, la separación aunque artificial, fue el resultado de una reelaboración distorsionada de la distinción bipartita entre los poderes ejecutivo y legislativo.
Cabe señalar que el fundamento de esta distinción se encuentra en la división entre la sociedad y el estado, estudiada por Roseau, Toquelville, Marx y Hegel. Significa pues, que la lucha económica de clases y la lucha política de clases implica una autonomía en lo económico y en lo político, manifestándose en su forma más clara como la autonomía relativa del estado.
Tengamos presente que es precisamente la división estado-sociedad el fundamento en el cual se basa el carácter delegacional del poder legislativo en el estado y del poder ejecutivo en la sociedad, de ahí la antinomia o antagonismo entre el orden político y la sociedad civil.
Huelga decir que un estado con régimen político representativo tiene en el legislativo la representación clasista de la sociedad. La preponderancia del ejecutivo y del legislativo demuestra que entre los centros del poder estatal, el poder judicial no ha tenido importancia alguna, convertido en parte de la maquinaria gubernamental no ha sido un contrapeso entre los otros poderes.
He aquí que si bien es cierto que el ejecutivo es la administración pública, también lo es que el ejecutivo como gobierno es un órgano político. Además es cierto que el legislativo es un órgano fundamentalmente político, también lo es que la política no es su monopolio
Al tenor de lo anterior teóricamente el enfoque de política pública ha fracasado en su empeño ya que más que identificar y esclarecer las relaciones de la política y la administración las confunde en un término impreciso, y redundante. La etimología de la acepción de políticas públicas, proviene del anglosajón public policy, término que fue traducido erroneamente como política pública.
En consecuencia, política y pública son conceptos idénticos porque se refieren a lo mismo a lo general a lo colectivo que personifican al Estado como totalidad. Por otra parte se debe señalar que la política siempre es pública.
A la par grupo de politólogos en los que destacan White, Gaus, Dimock, Pffifner entre otros son los autores que incluyeron a la política y administración en el confuso concepto de política pública. Es decir en un proceso en el cual concurren los más variados organismos políticos gubernamentales y no gubernamentales
En otras palabras, agregan a la categoría administración pública, organizaciones políticas como los cuerpos legislativos, judiciales, los partidos políticos, grupos de presión, grupos de interés y líderes de opinión de la sociedad civil.
De tal suerte que la política pública no solo borra el antagonismo sociedad-estado, sino que excluye la distinción entre lo público y lo privado. En la política pública los intereses privados se transforman en públicos y los intereses públicos se convierten en privados.
De igual modo desaparece el divorcio entre Estado y Sociedad, desparece la intermediación y por tanto la administración pública como relación entre ambos. La política pública y la reorientación en el campo de la administración sin resolver el problema de la definición, sino que aperturan otro mayor, el de la Identidad.
Así pues, la política pública conjuga los intereses y los conflictos de clase en un proceso político, como mercado de economía neoliberal, permite a las organizaciones, no a las clases negociar o contender en un juego institucional en el que el interés privado ha sido sacrificado en aras del interés público.
Se comprenderá que sin fronteras perceptibles la sociedad y estado son uno mismo. La política pública convierte la lucha de clases en una contienda entre organismos formales: Partidos políticos, grupos de presión, grupos de interés, burocracias, legislaturas. Ejecutivos, y poderes judiciales, sin que unos u otros sean necesariamente diferenciados como públicos o privados
En definitiva la política pública desplaza y sustituye la administración pública, al reconciliar, cristalizar y conjugar los intereses privados en el interés público, Pero también desplaza y limita el concepto de política, reduciéndola a una mera recepción de los intereses de grupos e individuos. La política ha sido reducida y la administración sustituida.
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