“Siria en la ONU y ¿México…?”
Lic. francisco Javier Álvarez de la fuente
La 68ª Asamblea General de la ONU se abre el martes en Nueva York con la presencia de más de 130 líderes mundiales y la guerra civil en Siria como gran foco de atención, seguida en la agenda por la cuestión nuclear iraní y el espionaje internacional de Estados Unidos.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff será la encargada de pronunciar el primer discurso en el plenario, tal como lo marca la tradición, tras las palabras iniciales del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
El mandatario estadounidense Barack Obama, su homólogo iraní Hasan Rohani, el jefe de Estado francés Francois Hollande, el colombiano Juan Manuel Santos, la argentina Cristina Kirchner y el uruguayo José Mujica son otros de los oradores previstos en la sesión de apertura.
Siria es el tema que está en boca de todos en Nueva York, en momentos en que la comunidad internacional observa con impotencia el agravamiento del conflicto que ha dejado más de 100.000 muertos y dos millones de desplazados en 30 meses.
Estados Unidos y sus aliados comenzaron desde el domingo por la noche a desplegar intensas gestiones diplomáticas para avanzar en una solución a esta guerra civil en pleno corazón del volátil Medio Oriente.
Obama amenazó recientemente con una intervención militar en represalia por un ataque con armas químicas que atribuye al gobierno de Bashar al-Asad, aunque frenó esa opción tras un compromiso con Rusia, aliado y protector del régimen sirio, para que Damasco destruya su arsenal de ese material.
Si la jornada del martes contará con la presencia de Santos, Kirchner, Mujica, la costarricense Laura Chinchilla y el paraguayo Horacio Cartes, América Latina no tendrá en cambio en la tribuna al mexicano Enrique Peña Nieto, quien canceló su viaje debido al desastre climático que afecta al país.
Tenemos hoy un nuevo episodio de la guerra de los Estados Unidos contra los ricos países petroleros del medio oriente. Nada valdrán para los gringos, las voces del mundo clamando por enésima vez, respetar el principio de la libre autodeterminación de los pueblos.
Nuestro país, debiera ser parte sincera de la oposición porque ha sufrido incluso permanentemente la intervención norteamericana. La más dolorosa; la invasión armada de 1847, de la cual recordamos la Batalla de Chapultepec, como referente simbólico de la resistencia presentada por los mexicanos en Matamoros, Monterrey, La Angostura, en tierras coahuilenses; Padierna, Churubusco y Molinos del Rey.
Del acumulado de razones que justificaron la invasión, dieron cuenta los informes presidenciales de John Tyler, James K. Polk y Millard Fillmore, con ingredientes similares a los de ahora: sus maniobras para que Texas se anexara a los Estados Unidos, y fortalecer subrepticiamente el valor económico del esclavismo; justificando su auxilio militar a Texas, en los riesgos que para los EEUU representaba la guerra entre texanos y mexicanos. Agregaron el reclamo a daños sufridos por ciudadanos norteamericanos y su reparación mediante el pago de más de tres millones de dólares. La beligerante intención de México de recuperar Texas, actitud agudizada, cuando Herrera, partidario de soluciones pacíficas, fue derrocado por Paredes, abiertamente hostil al país del norte. Dijeron los presidentes que habían tolerado, insultos, agravios, descortesías diplomáticas, amenazas verbales, amagos militares, incumplimiento de compromisos; que habiendo agotado las vías del diálogo, sólo había restado aceptar la declaración de guerra hecha por México. Hoy le tocó a Siria. México ha evitado otra, porque ha encontrado camino de docilidad increíble, perfectamente camuflado en la apertura a la globalización, que hace innecesaria la invasión del territorio nacional.
Ojalá que el Presidente Peña, junto con el desastre climático que afecta al país, levantara la voz con energía y exigiera a los Estados Unidos de América, dejar de sentirse el policía del mundo y “de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga que tiene en el suyo”, y para ver que eso suceda algún día, …¡Aquí estamos!