Luis Lauro Carrillo.
Ismael Quintanilla Nuevo Procurador.
Finalmente Ismael Quintanilla Acosta ayer fue designado Procurador de Justicia del Estado de Tamaulipas (PGJET), por el Congreso del Estado quien ratificó por unanimidad el nombramiento propuesto por el Gobernador Egidio Torre Cantù. Ante el incremento del índice delictivo y la impunidad hace fincar nuevas expectativas en el desempeño y resultados del nuevo Funcionario.
¿Pero quién es Quintanilla Acosta? Es un abogado egresado de Universidad Autónoma de Tamaulipas, con maestría en derecho penal, ex juez de primera instancia penal y civil, Secretario Relator del STJE, juez instructor del Tribunal Electoral y sub procurador de justicia en el estado, entre otros cargos.
Cabe señalar que Quintanilla Acosta, recibe una procuraduría inmersa en la medianía y el burocratismo, que en vez de procurar justicia la desatendió y descuidó quedando a los ojos de la sociedad tamaulipeca atrapada en una hondonada de desprestigio.
De ahí que el nuevo procurador propone la refundación de la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas, con programas a corto y largo plazo, ante la situación crítica de inseguridad que se vive en la entidad.
Al efecto para refundar propuso primero implementar y operar el procedimiento penal acusatorio en la Procuraduría; establecer el sistema estatal de justicia alternativa penal; consolidar la estructura y capacidad de respuesta en laboratorios de genética y medicina forense; y la evaluación total del personal de la Procuraduría en materia de control y confianza.
Manifestó: «Sé muy bien que la procuración de justicia es, sin duda, uno de los ámbitos de la Administración Pública que mayores retos enfrenta en la actualidad, tanto por el grado de complejidad técnica que conlleva la actuación del Ministerio Público, como en razón de la etapa crítica que en materia de seguridad se vive en nuestro país».
Huelga decir que Quintanilla Acosta, desde el 14 de mayo asumió provisionalmente la titularidad PGJET, con motivo de la salida del cargo de Bolívar Hernández Garza, quien actuó no sólo con tibieza sino con ineficacia, por lo que agobiado por sus propias pifias y nulos resultados fue renunciado por motivos “personales”.
Como podrá verse la separación de Hernández Garza presuntamente fue consecuencia de las crecientes presiones de sectores de la sociedad civil ocasionadas por el avance de la inseguridad. La realidad es que Bolívar nadó de muertito y no actuó en la medida y rapidez en la solución de los problemas en materia de persecución del delito.
De tal suerte que en más de dos años de fracasos, ridículos y omisiones de la procuraduría tamaulipeca, a través de los cuales los ciudadanos pudieron constatar, un día sí y el otro también, que lo menos importante en la procuración de justicia en manos de Hernández Garza era precisamente procurar, gestionar, conseguir, lograr la justicia penal.
Ahora bien con la llegada del nuevo procurador de justicia, no obstante el escepticismo es esperanzador para la sociedad tamaulipeca que se encuentra necesitada de servidores públicos comprometidos de cara al presente y futuro sobre la seguridad ciudadana.
Por otro lado Quintanilla Acosta es de esos funcionarios que se desempeñan con discreción y eficacia, es decir de bajo perfil, además no se le conocen negativos en su trayectoria, tan es así que no se ha escuchado una sola voz de la sociedad civil tamaulipeca que cuestione u objete su designación como procurador.
En definitiva el gran reto de Ismael Quintanilla Acosta es hacer realidad la procuración de justicia penal, en el marco de su proyecto de refundación de la misma, con pleno respeto a los derechos humanos y por lo tanto es importante empezar a dar resultados que muestren la notable diferencia con su antecesor
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