“Adiós Benedicto…”
Lic. Francisco Javier Álvarez de la Fuente
[email protected]
El día lunes el mundo y sobre todo los Cristiano Católicos, nos sorprendimos con la noticia que dio vuelta al mundo: El Papa Benedicto XVI, Renuncia, a partir del día 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas.
Ésta noticia la externó ante el Consistorio en donde dijo:
«Queridísimos hermanos, os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.
Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.
Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.
Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.
Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.
Benedicto se acogió a lo establecido en el Código de Derecho Canónico que señala en el canon 401 § 2. Se ruega encarecidamente al Obispo diocesano que presente la renuncia de su oficio si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo.
Y en el caso que nos ocupa acordémonos que el Obispo de Roma, es quien asume la Sede de San Pedro, por tanto es primero obispo diocesano y precisamente en ese carácter Benedicto XVI manifestó “…en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado…”.
Solo nos queda aceptar ésta insólita despedida de quien por casi ocho años dirigió “la barca de Pedro”, y lo hizo con verdadera entrega que logró ganarse los corazones de todos los cristianos católicos, y otros muchos que sin serlo, también llegaron a quererlo y a apreciarlo, no solo como representante de la Iglesia Cristiano Católica en el mundo sino como persona sensible, como lo demostró en su visita a nuestro país, al contacto con la gente.
Y ahora solo nos queda orar para que Dios Nuestro Señor lo siga confortando en ese retiro que ha decidido dedicado a la oración y también por los Cardenales que tendrán bajo su responsabilidad y con la ayuda del Espíritu Santo elegir el nuevo Sumo Pontífice. Y para ello… ¡Aquí estamos!