Luis Lauro Carrillo.
LA SEGUNDA OPORTUNIDAD DE OBAMA.
A fin de cuentas el electorado de Estados Unidos prefirió darle una segunda oportunidad al presidente Barack Obama extendiéndole el mandato por cuatro años más, con un Congreso dividido, el Senado para los demócratas, la Cámara de Representantes para los republicanos.
De ahí surge la pregunta obligada ¿Por qué ganó Obama en el voto popular y en los Colegios Electorales?
Ganó porque la tormenta Sandy que sacó a Romney fuera de los medios durante cinco dias antes de las votaciones. Gano por abundante la participación de los hispanos, afroamericanos y los jóvenes por miedo a la alternativa republicana y por que las cadenas de televisión elevaron las expectativas de Obama.
Cabe decir que la victoria presidencial de Obama registró datos preocupantes que según especialistas confirman la estimación de que ganó la presidencia pero no recibió un mandato claro.
Así pues, el presidente estadounidense reelecto tiene por delante grandes retos: reconducir la economía para recuperar el crecimiento, reducir el desempleo y el déficit fiscal.
En ese tenor la cuestión migratoria y el crecimiento económico del país de las barras y de las estrellas, son dos mega temas en la agenda bilateral con EEUU de enorme impacto para nuestro país. De la recuperación económica en EU dependen muchas perspectivas en México, entre otras, el aumento en las exportaciones y el empleo de muchos trabajadores migrantes.
Tengamos presente que partiendo del hecho de que si los primeros cuatro años de Barack Obama fueron de ensayo, ahora deberá demostrar de que esta hecho el presidente.
Ahora bien en el marco de la crisis social, económica y política de EEUU Obama tendrá que definir la conducción a una transición ordenada del viejo imperio a una nación sin intereses geopolíticos y hegemónicos.
Por tanto tendrá que optar entre la consolidación del sistema imperial con la restauración del capitalismo salvaje depredador y codicioso o transitar a objetivos sociales a un Estado de bienestar definido, impulsado y garantizado sin los intereses geopolíticos ni hegemónicos.
De tal suerte ese posible Estado de bienestar va a implicar un cambio estructural en el sistema capitalista y en el pensamiento norteamericano; por lo pronto, el alejamiento de los Estados Unidos de su papel imperial
En definitiva el presidente Barack Obama será tendrá que redefinir el rumbo del imperio, por estar agotado y acotado por la crisis económica y social, por las políticas de shock, que no convencerán al estadounidense de que el viejo modelo imperial ya se terminó decisivo para el mantenimiento american way of life.
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