Cd. Victoria, Tamaulipas.- A lo largo de 65 años de ejercicio profesional, Alfonso Buenfild de la Peña hizo del periodismo una aventura que, afirma, terminó hace 15 días cuando se “jubiló” (dejó de escribir) en Reynosa en un medio impreso.
A los 82 de edad, dice, dio punto final al periodismo y se vino a radicar definitivamente a ciudad Victoria, pero ¿olvidará tan fácilmente el olor de la tinta? Seguramente que no.
Incursionó en prensa escrita, televisión y radio, crió dos familias con 16 hijos (son 18 porque dos más dejó en un matrimonio en Tampico) y le dio la vuelta al continente americano, desde Nueva York y Washington, pasando por México y hasta Argentina.
Cursó el camino de los grandes reporteros al entrevistar a Dwight Eisenhower, John F. Kennedy y Richard M. Nixon (en dos ocasiones), como presidentes de los Estados Unidos, y a Golda Meir, la ministra israelí.
-¿Qué se necesita para entrevistar al Presidente de los Estados Unidos?
-Llegó el Servicio Secreto y me pidió todo mi archivo, acta de nacimiento, lugares en que había estado, y un examen. Tengo un historial en la Casa Blanca.
Me estudiaron y me “checaron”. Tardaron dos o tres días y a final me dieron un pequeño alfiler con una clave y era el que me podía acercar al Presidente. Hay otros que no se podían acercar.
-¿Es un privilegio?
-Sí, claro. Te escudriñan desde donde naciste, antecedentes penales, cual es tu periodismo, y hasta que no se convencen te dan una contraseña para poderte acercar. Y los que andan con él sabían que yo me podía acercar.
Como enviado especial viajó y escribió desde Inglaterra, Francia, Japón y otros países lejanos al nuestro.
En México estuvo con presidentes como Miguel Alemán, Ruiz Cortines, López Mateos, Díaz Ordaz y Luís Echeverría.
De ellos, su gran amigo fue López Mateos, quien lo hizo funcionario en el Distrito Federal en los tiempos del regente Ernesto P. Uruchurtu.
En ciudad Victoria ha trabajado en: El Mercurio, Gráfico negro, Gráfico café, El Diario, ORT cuando Enrique Cárdenas González era gobernador del estado, y fundó su revista “Imagen”. Además arrancó lo que ahora es el canal Diez por Cable junto con sus noticiarios.
Igual, en otras partes del país dirigió el periódico El Norte de Chihuahua y Noticias de Tijuana, amén de diarios y revistas en el lado americano.
Sus principales logros fueron al ingresar como fotógrafo y reportero de la Associated Press (agencia AP), una organización que se mueve en al menos 121 países y tiene 250 oficinas en el mundo.
Por entonces vivía en San Ysidro y las oficinas estaban en San Francisco, California.
Ah! también incursionó en la política: Fue síndico en el ayuntamiento victorense en los tiempos del alcalde Gustavo Cárdenas Gutiérrez, y candidato a alcalde de Reynosa por el PSUM.
Además jefe de prensa en varias dependencias de gobierno como la delegación de la SEP y la Universidad Autónoma de Tamaulipas (nombramiento firmado por el Rector Jesús Lavín Flores con fecha 4 de febrero de 1973).
Sobra decir que domina el idioma inglés.
Hoy, Alfonso Buenfild, originario de Tampico, carga varios costales de recuerdos, fotografías, negativos y archivos de periódicos y afirma que se vino a descansar a la capital de Tamaulipas.
-Solo me falta un papel para entrar al asilo Villas Vida Plena (del DIF).
CASO CON LA HIJA DEL DIRECTOR
Desde la sala de su casa, saca y saca más fotografías, recortes periodísticos, se emociona cuando ve una de aquí, otra de allá.
Una carta es la que más le produce satisfacción en esa larga carrera periodística. Está femada el 13 de marzo de 1972, firmada por el puño y letra del presidente Nixon en “The White House”, en que le agradece los contenidos de la entrevista que le realizó por aquellos días.
Hijo único, de padre yucateco, Alfonso nació en 1930. Se crió y estudió en el puerto jaibo; la primaria en el Colegio Alborada y la secundaria en el Justo Sierra, “que estaba por el edificio La Luz”.
Conocedor de los géneros de redacción, Buenfild se va “acomodando” sobre la marcha de la entrevista.
-¿Cuántos años en el periodismo?
-El 29 de junio de este año cumplí 65 años de ejercer. Me inicié el 29 de junio de 1947 en El Mundo de Tampico, cuando vivía Don Vicente Villasana (más tarde asesinado a balazos en ciudad Victoria).
-¿Cómo se involucró en el medio?
-El director era Don Federico de la Colina, que era mi suegro. Yo me casé con María Eugenia de la Colina, su hija, que es la tía de Lolita de la Colina, la cantante.
De su primer día de trabajo recuerda un detalle “curioso”.
-En aquel tiempo había unos aparatos a donde llegaba la noticia muy breve: Asesinato, colonia, tres muertos, y uno debía hacer la redacción: Hubo un asesinato en tal parte… Y ese fue mi primer día.
Del teletipo saqué la nota y la “hice” de nuevo, se la llevé al director y la agarró, la vio, la puso en el escritorio y me dijo
-¿Usted hizo esto, joven Buenfild?.
-Sí señor director, la hice.
De inmediato le habló a Clemente Medina Narváez, quien era el mejor reportero y le dijo frente a Alfonso.
-Señor Medina, dígale al joven Buenfild cómo se hace una nota.
De la Colina agarró el material y lo tiró a la basura.
– Esa fue mi primer nota periodística. No sabía nada de periodismo… Bueno, todavía sigo aprendiendo de muchas personas.
No duró mucho en Tampico. En 1949 se fue a radicar a Estados Unidos, a la aventura, a buscar trabajo como reportero…. O lo que sea.
Estuvo en San Francisco, Chicago, Nueva York, Washington, San Ysidro y hasta vivió en Cuba, donde nació una de sus hijas. Trabajó en diferentes publicaciones.
-¿Siempre en medios de prensa?
-Sí. En ocasiones, cuando faltaba el trabajo en la prensa, me metía en lo que fuera. Estuve vendiendo libros en Los Angeles y en Nueva York.
Recuerda a primera incursión en la Urbe de Hierro.
-Llegamos a la central de autobuses y nunca me imaginé que habíamos entrado al tercer piso para abajo. Tuvimos que subir en un elevador para estar en el primer nivel.
ONCE HIJOS QUE NACIERON EN DIFERENES ESTADOS
En esa aventura involucró a su familia de tal forma que, del segundo matrimonio de once hijos, todos nacieron en una entidad diferente y hasta en Cuba.
El mayor, Mario Alberto Buenfild Baños nació en Paraíso, Tabasco; Early Beau en San Luís Potosí; Maria de la Luz en una hacienda henequenera de Halachó, Yucatán.
Víctor Miguel vino al mundo en el estado de Hidalgo; Oliver en el Estado de México, María Guadalupe de la Caridad, en Jalisco, Javier del Martín en el Distrito Federal.
-Me gustaba mucho viajar, conocer nuevas tierras. Siempre buscaba trabajo donde no había conocido, pero nunca, nunca abandoné a mi mujer y a mis hijos. Son mi adoración.
Agrega:
-Prueba de que nunca los abandoné es que tengo once hijos nacidos en once lugares distintos. Me iba, conseguía un trabajo y allá me llevaba a mi mujer y mis hijos y todo.
Más:
-Tengo -no tuve-, una mujer que jamás, jamás me la merezco; hermosa, que me ayudó en todo. Le decía, vamos a tal parte, y nos íbamos.
-¿Espíritu aventurero?
-Siempre, de joven. Ya de viejo me da flojera ir a Reynosa o Monterrey.
Otra pregunta obligada:
-¿Por qué ciudad Victoria después de tantos años de aventura?
-Venía cada año a ver a mi mamá, a Victoria o a Tampico. Siempre ahorraba dinero y decía, ya voy a poner un negocio para quedarme, pero me lo acababa y tenía que regresar.
Corría el año de 1973 cuando los hijos ya no quisieron más:
-En una ocasión, cuando Manuel A. Ravizé era el Gobernador, llegué con mis hijos. Se nos acabó el dinero y le dije a Mario y a Early: Vamonos otra vez a San Ysidro, y me dijeron.
-Papá, que le vaya a usted bien, nosotros nos quedamos aquí. Ya estamos cansados de andar para arriba y para abajo y de una escuela a otra.
Eso fue lo que lo incitó a quedarse en la capital de Tamaulipas por varios años, aunque luego se iría a Reynosa donde nacieron sus otros cinco hijos, para sumar un total de 18.
No obstante que ya vivía en Victoria, siguió yendo cada mes a San Ysidro para cobrar una pensión como desempleado que le daba el Gobierno de los Estados Unidos, y se echó otra aventura acompañado del reportero local Francisco “El Cabo” Valdez Hernández.
-Nos fuimos en un auto que nos prestó el delegado de Comercio, Tito Reséndez Treviño. Le dije: Préstamos un VW y te lo regreso mañana porque voy por ahí… Y nos fuimos hasta San Ysidro… Pancho fue una gran amigo, un gran hombre.
Por espacio de 18 meses regresó a California a cobrar el recurso.
GIRA DE OCHO MESOS POR AMERICA
De la vida de Buenfild se puede escribir una historia de varios tomos.
-Quiero escribir un libro, tengo todos los datos, los negativos, las fotografías –dice.
Ahí sería incluida otra gran aventura en que participó: Una gira de ocho meses por el continente americano, partiendo desde San Francisco, hasta Argentina.
Junto con otros elementos de la AP, fueron enviados a levantar el sentir del sector privado por todos los países del continente, respecto a un impuesto del diez por ciento decretado por el Presidente Nixon para los productos que ingresaran de América.
-Reportábamos todos los días lo que pasaba. Eran las consecuencias de ese impuesto en las mercancías. Regresamos en avión desde Buenos Aires hasta Panamá en dos horas y de ahí a San Franciscos y dos y cuarto. Un viaje de ocho meses por tierra lo retornamos en cuatro horas en avión.
-¿Y la familia?
-Esa se había quedado en San Ysidro.
Reitera Buenfild de la Peña.
-Viví legalmente 18 años en los Estados Unidos.
-¿Y otros ilegal?
-No. Solo otro recuerdo: En una ocasión, cuando tenía 13 años entré de ilegal. Mi mamá me regañó y me fui a la calle cuando había solo una brecha (desde ciudad Victoria) a Matamoros, me quería ir a los Estados Unidos. A los tres días de estar cosechando algodón le escribí y le dije: Mándame dinero para regresar, y me vine.
De la Peña baraja las fotos, los recortes de periódico y sus recuerdos le vienen.
-Este lo guardo porque hay varios compañeros que ya murieron –dice.
Es una página de El Diario de Ciudad Victoria en que un grupo de comunicadores tomaron protesta como directivos de la Asociación de Periodistas.
Ahí están María Elena Lerma, Eustolio Hernández, Mario Sánchez, Francisco Valdez, Oscar Bernal, Andrés Espinosa, Blas Abundis y Ramiro Vargas, entre otros.
Ve una imagen y señala:
-Aquí está Golda Meir con Richard Nixon. Es una fotografía que tomé en la Casa Blanca, y tengo los negativos.
Y otras y otras:
-Acá estoy con López Mateos en Palacio Nacional, sin guardias.
Las tiene de ciudad Victoria donde fue síndico, y de su candidatura a alcalde de Reynosa por el Partido Socialista Unificado de México, “como externo, sin ser militante”.
Cuando el alcalde Gustavo Cárdenas viajaba fuera del municipio, Buenfild se quedaba en funciones.
Hoy está retirado, cree que no volverá a al medio periodístico. Las últimas noticias y reportajes las escribió hace una quincena en Reynosa.
Pero sí quiere plasmar en la tinta sus aventuras y sus memorias, y cree que podrá meterle tecla desde la soledad del asilo de ancianos, allá por el Libramiento Naciones Unidas.
Para cuando este artículo vea la luz pública, de seguro ya estará ahí junto con su costal de recuerdos, recortes y negativos, esos que lo han acompañado toda una vida por el país entero.
Se le pueden olvidar muchas cosas, menos los documentos de sus experiencias.
MUCHAS GRACIAS POR SU COMENTARIO Y POR LAS PALABRAS HACIA MI PADRE, SE LE APRECIA MUCHO.
Sin duda alguna, una vida tan azarosa como ejemplar la del Sr. Buenfild. Casualmente dí con este artículo al poner el nombre del Sr. Clemente Medina Narváez, que fue uno de mis maestros en mis inicios en el periodismo, en Tampico. De quien por cierto recuerdo una anécdota curiosa: un día me dijo: «mi querido Beto, aquí hasta los perros saben que uno es periodista»…Yo era demasiado joven y él, Q. E. P. D., ya era un consumado periodista, bien dice el sr. Buenfild, el mejor reportero yo agrego que de todo el Estado de Tamaulipas, un decano.Vienen a mi recuerdo periodistas que conocí cuando yo empezaba y ellos ya eran muy experimentados: Frago Sandoval, Vidal Covián Martínez, H. Macías R., -así se firmaba él solamente-, Gildo R. Garza, Francisco García González -le decían «Pancho Papeles», y ya posteriormente, Arturo Rodríguez, Gerardo Elizaliturri, Fernando Heftye Flores, Víctor Manuel Calzado, ellos únicamente en lo que se refiere a Cd. Victoria,
además de otros muchos de otras ciudades tamaulipecas.