Cd. Victoria, Tamaulipas.- Cansada por los años y con un pasado rico en sucesos y anécdotas que, aún a pesar de su edad octogenaria recuerda vivamente, acudimos al encuentro de la dulce Esperancita Méndez Vda. De García, quien en sus marchitas sienes guarda todavía rescoldos de una belleza de lejana mocedad.
Doña Esperancita, quien vive en su domicilio de la calle Madero No. 409 de esta capital e hija de Juan Felipe Méndez, sobrino carnal del glorioso insurgente tamaulipeco Gral. Pedro J. Méndez nos asegura vivamente, al iniciar nuestra entrevista que: “A mi tío Pedro no lo mataron las balas francesas sino fue un soldado de su mismo batallón quien lo asesinó a traición y
pagado por los galos, que día a día se convencían más de que contra él no podían”.
Ante tan extraña declaración y que va en contra de las investigaciones que han hecho los historiadores, requerimos de la sobrina-nieta del Chinaco Tamaulipeco alguna información más en que basa su dicho:
“Esto se lo digo porque mi tía -se refiere a Doña María de Jesús Moncayo, esposa del general Méndez- me lo dijo en muchas ocasiones, que a mi tío lo asesinó en la Batalla de Tantoyuquita uno de sus mismos soldados, disparándole por la espalda, para que se creyera que una bala perdida lo había alcanzado”.
Al comentar lo anterior, en el rostro de Doña Esperanza se advierte un rictus de emoción… Una añoranza… ¡Una seguridad en sus palabras!.
A pesar de nuestra insistencia en indicarle que la historia consagra la forma heróica en que el General Pedro J. Méndez pasó a formar parte de la pléyade de insignes varones que murieron defendiendo a su patria, Doña Esperanza continúa diciendo:
“El nombre del soldado que asesinó a mi tío Pedro no lo puedo decir, porque es un secreto de familia, pero sí le aseguro que fue asesinado por un hombre al cual le pagaron los franceses”.
Vivamene emocionada, mostrando en su rostro las bien marcadas líneas de una ancianidad a que ha llegado, nuestra interlocutora señala nuevamente:
“Yo no se nada de historia, ni de investigaciones, solo le puedo decir que cuando al lado de mi tía Chuy, allá en San Luis Potosí en la calle Primera de Arista No. 6, ella contínuamente nos decía que a su esposo lo habían asesinado a traición –vuelve a repetir—; mi tío cayó de espaldas cuando dirigía la batalla de Tantoyuquita, pero fue un balazo a traición lo que lo mató”, reafirma doña Esperanza.
PREDILECTA DE DON MANUEL GONZALEZ
La hija de Juan Felipe Méndez, que fue administrador de las haciendas del Presidente de la República, Don Manuel González, cambiando de tema nos platica su eterno peregrinar por las ricas fincas de Dolores, El Chorrito, El Cojo, Manuel González y otras más que en compañía de su padre recorría por el placer de estar con él.
Fue precisamente en esos viajes, contínuos, sin provecho para aquella entonces pequeña Esperanza, por lo que su tía Doña María de Jesús Moncayo le pidió que se fuera a vivir con ella a San Luis Potosí.
La jovencita y bella Esperancita se sintió atraída por la simpatía de su tía y vivió a su lado muchos años, de los cuales recuerda vivtamente hechos que podrían cambiar la historia del más preclaro héroe tamaulipeco.
Nos contó también cuando su padre la llevaba a visitar a Don Manuel González y este la consentía permitiéndole sentarse en sus rodillas.
La descendiente de la familia Méndez siguió manifestando que cuando ella vivía en lo que ahora es el edificio donde están instaladas las Comisiones de Seguridad allá por los años de… Pero dejemos mejor a Doña Esperanza que nos lo relate con su singular plática.
“Era el 17 de julio de 1917, recuerdo muy bien esa fecha, cuando el General Eugenio López se levantó en armas en Matamoros y, después de haber librado varias batallas en el camino, llegó a ciudad Victoria y cateó y destruyó los muebles de nuestra casa, en represalia porque días antes le habíamos dado posada al general César López de Lara”.
Precisamente, en esta ocasión, nos indicó nuestra entrevistada, “fue cuando perdí algunos recuerdos que conservaba de mi tío Pedro. Hoy solo tengo este chifonier (un mueble) que heredé de mi madre”.
La venerable anciana también nos dijo que, cuando murió su madre, Doña Esperanza Hernández, agobiada por la pena y el sentirse sola en el mundo, pues aun no se había casado, intentó suicidarse pero la oportuna intervención de unas amistades de la familia evitó llevar a cabo la fatal determinación.
PENSION DE 250 PESOS
También nos indicó que vive en la pobreza debido a que no recibe ayuda de nadie, aunque el Gobernador del Estado le da una pensión de 250 pesos, que “con eso me da para medio vivir”, señaló finalmente.
De igual forma nos platica de cuando hace tres años le cortaron el servicio de agua potable, porque no tenía con qué pagarlo y tuvo que soportar dos años sin el vital líquido hasta que hace aproximadamente uno se lo reconectaron.
Recuerda vivamente y agradece a la vez, el hecho de que el actual Gobernador del Estado, Don Manuel A. Ravizé, recientemente le ha condonado una fuerte suma que se había estado acumulando por concepto de impuestos prediales y recargos, que en caso contrario hubiera perdido la casa donde habita y una de las pocas posesiones que le quedan a la anciana.
Su rostro se ve alegre y muestra emoción al decirnos: “Otra de las personas que contínuamente me están ayudando es Fernando –se refiere al señor Fernando Heftye Flores, jefe del Departamento de Relaciones Públicas del Gobierno del Estado—quien en varias ocasiones y por intermedio de él, he logrado ayuda para mis males”
Doña Esperanza Méndez Vda. De García vive en la completa soledad y debido a su poca visibilidad ya ha tenido varios accidentes.
Nos cuenta que uno de ellos, al caer en el patio de su casa se quebró una pierna y estuvo varios meses en completa postración.
También nos dice que padece de los riñones y varios males propios de su ancianidad.
Finalmente nos platica que en el año de 1926 se casó con Abel García, familiar cercano a Doña Carmelita García de Portes Gil. Conoció a su esposo en Estación Cruz, donde laboraba como cortador y –manifiesta- “mi felicidad duró poco pues Abel falleció al año cuatro meses de habernos casado”.
De esa unión, nació Abel, quien actualmente labora como empleado del gobierno del estado. Está casado y tiene siete hijos.
Doña Esperancita también nos dice que hace varios meses escribió al Secretario de la Defensa Nacional con el objeto de solicitar alguna ayuda, pero hasta el momento no le han contestado.
La sobrina-nieta del insigne General Don Pedro J. Méndez, la niña consentida de un Presidente de la República, Don Manuel González, la ahijada de matrimonio del ex Gobernador y ex Presidente de México, Don Emilio Portes Gil, -nos contó que este fue testigo de su boda- la persona que distinguidos personajes de la política nacional han distinguido, como el Dr. Emilio Martínez Manautou y el Dr. Norberto Treviño Zapata, quienes en varias ocasiones la han ayudado… Espera serena y resignada la muerte… Olvidada de todos se apresta a continuar sufriendo hasta que la cita fatal que a todos nos aguarda, se cumpla en un designio más del destino.
He aquí la historia de una mujer que no merece estar relegada al olvido como la tienen las autoridades que podrían hacerle feliz los últimos momentos de su vida (Con entrevista realizada por el periodista Alfonso Buenfild de la Peña, publicada en El Gráfico Negro en ciudad Victoria en marzo de 1973).