Cd. Victoria, Tamaulipas.- Se habla de revivir el proyecto de operación política creado por el doctor Rodolfo Torre Cantú en una cartera aparentemente insignificante para esos menesteres: La Secretaría de Salud.
Para ello “Don Teofilito” Treviño García tendría que dejar la jefatura, o bien permitir que la chamba la hagan otros y él solo se dedique a cobrar y… Firmar documentos.
En los corrillos del viejo edificio de cantera de la calle 17, una vez más se rumora que está por llegar el galeno sanfernandense Gabriel de la Garza Garza con una comisión específica: Hacer la talacha político partidista.
Si no aterriza de secretario en lugar del chilango, se le ubica en una subsecretaría o coordinación general donde tendría ”manga ancha” para el manejo político.
Ahí hay muchos jefes, tantos como cinco subsecretarios insensibles ante realidad social que vive Tamaulipas, sin iniciativa para ganar adeptos para la administración estatal, el jefe político y el partido que representan.
Una fuente del mismo palacio no los baja de inútiles ( Américo Villarreal, Tofic Salum, Fernando Garza, Nazario Assad y Ernesto Calanda) y se les achacan responsabilidades en la derrota tricolor del pasado uno de julio.
No se habla que el derrotado candidato a diputado por Río Bravo llegaría por ser un trinchón en esos menesteres, sino con la comisión específica de enlazar al partido con las acciones de la dependencia, como debe ser.
Así lo hizo el secretario Torre Cantú y le dio los mejores resultados, de tal forma que creó su propia estructura que, al final, le permitió ser el candidato a la gubernatura.
Sería la chambita del enviado desde la esquina del poder, y dejar que Treviño se dedique a sus programas de zumba y paseos en bicicleta como el último alarido de la moda para conservar la salud de los coterráneos.
Según el dato, alrededor de dos millones de tamaulipecos reciben servicios médicos a través de la Secretaría de Salud, y es ahí donde está un rico “filón” de promoción política que en año y medio no pudieron aprovechar ni el secretario ni los abundantes subsecretarios.
Uno de los instrumentos serían los “comités de salud”, o sea los órganos colegiados donde intervienen representantes de cada comunidad, y que se pueden crear cuantos sean necesarios para promover el sufragio.
Tan solo en Victoria funcionan 150 de ellos y pueden ser el doble si llega a la jurisdicción un elemento que realmente quiera chambear políticamente.
Después de la rama educativa, es el sector salud oficial el que tiene más burocracia, más de 20 mil cráneos que al parecer tampoco fueron motivados lo suficiente como para serle útil al partido que les dio el trabajo.
Se refiere que después de las empresas cocacolera y cervecera, además de los profes, es Salud la instancia que se mete por todos los rincones de la patria chica.
En Tamaulipas operan 12 jurisdicciones sanitarias, donde hay más de 400 unidades médicas y 300 centros de salud, así como 46 unidades móviles y una veintena de hospitales.
Desde que llegó Don Teofilito la instancia dejó de tener la promoción político social de otros tiempos a través de tres mil médicos, cuatro mil enfermeras y cinco mil paramédicos que día a día tienen contacto con los votos duros del respetable.
Hay alrededor de cien programas de la dependencia que tienen que ver con cada uno de los tamaulipecos, menores o con credencial de elector, y fue eso lo que se desaprovechó en el último año y medio.
Hacia el interior se menciona que hay jefes jurisdiccionales que no pelan un chango a nalgadas. Pero si sus jefes son inteligentes los mantendrán en la nómina -que es lo que buscan- y dejarán que el trabajo lo hagan otros.
Ya veremos en que queda esta serie de rumores que se dan. Recuérdese que a finales del 2011 cundía lo mismo por ese tétrico edificio del 17 Guerrero y Bravo y “no sucedió nada”.
El “filón” de proselitismo ahí está, virgen, como son 300 mil almas que en Reynosa reciben atención de la Secretaría, o los 200 mil de Tampico y 240 mil de Matamoros.
Alguien dijo que la estructura ahí está, pero faltan genios que la pongan a operar y algo de “aceitito” para que funcione la maquinaria. Hay grupos municipales y ejidales pero solo en el membrete.
Después de todo no hace mucho tiempo que la secretaría estuvo funcionando bien y no son pocos los funcionarios que siguen ahí. Saben muy bien de la actuación del médico Torre.
Y el que llegue deberá romper las cuatro paredes para ir a fomentar las relaciones al campo de los hechos. En otras palabras, no irse a dormir a las oficinas.
En otro tema, mire que ya se van –ya se fueron- los diputados federales que representaron a Tamaulipas en el ciclo 2009-2012 y jamás les conocimos algo positivo.
Nunca los vimos haciendo algo por el populacho y en cambio tres años después que pidieron de favor el sufragio, regresan a su tierra con la talegas llenas de lana.
Luego entonces, de nada sirvió que Ricardo “El Negro” Gamundi se partiera el alma por hacerlos ganar, a los de mayoría, y recibiera las críticas por su famosa tonadita del “Ocho de Ocho”.
Su servidor, el que escribe, nunca vio por el camino del servicio a sus semejantes por ejemplo a la neoalredense Cristabell Zamora Cabrera, o a Felícitas García Dávila, de Reynosa, y menos a Javier Gil Ortiz, representante de Madero.
Pasaron lluvias, inundaciones, fríos y sufrimientos mil del populacho, y los diputadito(a)s nunca concurrieron a acarrear una despensa o un cobertor a los desposeídos.
La Ley dice que, además de legislar, deben ver por su pueblo, pero no se les vio. Menos se pararon para saber de una familia en desgracia los llamados plurinominales, o sea Felipe Solís Acero, Mercedes del Carmen Guillén, Carlos Flores Rico o Leticia Salazar Vázquez (esta panista).
Luego abundaremos del tema porque ahora vamos a decir que quien sí se preocupa por los menesterosos es la presidenta del DIF Victoria, Adriana Sáenz de González, que tiene en marcha 30 programas de asistencia social con un padrón de 40 mi familias vulnerables.
Destaca el programa de Desayunos Escolares a través del cual se beneficia diariamente con frutas y verduras a un total de 23 mil 400 niños.
Nos retiramos.
