Cd. Victoria, Tamaulipas.- Lo malo, siempre lo malo ¿por qué no las actitudes positivas de los hombres? Algo incomprensible de la condición humana.
Alguien decía que ignoraba de dónde venía, quiénes eran sus parientes más cercanos, qué había hecho de malo en su vida y si había dejado hijos regados por doquier.
“Si quieres realmente saber quién eres, métete de político”, le recomendaron, y pronto supo la verdad.
En nuestro pueblo, el aspirar o llegar a un puesto público es motivo suficiente para que le publiquen la historia de su vida, la historia negra, real o novelada.
Así por ejemplo, hasta hace poco no sabíamos que Enrique Peña Nieto, el ahora presidente electo, había dejado por ahí descendencia fuera de matrimonio.
Pues bien, hoy que el joven Ramiro Ramos Salinas aspira a la dirigencia estatal del PRI, el “fuego amigo” comenzó el desfile de su vida año por año, mes por mes, hora por hora allá en su nativa Nuevo Laredo.
Son los recuentos de su vida porril donde salen a relucir hechos delictivos y pérdida de vidas humanas.
Muy mal ¿acaso los hombres no pueden cambiar de actitudes en su vida, redefinir sus valores y fijarse nuevas metas?.
De llegar a la presidencia estatal este sábado, será el dirigente formal número 47 del tricolor en Tamaulipas desde su fundación en 1929.
En esos largos años han llegado dirigentes muy cuestionados, muchos ignorantes y otros auténticos delincuentes, aunque en su mayoría anteponiendo a sus nombres las iniciales “Lic.”.
Bueno, fuera de dos que apenas terminaron una licenciatura pero se dicen “Dr.” como Gabriel Legorreta Villarreal y Felipe Garza Narváez.
El presidente número 15 del CDE fue un químico llamado Manuel Guerra Hinojosa, ancestro del ahora fallecido ex Gobernador Américo Villarreal Guerra.
Un breve historial nos dice que varios profesores se han encasquetado el membrete del Revolucionario Institucional: José Martínez y Martínez, Juan Rincón, Dolores Ponce, Manuel Reyes Porras y Olivia Ramírez Pérez.
Los que no alcanzaron a comprar título también son varios, pero que a lo mejor hicieron mejor papel que los “letrados”: Gerardo Ballí González, José Cruz Contreras, Simón Torres de la Garza, Pablo Lavín, Loreto Garza, Felipe Marín, Melitón Rodríguez, Carlos A. Montemayor, José R. Puente y el primer presidente, Fernando Gómez González.
Y bueno, también un coronel, el único militar que ha ocupado la silla estatal del partido, Manuel M. de la Garza.
En la lista de los 47 se cuentan ex presidiarios y otros a los que la Ley sigue persiguiendo por bandidos, todos anteponiendo a sus nombres la abreviatura “Lic.”.
Ninguno de los 47 han sido auténticos dirigentes, o sea que arrastren masas, que hayan surgido espontáneamente de las bases o que se identifiquen por su liderazgo en alguna organización.
Además de pillos, hay fuereños y traidores.
De todo han tenido los tricolores tamaulipecos en la historia de su partido, aunque es cierto que nunca habían perdido tantas posiciones como el pasado uno de julio.
Si usted, querido lector, los conoce, vaya identificando quienes son los bandidos, los ex presidiarios (uno fue encarcelado en Acapulco) y a quienes la Ley persigue.
Le damos una lista de los más recientes, en “reversa”:
Lucino Cervantes Durán, Ricardo Gamundi Rosas, Luis Enrique Rodríguez, Felipe Garza Narváez, Homar Zamorano Ayala, Homero Díaz Rodríguez, Enrique Cárdenas del Avellano, Simón Villar, Jesús Vega Sánchez, Rafael González Benavides.
Homar Zamorano Ayala, Tomás Yarrington, Eliseo Castillo, Oscar Luebbert Gutiérrez, Antonio Martínez Torres, Ernesto Guajardo Maldonado, Jorge Aguilera Noriega, Abraham Rubio Canales, Emilio Villarreal Guerra, Joaquín Contreras Cantú, Jaime Báez Rodríguez, Bruno del Río Cruz.
Hay que mencionar que según el Gobernador en turno son los presidentes del partido, y Emilio Martínez Manautou registró hasta cinco dirigentes: Bruno del Río, Jaime Báez, Joaquín Contreras, Emilio Villarreal y Abraham Rubio.
Otros cinco tuvo Manuel Cavazos Lerma: Oscar Luebbert, Eliseo Castillo, Tomás Yarrington, Zamorano y González Benavides.
En ocasiones la dirigencia se entrega a elementos de “transición” entre un gobernador saliente y el candidato que llega.
Ahora bien, si usted queridísimo lector, encontró en esa lista a un auténtico líder, honesto, probo, tiene derecho a decirlo.
Para el que viene, Ramiro Ramos, se nos hace que hay que darle el beneficio de la duda y no solo resaltar su maldad. Tiene todo el derecho a que así sea, independientemente de si se crió también en medio del porrismo cetemista de los años dorados de Don Fidel Velásquez Sánchez y su hijo político Pedro Pérez Ibarra.
El dato nos dice que nació el ocho de septiembre de 1969, que es católico, que nació en una colonia jodida pero luego se cambió a la Longoria, que tiene dos hijas, María y Mariana, de diez y cinco años.
Dice tener una maestría y haber hecho cursos en la Texas A y M International University, y en el Tecnológico de Monterrey.
Su currículum menciona que también fue maestro en Comercio Nuevo Laredo y Catedrático del Politécnico Nacional.
Es dueño y socio de las empresas Número Uno Com y Sistemas de Outsourcing del Noreste.
Por otra parte, el Gobernador Egidio Torre Cantú se hallaba en la ciudad de México donde tomó la protesta –Club de Industriales- al consejo directivo de la Asociación Nacional de Productores de Biocombustibles, ANAPROBI, que preside César Pereda.
En su mensaje, el Gobernador destacó el potencial estratégico que tiene Tamaulipas en el desarrollo de esa industria, generando energía renovable a partir de los cultivos de sorgo y caña de azúcar.
A través de la empresa Biomex Sapi, instalada en Valle Hermoso, se va a generar valor agregado a casi 400 mil toneladas de sorgo.
Anunció que se impulsará el desarrollo de 15 mil hectáreas de caña, para promover el proyecto de una planta de etanol mixta en la región sur que procesará caña y sorgo grano durante los periodos respectivos de cosecha.