Cd. Victoria, Tamaulipas.- Transcurridas las elecciones federales, otra vez se calienta la gallera en la sección 30 del SNTE por ocupar el lugar del maestro Arnulfo Rodríguez Treviño.
Hay quienes lo quieren ver ya de patitas en la calle, en tanto que otros quieren que dure hasta diciembre, con lo cual se aventaría un año más de “pilón” como jerarca del gremio (cinco añitos al hilo).
Ahora bien ¿qué le parece Arnulfo para cacique seccional? ¿tendrá los tamaños? Según sus amigos, el hombre quiere imponer sucesor.
El único cacique que se conoció fue Jesús Cervantes Sánchez, de Miguel Alemán, quien impuso a varios secretarios generales con el apoyo del nacional. De hecho tomaba las decisiones.
En la renovación seccional a intervención de la Secretaría de Educación está descartada de antemano. Desde comienzos del sexenio, el jerarca Rodríguez se “comió” al doctorcito Diódoro Guerra, también alemanense.
Luego entonces la sucesión la decidirá una sola persona, Elba Esther Gordillo Morales, la dueña del gremio y del PANAL, dueña de cuerpos, almas y nóminas del sector educativo nacional.
Respecto al maestro de Villagrán, se siente traicionado por elementos a los que ayudó a proyectarse en el sindicalismo y estaría dispuesto a hacer lo que fuera porque no lleguen a la dirigencia, como un Rafael Rodríguez Urbina, Francisco Navarro Ramírez, Carlos Perales e Israel Rodríguez Anaya.
Miembros de la sección 30, ellos han sido capaces de ir a manifestarse en la plaza Juárez (palacio de gobierno) a gritar consignas en contra del maestro Arnulfo. Merecen su castigo.
Ya lo dijo el viejo escopeteado: No permitirá que enemigos del magisterio lleguen a la gerencia del gremio.
Por cierto, el maestro cumplirá 66 años este 17 de agosto ¿lo celebrará a lo bestia como es su costumbre?.
Debe recordarse que el chico de Villagrán ha realizado varias fiestas marca Diablo en el día de su nacimiento. En una de ellas, en el Recinto Ferial de ciudad Victoria, al que asistieron no menos de 25 mil almas hambrientas de estar con su líder.
Ahora no se ha dicho nada respecto a la demostración de poder y control sobre la borregada magisterial. Pero si lo desea es capaz de organizar un evento de miles de un día para otro.
Cierto también es que, si aprueba uno de esos autoagasajos monstruo, entonces quiere decir que Rodríguez estaría dispuesto a sacrificarse por una diputación por Nuevo Laredo, o de perdido con la alcaldía de allá mismo.
De esas fiestas tremendas solo se tiene antecedente en los cumpleaños del cacique fronteriza José Cruz Contreras y del propio magisterial Jesús Cervantes Sánchez.
Rodríguez terminará su gestión viejo y escopeteado, traicionado por quienes consideró sus amigos y hasta por no pocos periodistas a los que dio su confianza y entregó decenas de plazas y no le respondieron lo que esperaba.
Se sabe que, en el movimiento de la sucesión, el corazón de Arnulfillo está con quienes no lo han traicionado como Rafael Méndez Salazas, de Finanzas, y Carlos Aguilar Monita, de trabajo y Conflictos, que darían su vida en su defensa como lo demostraron ahora que el profe estuvo enfermo de una cruda que se le complicó a problemas intestinales.
De las influencias de Diódoro Guerra, el secre de Educación, se menciona que no tienen los tamaños para tratar de inclinar la decisión a favor de uno de sus recomendados.
En otros temas, mire que el uno de enero del 2005 el médico Rodolfo Torre Cantú fue nombrado Secretario de Salud del estado. Venía de una contienda en que ganó la diputación local por este distrito.
Desde ese uno de enero, el médico victorense comenzó a proyectar y acariciar en privado su futuro. Quería ser Gobernador de Tamaulipas, como se lo proponía su amigo Eugenio Hernández Flores.
Creó una estructura política que puso al servicio del PRI. Trabajaba en lo cotidiano, llevar salud a los tamaulipecos, y en lo político para garantizar que su partido, el PRI, tuviera los simpatizantes necesarios.
Dividió a su gente por una estructura municipal y distrital y para nadie es un secreto que la mitad del sexenio ayudó a no pocos candidatos a diputados y alcaldes a conseguir sus triunfos.
Para el día en que fue candidato a diputado federal y Gobernador, ya tenía su equipo desplegado por todo Tamaulipas. No necesitaba al CDE del tricolor para ganar.
Hacía trabajo y política. Llevaba beneficios pero también comprometía el sufragio de los electores.
Estaba en una dependencia con más de 20 mil empleados a los que supo llegar para que le fueran fieles a su partido y luego promovieran las acciones a favor del mismo.
Hoy, “Don Teofilito” Treviño no sabe ni para donde queda el norte y sur de Tamaulipas. No sale de ciudad Victoria, tiene miedo, no le interesa la política, no le interesa el partido (entendido que es priísta).
Si la gente no vota por el PRI le vale, como lo votaron por empleados de Salud el pasado uno de julio. El se puede ir de la noche a la mañana y no tiene aspiraciones políticas. Se regresa a la ciudad de México a seguir atendiendo sus negocios.
Hay muchas preguntas que se hacen los analistas de la derrota tricolor en los comicios de julio, pero una de ellas concreta ¿qué tanta culpa tuvo Don Teofilito en esa masacre?.
Antes de irnos, mire que el Gobernador Egidio Torre Cantú ha decidido modernizar no solo los sistemas y la administración de justicia laboral, sino también las instalaciones físicas en que se desempeñan los colaboradores de las Juntas de Conciliación y Arbitraje. Por eso en breve tiempo las dependencias que permanecían en un auténtico ratonero en las calles de Ocho, Berriozábal y Anaya, se “mudarán” al moderno edificio Tiempo Nuevo allá por el boulevard Portes Gil.
Carlos Sánchez Aguilar, el encargado de la Secretaría del Trabajo, dijo que implementarán nuevos sistemas y procedimientos administrativos para cumplir en tiempo y forma con lo que marca la Ley.