Luis Lauro Carrillo.
EL VIERNES NEGRO DE PEÑA NIETO
El rechazo y abucheo contra Enrique Peña Nieto por los estudiantes de la Universidad Iberoamericana al ingresar y abandonar esa institución educativa donde participó en el ejercicio «Buen Ciudadano Ibero”, con severos cuestionamientos, la comunidad universitaria se convirtió en un espacio a la intolerancia.
Las universidades nunca han sido un terreno fácil particularmente para priistas y panistas y menos aún, para los gobernantes. En 1975 el ex presidente Luis Echeverría, al acudir al inicio de cursos, tuvo que abandonar el auditorio de la Facultad de Medicina de la UNAM, herido por una pedrada en la cabeza.
Otros ejemplos: el senador priista Francisco Labastida acudió a la Facultad de Economía de la UNAM, donde Alumnos y trabajadores impidieron su participación en el tema reforma hacendaria y Felipe Bravo Mena (PAN) ex candidato a gobernador del EDOMEX, al salir de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, Le escupieron, lanzaron piedras, patearon su camioneta y le arrojaron una botella.
La Universidad Iberoamericana se había caracterizado por una amplia pluralidad por la composición de su alumnado, de clase media y clase media alta, que representa a sectores importantes de la sociedad mexicana, por lo que era impensable la actitud intolerante con respecto al candidato presidencial del PRI.
El colectivo universitario en teoría tiene el deber de permitir el libre flujo de las ideas propias y ajenas, objetarlas, cuestionarlas y criticarlas pero siempre en un marco de civilidad y respeto. Sin embargo esto no fue lo que le sucedió a EPN, en el llamado viernes negro de Peña Nieto.
En las diversas preguntas que respondió Peña Nieto, generó severos cuestionamientos sobre su gestión como Gobernador del EDOMEX, recriminándole su justificación en la represión de San Salvador Atenco en 2006, los feminicidios, el gasto en publicidad, sus relación con Humberto Moreira y Carlos Salinas de Gortari, y del modelo económico neoliberal que representa.
Las respuestas de Peña Nieto enfurecieron a los estudiantes, quienes en cartulinas le restregaron que ellos sí tienen memoria, que son estudiantes y sí leen. La pregunta obligada ¿Hubo mano negra de algunos candidatos de otros partidos, del gobierno de Calderón o fue espontanea la reacción estudiantil?
Dentro y fuera del auditorio, cientos de estudiantes protestaron en su contra con pancartas donde se leían todo tipo de mensajes, así como abucheos y gritos de rechazo, despidiendo a Peña nieto con gritos entre otros de «ladrón», «Atenco no se olvida», “la Ibero no te quiere”, “asesino!”, y más tarde el grito se transformaría en una definición: “cobarde”.
Por otro lado la protesta y rechazo contra Enrique Peña Nieto en la Ibero evidenció una realidad, la vulnerabilidad de las campañas políticas fuera de ambientes controlados y protegidos, al enfrentar a un electorado real donde la imagen del candidato y las cámaras de televisión dejaron de favorecerle.
En la real politik las universidades son espacios de la democracia para debatir, pero siempre en un marco de civilidad, si bien es cierto que los estudiantes de la Ibero cuestionaron, criticaron hasta evidenciar el nivel de lenguaje de EPN y su desconocimiento de algunas palabras entre ellas la de “anomia, no justifica la agresión verbal de que fue objeto el ex gobernador del Estado de México.
En definitiva el equipo de campaña de peña nieto realiza el control de daños del “viernes negro” con un nuevo spot del candidato priista en el que promete gobernar entendiendo a quienes no comparten sus ideas, para convertir un hecho negativo en un incremento en las encuestas, o tendrá que recurrir a la victimización de la intolerancia y la anarquía por parte de los Chicos de la Ibero.
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