Tula.- La ceremonia finaliza; después del éxtasis viene la calma y es cuando preguntamos allí en el cerro La Peñita.
-Para que no se acerque el Diablo a la ciudad, responde uno de los jóvenes.
Estamos en el evento en que fue instalada la Santa Cruz en lo alto del cerro, lo que debió haber ocurrido el tres de mayo, pero no se hizo porque faltaban danzantes, o los matachines, como también se les conoce.
Y es que, en efecto, la ciudad está rodeada por seis cruces instaladas en el mismo número de cerros. Son centinelas, guardianes de los tultecos para que el mal no se acerque.
Las hay en todos los puntos cardinales y, para instalarlas los vecinos se organizan para comprar la cruz, en su procesión y la instalación respectiva.
Cada barrio tiene su cruz.
Esta, en la que hoy estamos, corresponde al barrio de Cantarranas, uno de los más tradicionales y antiguos de Tula.
Una sola familia se ha encargado de la organización, según la información que nos dan.
-Antes aquí se danzaba, cerrábamos la calle y la ceremonia duraba todo el día, nos indica uno de los vecinos al aceptar que los tiempos cambian, pues ahora la procesión parte de la iglesia hasta llegar a lo alto de La Peñita.
SIEMPRE LIGADA A LA RELIGION
Esta comunidad ha estado ligada desde siempre a la religión católica y su gente sigue siendo creyente.
Fue fundada por un religioso, fray Juan Bautista de Mollinedo, quien lo primero que hizo fue construir el templo de San Antonio; predicó, catequizó y nombró encargados de la conversión de los naturales, sobre todo indios pisones y macorros.
Desde sus orígenes Tula tiene bastantes fiestas religiosas.
La Santa Cruz es bajada desde los cerros el 23 de abril, tiempo en el cual se le lleva al templo y se le bendice en medio de fiestas de danzantes. Y el tres de mayo es cuando se suben, en medio también de eventos.
Precisamente el Día de La Santa Cruz, se festeja el Señor del Amparo en la capilla De las Angustias, en el barrio De las Piedras.
Allí se venera en su día a una imagen del Cristo Crucificado dedicado al amparo cuya sede se encuentra en el ejido Yerbabuena, del municipio de Guadalcázar, S. L. P.
La fiesta se complementa con cuadros de danza, de a pié y de a caballo, y de pastorelas.
Y el 15 de mayo son las fiestas al señor San Isidro, que se inicia el 14 por la noche con danzas que van por las calles, casa por casa y terminan en una enramada.
Al día siguiente las danzas siguen hasta terminar el 16.
Otra fiesta religiosa es la del 13 de junio en honor de San Antonio, el patrono de Tula.
En los festejos participan grupos de los diversos barrios, tal y como se acostumbraba hace siglos.
La imagen del santo se saca de la iglesia y se hace un recorrido por las calles.
Y el 16 e julio son las fiestas de la Virgen Del Carmen, imagen que es venerada en la capilla Del Rosario, en el barrio Del Jicote. También hay procesiones, con danzantes de a pié y de a caballo.
Puede afirmarse que los tultecos son muy católicos, creyentes.
Y LAS DANZAS Y PASTORELAS
En su Crónica de Tula, Doña Guillermina Saldaña de Lara manifiesta que las danzas y pastorelas se acostumbran aproximadamente desde el año 1,700 y se han conservado casi intactas.
Dice que en las pastorelas hay tres diablos: Luzbel, Pecado y Astucia.
También tres ángeles: San Miguel, San Rafael y San Gabriel.
Además: Tebano y Mayoral, hermana Gila, hermana Rebeca, Tulio, Feliciano, Toringo, Bras, Julio, Mengo, Cucharón, Bato, Bartolo, Ermitaño; indio Carbonero e indio Apache.
La danza es una manifestación artística en que se rinde culto a los santos.
-Quizás se siguieron efectuando como continuación de las danzas prehispánicas, dice la autora.
En cuanto a los danzantes de a pié, se definen: Son 25 los participantes y todos portan corona, y tienen nombres especiales, como Monarca, que es el que va en el centro acompañando a La Malince, la única mujer que participa y viste de blanco. Hay dos capitanes y los demás son danzantes.
Los de a caballo son 24 personas, varones todos, acompañados de música de violín y guitarra.
Hay un viejo con careta que lleva el disfraz de mula; otro se disfraza de toro y va vestido de negro.
Todos hacen derroche de paliacates, espejos, encajes, plumas, cuentas.
Los caballos se elaboran con madera, varas y cartón, simulando el cuerpo del animal, que se ponen por la cintura.
Tula es la más colonial de las ciudades de Tamaulipas y conserva sus tradiciones y organiza sus fiestas como hace muchísimos años.