Luis Lauro Carrillo.
OLOR A TAMAULIPAZO.
Todo parece indicar que el gobierno federal ha puesto en marcha una estrategia electoral, al utilizar los órganos de procuración de justicia federal para golpear a sus adversarios políticos, con filtraciones, rumores y versiones de averiguaciones penales en contra ex gobernadores priistas.
La noticia de la “alerta migratoria” contra los ex mandatarios de Tamaulipas, Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington Ruvalcaba y Eugenio Hernández Flores, desató de nueva cuenta el asecho de los demonios de una presunta persecución electoral, encendiendo las alarmas del priismo nacional.
Después de 17 horas la Procuraduría General de la Republica desmintió la existencia de una “alerta migratoria” o de cualquier restricción para viajar al extranjero a los ex gobernadores tamaulipecos, no obstante ello confirmó que los tres están siendo investigados en sus actividades.
Nuevamente el filo de la guillotina panista quiere cortar partes del cuerpo priista revitalizado. La PGR no revela razones, pero sí negras intenciones. Sólo un retrasado mental creería que en épocas electorales como los que se viven, haya surgido una repentina preocupación justiciera del gobierno de Calderón por perseguir presuntos delincuentes priistas.
Ya que no es creíble que durante tres años la PGR no haya encontrado evidencias que vinculen a los mandatarios en cuestiones del narcotráfico, y ahora súbitamente aparecen las evidencias al final del sexenio, cuando el gobierno azul enfrenta serias dificultades para refrendar su victoria electoral.
La percepción generalizada es de qué se trata de la guerra sucia preparada por el gobierno federal azul, contra el partido tricolor. Es la guerra por la perpetuación en el poder con los medios que le da al Presidente el monopolio de la acción penal que aún ostenta.
Está claro que pocos o acaso nadie meterían las manos al fuego por los ex mandatarios tamaulipecos, como también es cierto que sus adversarios políticos señalan que en sus respectivas gestiones floreció el fenómeno delincuencial y la narco violencia.
En el supuesto de que el que el gobierno haya desencadenado una guerra sucia, como así le llaman en el PRI, contra ese partido, en los hechos pareciera que el tricolor deliberadamente facilita la colocación como objetivos o blancos en bandeja al gobierno panista.
Una pregunta que surge ¿por qué el PRI sigue utilizando y haciendo a nivel nacional candidatos o dirigentes partidistas que son políticamente vulnerables y que tienen muchos más negativos que respaldos?
El precandidato del Enrique Peña Nieto en su visita a Ciudad Victoria hizo un llamado a evitar el manejo faccioso de la ley con fines electorales, ya que esto está formando parte de la guerra sucia contra su partido que ya inició.
Por otro lado si hay o no sustento jurídico en contra de los ex gobernantes de Tamaulipas, es secundario frente al impacto político que causó, al utilizar el gobierno la procuración de justicia para acalambrar a sus enemigos políticos, porque así le conviene PAN exhibir, en pleno proceso electoral al PRI.
No pasa inadvertido que la PGR dos veces ya hizo el ridículo la con investigaciones mal integradas, como aconteció con el michoacanazo, el hanckazo, y ahora tal vez podemos empezar a hablar del Tamaulipazo.
En definitiva el golpe mediático de la alerta migratoria sorprendió al PRI con esta estrategia electoral, por lo que el daño que puede ocasionarle a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, no puede calcularse, aun en el caso que se trate de un problema de los propios ex gobernadores priistas. ¿Se tratara del inicio de una campaña para marcar al PRI como el nuevo peligro para México?.
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