Humberto Gutiérrez Páez
Los políticos las utilizan para publicitar cada paso que dan, o para magnificar los yerros de sus contrincantes; los medios de comunicación y los comunicadores —el llamado cuarto poder—, para nutrirse de información generada casi al momento de ocurrir algún hecho, y los cibernautas habituales las usan para enterarse de todo, y para apoyar o pitorrearse de los políticos, artistas y demás.
Las redes sociales, y más el twitter, serán parte fundamental de las campañas políticas de las próximas elecciones, tanto para los que competirán por un cargo de elección popular, como para sus seguidores y detractores. Las redes sociales influyen desde ahora en la intención del sufragio, pues a través de ellas se pone la plaza pública a los aspirantes presidenciales.
Apenas si se supo el comentario de la posibilidad de quitar a Enrique Peña Nieto como candidato del PRI a la Presidencia por la cera y pabilo que hicieron de él los twitteros.
Es impensable reemplazar al exgobernador del Estado de México, “pues ha despertado el ánimo de victoria entre las bases”, afirmó Pedro Joaquín Coldwell, reemplazo de Humberto Moreira en el CEN. “Enrique Peña Nieto está plenamente capacitado para gobernar; es un universitario con una sólida formación, pero lo más importante es que tiene destreza política”, agregó.
Que su dirigencia se enrole en un asunto inédito en la historia del Revolucionario Institucional, debe ser motivo de gran preocupación para los priístas, porque el hecho de que se tenga que fijar una postura denota que al interior de este organismo político ya se ha visualizado el escenario de la sustitución, y esto a su vez evidencia inseguridad en el triunfo electoral.
Aún está lejos el inicio oficial de las campañas y ya los precandidatos a la primera magistratura han sido exhibidos como incultos e ignorantes por todos los confines del territorio nacional. Peña Nieto era el que lucía imbatible, pero ahora todos se asemejan al Rocinante de don Quijote. Es sabio el dicho de que la riqueza, el embarazo y lo tontejo, son difíciles de ocultar (y menos esta última en las redes sociales).
En México no existía precedente de que, de un tirón, cuatro abanderados de las tres principales fuerzas políticas hayan dado públicas muestras de su ignorancia al referirse a temas cuyas respuestas eran muy previsibles por el entorno en que se dieron los cuestionamientos correspondientes. Nadie, sin embargo, contó con el asesoramiento adecuado para evitar el ridículo.
Los errores cometidos, ciertamente,- como dijera aquel – no van a decidir el voto a favor o en contra de tal o cual candidato a la Presidencia, pero sí influirá su vigencia o sobredimensionamiento, y la acumulación de ellos en las redes sociales, de donde luego “brincan” a lo tangible; es decir, a los potenciales electores. El escepticismo ciudadano tiene ya su origen en la sospecha de que el próximo Jefe del Ejecutivo sea más de lo mismo, incluso corregido y aumentado.
Peña Nieto enarbola la bandera colosista pero no ve con malos ojos la privatización de Pemex, el sometimiento legislativo y la facultad unipersonal de disponer de las fuerzas armadas; AMLO cuelga el traje de lobo y se pone el de oveja, le declara su amor a todos y hasta promete diez mil pesos mensuales a cada familia pobre, pero su naturaleza lo delata: nunca será un izquierdista moderado. En el PAN no se sabe aún quién va a ser el abanderado, pero de los tres, los albiazules no sacan a uno más o menos competitivo.
Si los partidos políticos se sostienen así hasta el registro ante la autoridad competente, las campañas electorales serán muy interesantes, ya que hacer caer en desatinos es una veta mediática en incipiente explotación, por lo que no debe descartarse que se privilegie un asedio con este propósito, y pasen a un segundo o tercer plano las propuestas o los compromisos que luego formarán parte de los planes y programas de gobierno.
Por lo que respecta a Tamaulipas, hay una duda: ¿Si no es Peña Nieto el candidato, de cualquier modo la aportación priísta sería de 600 mil votos, mas tarde lo anunciara LUCINO CERVANTES.
Según los datos arrojados por el estudio, los eventos cardíacos agudos se asocian con episodios de actividad sexual esporádica. Mal que habitualmente es menor entre las mujeres que sí realizan ejercicio. O le ‘ponen’ más empeño al asunto pasional.
Esta investigación fue publicada en la revista The Journal of the American Medical Association, y para realizarla se analizaron los datos de 14 estudios, cuya conclusión fue que las mujeres tienen 3.5 más veces de riesgo de sufrir un ataque al corazón cuando realizan actividades sexuales de forma ocasional.
La formulita es simple: entre más sexo tenga una mujer, menor riesgo tienen de sufrir muerte súbita. ¿Quiénes somos nosotros para negarnos?
Vamos muchachos, la humanidad nos necesita…