REELECCION… ¡NO!
Lic. francisco Javier Álvarez de la fuente
En los últimos días se escuchó con insistencia las intenciones de modificar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en lo que concierne al aspecto correspondiente a la elección de los diputados y de los senadores que constituyen la Cámara Alta y la Cámara Baja.
Todas las voces que pugnaban por la reelección incluso la del Presidente de la República que presentó la Iniciativa en la que iba incluida la reelección, han adoptado una convergencia coincidente en que este cambio es posible, debido a múltiples factores que intervienen para que esta modificación a la Constitución, se llevara a cabo.
Desde luego que esto implica modificaciones alternativas y adicionales resultantes por supuesto si el cambio se hubiera realizado.
El precepto de no reelección aparece en la Constitución Política Mexicana del 31 de enero y promulgada el 5 de febrero de 1917 en su artículo 59, en el que aparece el precepto de no reelección de los diputados y de los senadores. Se considera que el cambio que se está requiriendo es debido a los tiempos actuales.
Uno de los puntos principales a perseguir con estos cambios constitucionales sería la transparencia absoluta en el manejo de los recursos y el control y la prohibición de entablar compromisos económicos con empresarios, empresas nacionales y transnacionales o con otros factores.
Esto sería saludable porque mientras por un lado se pregona y se llora la existencia de millones y millones de mexicanos pobres, limitados y con mil necesidades; por el otro se le otorgan poderes a fulanos o fulanas inmorales, corruptos y sinvergüenzas, para que alquilen, comprometan o vendan al mejor postor servicios u otros elementos por debajo del tapete que los enriquecen ilícitamente, además de involucrar y enlodar a terceros y a instituciones establecidas y todo esto mancha y denigra la imagen tanto de la política nacional como de la sociedad.
Otra sería una Reforma Electoral a fondo que marque la transparencia en todo lo concerniente a elección de candidatos, campañas y financiamiento.
Reducir en alto grado el costo de las campañas electorales, sería otra medida que aportaría salud al entorno nacional, el pueblo no tiene por qué pagar campañas de ciudadanos de dudosa calidad moral.
También hay que considerar la participación del ciudadano en la elección de candidatos para ocupar cualquier posición en el servicio público.
La partidocracia que existe actualmente, derribarla y constituir una verdadera democracia en la que el poder lo tenga la ciudadanía.
Por lo tanto fiscalizar continuamente las funciones de los servidores públicos y de los movimientos de los partidos políticos, obviamente demostrar más claridad en todo y ante la ciudadanía.
Uno de los grandes problemas del votante mexicano, es la falta de civilidad. Cuando se acerca y llega la fecha de elecciones para cualquier posición gubernamental, en muchas circunstancias el voto no es razonado y esto trae al traste cualquiera buena intención de los ciudadanos o dependencias oficiales que se encarguen y responsabilicen en esta problemática. Simple y sencillamente se vota sin ton ni son y posteriormente se sufren las consecuencias de una mala elección.
Esta situación posiblemente influiría determinantemente para que la reelección de diputados y senadores.
La Constitución Política Mexicana, a través de los años ha sido sujeta de cambios por diversas razones, circunstancias, momentos históricos, momentos políticos y las que la propia historia en su momento nos ha hecho saber y además ha quedado plasmada para la posteridad.
Pero gracias en ésta ocasión a quienes se opusieron a la reelección, pues considero que no es el tiempo ya que lo único que traería o mejor dicho acrecentaría es que muchos que se han enquistado en el poder brincando de una posición a otra llevan muchos más de los años que les permitiría la reelección, y para muestra hay muchos botones en todos los partidos, pero para hacer patente nuestro repudio a la reelección… ¡Aquí estamos!