«LOS PRESIDENTES LEGITIMOS…»
Lic. francisco Javier Álvarez de la fuente
El primer derrotado en las elecciones que luego se autoproclamó presidente legítimo fue el legendario Nicolás Zúñiga y Miranda, en tiempos de Porfirio Díaz, que fue el habitual contendiente del oaxaqueño; pero la opinión pública siempre lo consideró como comparsa divertido en las elecciones; aunque en alguna ocasión lo encarcelaron en vísperas de las elecciones para inhabilitarlo, recurso que en 1910 se utilizó para evitar que Madero se presentara a las elecciones.
Siguieron Vasconcelos en 1929 y Almazán en 1940.
Vasconcelos tenía una personalidad arrolladora, talla continental, pensador y escritor. Su oponente, el ingeniero y general Pascual Ortiz Rubio, era un profesional mediocre, de personalidad gris, que nunca hizo nada digno de mención. Nadie duda que en las elecciones el fraude fue descarado y monumental.
Hubo muertos y heridos a lo largo y ancho del país.
Oficialmente el PNR ganó por amplísimo margen. Vasconcelos se autoproclamó presidente legítimo y llamó al pueblo en su apoyo y, algo increíble en un hombre con fama de inteligente y sensato, lanzó el Plan de Guaymas, en el que establecía que en la república no había más autoridad legítima “que el señor licenciado José Vasconcelos, electo por el pueblo en los comicios del 17 de noviembre de 1929”.
Luego se establecía que “el ciudadano que en cada uno de los estados de la República tome el mando de las fuerzas que expulsarán a los detentadores del poder público procederá a organizar a éste de acuerdo con la Constitución federal, a reserva de que sus actos reciban la ratificación del presidente legítimo de la República”.
El artículo quinto del plan es increíble: “El pueblo designará libremente en cada municipio a los ciudadanos que deban encargarse de la administración municipal.
El presidente electo se dirige al extranjero, pero volverá al país a hacerse cargo directo del mando tan pronto como haya un grupo de hombres libres armados que estén en condiciones de hacerse respetar”.
En 1940, el candidato del PRM era Manuel Ávila Camacho, y el adversario Juan Andrew Almazán. El fraude fue también monumental. Gonzalo N. Santos narra en sus Memorias, la manera en que ellos llegaban con ametralladoras a amedrentar a los votantes.
Oficialmente se decretó la victoria de Ávila Camacho. Para el pueblo el vencedor indiscutible había sido Almazán; pero inexplicablemente, el 26 de noviembre de 1940, Almazán “renunció” a la Presidencia de la República, con lo que se deduce que se había sentido “presidente legítimo”.
Después de “la caída del sistema”, en 1998, Manuel Clouthier se dijo “presidente legítimo”, aunque sin los excesos de AMLO.
Así que AMLO no puede apropiarse de haber sido el único “presidente legítimo” y si ahora está buscando nuevamente ser el candidato a la Presidencia de la República ahora por uno, dos o tres partidos como él lo dijo, tiene primero que hacer lo que Almazán “renunciar” a la Presidencia de la República, pero desgraciadamente para él, en México no existe la reelección y por lo mismo de nada le va a servir si “renuncia” a la “presidencia legítima”, porque ya no podrá volver a ser Presidente de la República dado que el artículo 83 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala entre otras cosas lo siguiente: 83.-“…El ciudadano que haya desempeñado el cargo de Presidente de la República…en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto…”, así que López Obrador se quedará con las ganas, ya que públicamente él se proclamó “presidente legítimo”, y para ver los resultados de la próxima contienda electoral y deseando que no haya otro iluminado que se declare “presidente legítimo” …¡Aquí estamos!