“Gobiernos de coalición…”
Lic. francisco Javier Álvarez de la fuente
El Senador y aspirante priista a la Candidatura Presidencial Manlio Fabio Beltrones ha conseguido el apoyo de un grupo relevante de la sociedad civil, que resumieron y ofrecieron sustento relevante en un texto titulado «Democracia constitucional». Son cuarenta y seis los firmantes y es imposible darles aquí espacio a todos sus nombres. Incluyen militantes políticos en receso o activos, creadores artísticos, intelectuales, investigadores, etc.
Es preciso eliminar la confusión posible entre una coalición electoral, figura jurídica ya existente en nuestro derecho, y la propuesta en curso de integrar gobiernos de coalición.
Ambas, por supuesto, demandan la integración de voluntades partidarias. Pero su propósito es diferente. En la alianza electoral se trata de triunfar en comicios, y si bien suele pactarse un programa de Gobierno, de que se le incumpla no necesariamente se siguen consecuencias para la gobernabilidad.
Es conveniente hablar de esa primera significación, porque aunque sean pocos y luzcan trasnochados, aun hay quienes hablan de la unión de PAN y el PRD para evitar la victoria priísta el año próximo.
Pero no es tal coalición de la que hablamos ahora, sino de una reforma constitucional iniciada por el senador Manlio Fabio Beltrones para introducir el Gobierno de coalición, que puede configurarse aun entre partidos que hayan contendido abiertamente en las elecciones previas.
El fin principal de esta innovación es garantizar los acuerdos entre partidos conforme a programas y responsabilidades compartidos. También se procura evitar los intentos casuísticos de consenso, que se cumplen parcialmente y por lo mismo suelen fracasar, amén de generar entre las partes incriminaciones. Acuerdos a medias, o desacuerdos francos dejan un poso de resentimiento entre los ciudadanos, una sensación de que la democracia práctica, la que conduce a resultados, es imposible.
Beltrones presentó el 14 de septiembre el proyecto de reforma constitucional de que hablamos y lo ha ido rodeando de apoyos, procedentes de partidos y personas entre los cuales la iniciativa se aprecia en sus propios méritos.
Consiguió el apoyo de los líderes de las fracciones a las que, como presidente de la Junta de coordinación política o de la mesa directiva del Senado ha encabezado por más de cuatro años.
Es menos afortunada la suerte de su proyecto en la Cámara de diputados, donde proliferan los partidarios de Enrique Peña Nieto, quien por su parte impulsa el retorno de la clausula de gobernabilidad, lo que significa que quien gane la Presidencia de la República obtendría la mayoría absoluta en las cámaras legislativas lo que equivaldría a la regresión pura y como éstos seguidores de Peña Nieto solo son capaces de ver los pasos de Beltrones hacia la candidatura presidencial y no el empuje de un dirigente legislativo que, amén de su destino personal, se halla en la ocasión de echar adelante reformas estructurales que favorezcan el desarrollo y la democracia.
Y conste que ninguno de los dos priistas de que hablamos, como tampoco los tres panistas ni los dos de la mal llamada “izquierda nacional”, son santos de mi devoción, ya que ideológicamente con ninguna de esas corrientes partidistas comulgamos, sin embargo parece una buena iniciativa, los gobiernos de coalición y para ver resultados …¡Aquí estamos!