«VICTORIA SE LLAMA…»
Lic. francisco Javier Álvarez de la fuente
Hoy quiero dedicar ésta colaboración a Ciudad victoria, Capital de Tamaulipas, en su 261 aniversario de fundación.
Ciudad Victoria, ciudad que me adoptó como uno más de sus hijos y de la cual me siento muy orgulloso y que mejor forma de homenajearla que con ese canto tan hermoso que compusiera Tomás Guillén Ríos y que dice:
Allá por el norte, tierra de pasiones,
entre las montañas se encuentra escondida,
es de Tamaulipas la flor consentida,
por eso le canto con el corazón.
Guitarras que cantan, mujeres que inspiran,
que inspiran el alma de su trovador,
frente a su ventana por ella suspira,
cantando a la dueña de su grande amor.
La cuera bordada, norteño el sombrero,
la silla plateada, la reata de cuero,
el norte es orgullo de esta patria hermosa,
que viva Victoria por siempre gloriosa.
Victoria se llama tierra de huapango,
donde no hay alarde de ser valentón,
si buscan encuentran y siga el fandango,
así somos todos; puro corazón.
Me alejo cantando a mi tierra querida,
que aunque ande yo lejos, no la he de olvidar,
la llevo en el alma, porque allá he nacido,
pronto muy pronto, yo he de regresar.
Ciudad Victoria fue originalmente fundada con el nombre de villa de Santa María de Aguayo, con la advocación de la Purísima Concepción, por José de Escandón y Helguera, conde de Sierra Gorda, el 6 de octubre de 1750, en el marco del establecimiento de la provincia llamada colonia del Nuevo Santander, en un paraje conocido como Boca de San Marcos, junto al río del mismo nombre.
Se le denominó así en honor al apellido de la esposa del virrey Juan Francisco Güemes y Horcasitas, conde Revillagigedo, doña Antonia Cepherina Pacheco de Padilla, oriunda del lugar de Aguayo, montaña de Santander. La fundación se dio durante la segunda campaña que emprendió Escandón, ya que su localización no quedó comprendida dentro del plan de reconocimiento y fundación de las primeras 14 poblaciones proyectadas para pacificar y poblar con colonos la costa del seno mexicano.
A finales de la época colonial la villa de Aguayo era ciertamente uno de los lugares más consolidados y comunicados del Nuevo Santander. Se trataba aún de una población pequeña y austera. Había pasado de 155 habitantes en 1750, a 1,182 en 1790 y a 2,017 en 1804, de los cuales una parte eran indios radicados en la misión de Tres Palacios. El 20 de abril de 1825 la villa fue designada como sede definitiva de la capital del estado, y en honor al primer presidente de México, Guadalupe Victoria, se le llamó entonces Ciudad Victoria.
Esta fue la mejor forma de honrar a mi Victoria querida, además de hacer todo como lo he hecho hasta ahora para dar brillo a ésta ciudad desde la trinchera en la que me encuentre, para que viva Victoria por siempre gloriosa, y para seguir poniendo nuestro granito de arena para que siga así… ¡Aquí estamos!